En columnas anteriores ya les había platicado que un día me metí a un casino y para no hacerles el cuento largo me convertí en un ludópata y he llegado al punto de crear junto con un grupo de amigos la primera página en México de noticias de apuestas deportivas, por cierto, este fue un comercial para que visiten www.tipsters.com.mx

¡A ese grado llegué!

Desde luego me considero un ludópata responsable y como tal hago mis apuestas deportivas en un lugar que va con mi lujoso estilo de vida, me refiero a las Agencias de Pronósticos para la asistencia pública en donde con 10 pesos he ganado 2 mil, bueno mil 998 porque te quitan 2 pesos de impuesto.

Hay varias opciones de juego en las Agencias de Pronósticos, de tal forma podemos encontrar los clásicos raspaditos, billetes de lotería, concursos como Chispazo, Melate, Tris, Gana Gato y desde luego Progol,  que se juega todos los días y hasta Protouch, en época de NFL.

Los principales clientes de este tipo de negocios son personas de la tercera edad y desde luego weyes como yo  que piensan que con 10 pesos pueden ganar 200. Sin embargo, los abuelitos son las personas que día, tarde y noche entran y salen de ese tipo de lugares y aquí es donde va mi encabronamiento.

¿Por qué no ir NUNCA a Pronósticos de Plaza Crystal?

El día de ayer fui a la agencia de Plaza Crystal y me llamó la atención lo déspota, sínica y asquerosa que puede ser una persona a cargo de un lugar como estos. En los 10 minutos que estuve ahí nunca había sentido tanto asco y pena por una persona.

Los hechos

Mientras llenaba Mi Progol, un señor de la tercer edad que iba a revisar sus boletos de Lotería, le preguntó (a la que yo creí que era una simple empleada) que de qué día era la hoja del concurso de Lotería, porque quería revisar su boleto y el espécimen le gritó: ¡Qué no está viendo la fecha, señor, ahí dice! ayudé al señor pero la hoja ni fecha tenía y me dijo “¿Sabe qué, joven? No se preocupe, voy a otra agencia porque aquí todos los que atienden son muy groseros”.

Al siguiente señor lo regañó porque no llenó bien su boleto de Chispazo, tal vez lo que nunca le dijeron es que está ahí para atender, corregir y responder las dudas de las personas que van a jugar cualquier tipo de pronóstico.

Cuando llegó mi turno le di mi boleto de Mi Progol y me dijo ¡Te falta lo que vas a apostar no lees o qué! y le dije ¡Oh, es verdad! (aún no estaba encabronado, pero comencé a contestarle igual de golpeado que como me atendía) y le dije “También quiero cobrar mis boletos del fin de semana” y me respondió “¡UUUUy no tengo dinero, cóbralo en la agencia donde jugaste!” y le dije que todas las agencias estaban cerradas así que me vio como estúpida y contestó “¡Ese no es mi problema!” Traté de guardarme todos los adjetivos calificativos que se merecía y sólo le pregunté “¿cómo te llamas?” Y me dijo “¡SOY LA DUEÑA!” Como si fuera Angélica Rivera en aquella telenovela de los años 90.

Pronósticos para la asistencia pública vive de nuestros impuestos, pero sobre todo del dinero que miles de personas de la tercera edad van a dejar todos los días y me parece grosero e ilógico darle una patada en las nalgas a tu cliente número 1, sobre todo porque cualquier persona de la tercera y todos merecemos respeto.

Desde luego ya dejé mi queja en la página de Pronósticos y mañana sabré ¿qué c#&%dos me van a responder? porque personas como #ladueña no pueden seguir maltratando a personas de la tercera edad a diestra y siniestra

Así que estense pendientes de la próxima columna de Señor Varela y Mr Ñeroman.