Un brindis por el próximo gobernador


Crónica


Elba Esther aterriza en Puebla para respaldar con todo a Rafael Moreno Valle


Pasadas las cuatro de la tarde, los 600 invitados al cumpleaños de Moreno Valle simplemente sobraron. Luciendo una bata mostaza brillante partió plaza en Bodegas del Molino una de las mujeres más poderosas de México, Elba Esther Gordillo. Y permaneció celebrando el 40 aniversario de su hijo político hasta minutos antes de las 10 de la noche


Arturo Rueda / Selene Ríos Andraca


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Elba Esther Gordillo estaba feliz, plena. Uno de sus ayudantes se acercó a comentarle que si quería regresar a la ciudad de México en helicóptero, se encontraban en la hora límite. “La Maestra” respondió que regresaría en camioneta, que no se preocupara. Entonces, rodeada por los dirigentes estatales del PAN y del Panal, Rafael Micalco y Cabalan Macari, así como de su ahijado Miguel Ángel Yunes, alzó su copa y la ofreció en honor del festejado: “Brindo por Rafael Moreno Valle, el próximo gobernador de Puebla”.

 

Todos en la mesa aplaudieron y el senador panista, sonriendo, le tomó la mano a su esposa Martha Érika. Fue el banderazo oficial de salida a la inminente lucha por el 2010.
Rafael Moreno Valle festejó a lo grande su cuadragésimo cumpleaños. Convocados al salón principal de Las Bodegas del Molino lo mismo se rindieron a su proyecto político priistas, panistas, convergentes, panalistas y verdes, que empresarios, periodistas, dueños de medios de comunicación, presidentes municipales, mapaches electorales, diputados federales y senadores, funcionarios del gobierno calderonista y viejos aliados del “Grupo Finanzas”.


Una convocatoria amplia, robusta, para quien aspira a derrotar al marinismo en el 2010. Pero aunque todos hubieran desairado el cumpleaños del ex priista, la sola presencia dominante de Elba Esther Gordillo hubiera llenado las Bodegas del Molino.


Sí, la eterna cacique magisterial. El poder fáctico que llevó a Felipe Calderón a la Presidencia. La que siempre vende caro su amor y siempre caro lo terminan comprando todos. Ama y señora de la estructura electoral más amplia del país. La enemiga a muerte de Roberto Madrazo y que cavó la tumba priista del 2006. Sí, “La Maestra”, un título que evoca el padrinazgo de Vito Corleone.


Eran las tres de la tarde y Moreno Valle sudaba frío: todavía no se confirmaba que “La Maestra” acudiría a su cumpleaños. Casi a las cuatro de la tarde descendió su helicóptero, pero ni eso aseguraba su presencia.


Minutos más tarde fue recibida por el empresario Ángel Trawitz. Cuando ingresó al salón escoltada por Yunes y el senador panista, su presencia dominante acaparó la mirada de todos los asistentes.


Se iniciaron los cuchicheos. “Sí, es ‘La Maestra’”. “No es tan fea en persona”. “Debe querer mucho a Moreno Valle para venir a la fiesta”. “Se ve que se la jugará a muerte con Rafa”. “Quiero conocerla, al rato por lo menos un saludito”. “Yo trabajé con ella, a ver si me reconoce”. “¿Tú le darías un beso si te ofreciera la gubernatura?” “Esa vieja es bien cabrona”.
Todas las expresiones resumieron el inmenso poder de Elba Esther Gordillo. Ella, “La Maestra”.

 

***

 

Puntual a la cita llegó Enrique Doger, e inmediatamente fue asignado a una de las mesas principales, acompañado por los papás de Moreno Valle, así como por Coral Castillo de Cañedo y el periodista Fernando Crisanto.


Llegado el momento, el ex alcalde también fue seducido por la personalidad de Elba Esther Gordillo y se acercó a la mesa principal a saludar. Rápidamente el senador panista lo presentó, y también La Maestra para Doger tuvo palabras especiales. “Sé que no te quieren dejar pasar en el PRI. Búscame y veremos qué hacer”.


La complicidad de Moreno Valle y Doger una vez más se fortaleció.

 

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Enrique Doger no fue el único priísta presente. Ernesto Echeguren, el mismísimo operador de Melquiades Morales y que un día, intervenido telefónicamente en una conversación con Germán Sierra en la sucesión de 2004, enrojeció a la clase política con una sola palabra: putarracos.


Santiago Bárcena, el omnipresente asistente de Javier López Zavala, presagió la llegada del delfín marinista. La lista de invitados incluía su nombre, reservado en la mesa seis. Santí, como lo conoce el priismo, permaneció en labores de espía después de entregar el regalo del Secretario de Desarrollo Social: una corbata Zegna.


La presencia de un marinista-marinista causó sorpresa. Alejandro Fernández dejó boquiabierto a muchos comensales cuando arribó al salón acompañado por una de sus hijas. Nunca nadie supo porqué asistió: si como amigo de Moreno Valle o espía del gobernador.


