Olvidan a comunidades de Valsequillo


Presume Gobernador Marín monitoreo de Salud, madres de afectados lo desmienten


Francisco Rivas / Agencia Reforma

 

 

Notas Relevantes

Demandan agilizar caso de 'narcoedil'

Bloque antizavalista en el Congreso

Notas Relacionadas

Sí hay plomo pero no hay plomo en Valsequillo: Marín23/03/08

Desplazan a Javier García del proyecto Valsequillo 28/02/08

Imposible el rescate de Valsequillo: García Ramírez27/02/08

Otras Notas

Niega Ganime que promueva a Zavala

Notas Anteriores

Ninguna autoridad ha acudido a esta comunidad a revisar el caso de la población infantil que enfrenta problemas de salud atribuidos a la contaminación de la presa de Valsequillo.


Apenas hace unos días, el Gobernador Mario Marín sostuvo, al firmar el acuerdo de colaboración con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para el rescate de la cuenca del alto Atoyac, que existe un monitoreo para verificar la salud de los menores.


Sin embargo, en esta comunidad del municipio de Tzicatlacoyan, localizada en la parte sur del embalse, no se han aparecido brigadas de los Servicios de Salud estatales.


Teresa es mamá de Gonzalo, uno de los niños con los que REFORMA  documentó hace 10 meses casos de malformaciones atribuibles a los altos contenidos de metales pesados en Valsequillo.


La mujer explica que pese al padecimiento de su hijo, éste no necesita ayuda de nadie porque sigue una vida normal, como la de cualquier otro pequeño, sin embargo, agrega, hay otros que sí requieren de apoyo.


Menciona que desde la difusión del caso, en junio de 2007, ni siquiera se acercaron las autoridades para revisar a los niños, sin importar cuál fuera la causa de las enfermedades.


Al hijo de Teresa sólo lo han revisado -antes de que el Gobernador poblano prometiera revisar los casos-, médicos del Centro de Salud local.


Juana y Paula Paz, habitantes de esa población, consideran que sí es urgente la presencia de las autoridades no sólo para indagar el origen de los padecimientos, sino para orientar a la gente y ofrecerles ayuda.


"Hay muchos niños que están mal de sus boquitas (labio leporino), otros con problemas de lengua y boca (paladar hendido) y una niña que no puede caminar ni moverse, pero nadie ayuda", dice Paula.


Juana no cree que la causa de los padecimientos sea la contaminación de la presa y, como muchos, prefiere pregonar que es un asunto de "herencia".


"Mire, no es por la contaminación ni nada, es la ‘herencia’, porque así son los demás familiares, pero los gobernantes deberían venir a revisarnos, porque importa curar a la gente y ya después ven por qué cosa suceden", menciona Juana.


Hilaria González tiene una pequeña de ocho años de edad que no puede moverse; no sabe si se trata de parálisis o síndrome down, ni tampoco por qué está enferma, pero lamenta no nadie vaya a su pueblo para ofrecerles atención.


"Nadie se acerca por acá para ayudarnos, nadie… Apenas pedí al municipio (de Tzicatlacoyan) una silla de ruedas para mi niña y me dijeron que me la daban por 500 pesos, eso no es ayuda", lamenta.


La mujer recuerda que al nacer, la recibieron como sana; dos años después la llevaron a revisión porque no caminaba y el diagnóstico fue "sin problemas" y a los cuatro años la operaron, pero no tuvo mejoría. "Pido que me ayuden, que vengan y vean como estamos por acá, hay muchos niños con diferentes enfermedades pero nadie nos visita para atenderlos", manifiesta Hilaria con tristeza.

 


 
 
Todos los Columnistas