La Procuraduría General de Justicia (PGJ) dio a conocer que está dispuesta a autorizar la exhumación del cuerpo del menor José Luis Tehuatlie Tamayo para la realización de una segunda necropsia que dé cuenta de las causas de su muerte, pero para esto es necesario que la familia realice la solicitud ante el Ministerio Público.

En un comunicado de prensa enviado este domingo, la dependencia indicó que su postura se da a raíz de la petición pública que han hecho los parientes del estudiante de secundaria y los abogados de la familia para realizar una revaloración de la necropsia hecha por los médicos forenses del Tribunal Superior de Justicia del Estado.

La posibilidad de exhumar el cadáver del niño, víctima de un enfrentamiento entre policías y manifestantes de San Bernardino Chalchihuapan el pasado 9 de julio en la autopista a Atlixco, se da a raíz de que la familia no quedó conforme con los resultados del estudio realizado, pues han alegado que la autoridad judicial no permitió que un externo estuviera presente para que no fueran alterados a modo de deslindar responsabilidades a los policías que participaron en la repliega, pues han mantenido la versión de que fue una bala de goma lo que le causó la herida al hoy occiso.

Una vez que se realicen las solicitudes correspondientes para una segunda opinión, los interesados deberán designar a la persona que intervendría en la revaloración de la necropsia respectiva, “cumpliendo los protocolos indispensables al respecto”, señala el boletín de la procuraduría.

Cabe citar que el gobierno de Rafael Moreno Valle ha caído en constantes contradicciones en torno al proyectil que le causó la herida a Tehuatlie Tamayo que derivó en su fallecimiento, pues por un lado se ha informado que fue un cohetón lanzado por “infiltrados”, por otro se ha indicado que fue la onda expansiva del mismo.

Aunque no informó sobre las deducciones, la PGJ defendió la legalidad de la necropsia practicada al menor al asegurar que estuvieron presentes diversas instituciones especiales, incluida la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que dio cuenta que todo se realzó conforme a la ley.

De acuerdo con el acta de defunción, José Luis no perdió la vida por un paro cardiaco como lo informó la Secretaría de Salud el sábado 19 de julio, sino por hematoma subdural parieto temporal occipital izquierdo, hemorragia subarancnoidea, edema cerebral y por fractura de cráneo, secundario a traumatismo craneoencefálico.