Otro priista que paseó por todas las mesas y no perdió la oportunidad de tomarse una foto con Gordillo fue Víctor Hugo Islas, el primero de los tricolores en levantar la mano para suceder a Mario Marín en Casa Puebla.


Qué decir de Tony Gali, cuñado de Jorge Estefan Chidiac, presenció el poder de convocatoria del senador panista.


Ya a nivel de mapaches electorales del tricolor, Omar Blancarte y el diputado Pozoles, Víctor Díaz Palacios, hicieron cola para saludar a Elba Esther Gordillo.

 

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Casi como los Tres Mosqueteros, veinte años después el núcleo central del entonces llamado Grupo Finanzas reapareció en público. La vieja guardia morenovallista que soñó conquistar Puebla, y que casi lo logran. Jóvenes tecnócratas, educados en universidades privadas y con postgrados en Estados Unidos que llegaron a Puebla a revolucionar la política aldeana en el sexenio melquiadista. La vida los llevó por diferentes caminos, aunque no parece lejana su reunificación de cara al 2010.


Fernando Manzanilla, cerebro del Grupo Finanzas, debutó públicamente como cuñado de Moreno Valle. Luis Banck, después de dejar la secretaría del Trabajo y a Javier Lozano Alarcón, presumió su estilo de vida libre gracias a la iniciativa privada. Eukid Castañón, vicepresidente nacional de Convergencia, no se despegó en ningún momento del senador Luis Walton y de los funcionarios del partido que acompañaron a Rafael en su momento. Jorge Aguilar Chedraui, delegado estatal del ISSSTE, atendió personalmente a Miguel Ángel Yunes y al profesor Guillermo Aréchiga. Marcelo García Almaguer presumió su maestría en Harvard y su trabajo como consultor en comunicación en su natal Monterrey. Y Cabalan Macari, el mejor amigo de Moreno Valle —declarado por el mismo senador—, al frente en Puebla de los trabajos del Panal, así como de fusionar las estructuras con el PAN rumbo al 2009 y al 2010. El único que no llegó —porque ni siquiera fue invitado— fue el inefable Antonio Peniche, “Penumbra”, como les gustaba apodarlo y quien obtuvo el récord al lanzamiento de celulares.


Sí, el Grupo Finanzas veinte años después. Polvos de viejos lodos. Quizá preparados para una nueva aventura.

 

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Al inicio de campaña del morenovallismo podían faltar un amplio abanico de periodistas y medios de comunicación. Coral Castillo y Javier López Díaz de Cinco Radio; Rafael Cañedo Carrión, de Grupo Marconi; Fernando Crisanto de Milenio; Ricardo Morales de Intolerancia; Mario Alberto Mejía de El Columnista y Armando Prida júnior de Síntesis. Rodolfo Ruiz de e-consulta y hasta Blanca Lilia Ibarra. También en la lista, Sergio Regueres y Gerardo Pérez de Puebla Sin Fronteras.


Más sorprendente fue la presencia de Marco Antonio Ponce de León, ex director de El Sol de Puebla y que presumió su inminente regreso a los medios de comunicación, una vez que ha renegado del marinismo.


¿Así o más medios?

 

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Panistas de todo el estado acudieron a respaldar el proyecto morenovallista. Desde los liderazgos míticos como Francisco Fraile y Eduardo Rivera Pérez, pasando por la nueva camada de diputados federales como Violeta Lagunes, Guillermo Velázquez, Alfonso Bello, Lolita Parra y varios más. Anateresistas reconvertidos a la fe de moda en Acción Nacional como Salvador Escobedo Zoletto, Pedro Plaza y Bernardo Hinojosa. Yunquistas de lujo como Antonio Sánchez Díaz de Rivera, Felipe Puelles y Pablo Montiel, al igual que Leonor Popócatl.


Incluso el senador Jorge Ocejo se hizo presente a través de su hijo Íñigo Ocejo, delegado de Condusef en Puebla.


Humberto Aguilar Coronado, Ángel Alonso Díaz Caneja y Ana Teresa Aranda fueron los grandes ausentes del festejo, pero nadie se dio cuenta.

 

***

 

Cerca de las doce de la noche, todavía permanecía en las Bodegas del Molino el núcleo más íntimo del morenovallismo. Comentando las anécdotas del pasado y los sueños del futuro estaban Cabalan Macari, Fernando Manzanilla, Gabriela Moreno Valle, Marcelo García Almaguer y el empresario Ángel Trawitz. A ellos se les unió Marco Ponce.


Moreno Valle, exhausto pero feliz, no soltaba la mano de Marta Érika. La misión estaba cumplida.


Todos y cada uno de los esperados llegaron al lugar a respaldar su sueño por la gubernatura. Seiscientos invitados. Priistas y panistas por igual. Empresarios y periodistas. Alcaldes, diputados y senadores.
Pero todos podían haber faltado.


Y es que, el que Elba Esther Gordillo apoye sus ambiciones, no tiene precio.

 

 


 
 
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