Crónica sobre el último vendaval lópezobradorista


Segunda parte


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Antes del primer acto mientras los mendigos mendigan, los ladrones roban, las
putas hacen de putas… Un cantante callejero canta:
…En el verde y frío río Támesis
Caen los muertos por doquier.
No es la peste ni la cólera
Es que Mackie lo hace bien…
Risas entre las putas, un hombre se separa del grupo y atraviesa rápidamente toda la plaza1.


Pero aquí ni ríos hay, aunque sí lagos y lagunas. El río Támesis, si no me falla la Guía roji, está del otro lado, en la colonia Cuauhtémoc. Precisamente por la ruta que el pésimo estratega –el pinche taxista, dicho sea con respeto- no tomó. Y ¡al fin! me es visible el templete.


Otra cita: el 18 de marzo a las 5 de la tarde en el Zócalo. López Obrador pide, otra vez, que cada uno de los presentes por lo menos lleve a tres personas más. Más mística… juarista: “Como decía el presidente Juárez: con el pueblo todo, sin el pueblo nada”. Y como dicen los de Acción… Católica: “Con María todo, sin María nada”. Amén.


Se manifiesta en contra de la reforma judicial y por la liberación de los presos de Atenco y de Flavio Sosa. Ellos están en la cárcel, pero aquí, en la jaula que solitos escogieron, están y son visibles: el “gabinete legítimo”, dirigentes de los partidos “fieles” (Arnaldo Córdova dixit) y otras personalidades. López Obrador parece que sí se rasuró, si en la cárcel se puede, no hay motivos para que en una jaula no se pueda. El naufragio político es otra cosa, tan es así que el “Presidente legítimo” dice que nos quieren regresar al Porfiriato, y quien está de regreso es el líder de las “izquierdas” lópezbradoristas: Porfirio Muñoz Ledo (otro que sí se rasuró).


A las doce de mediodía con diez minutos, terminó el discurso con vivas a México, la bandera nacional, la expropiación y al petróleo.


“¡O-bra-dor, O-bra-dor, O-bra-dor!” Jesusa Rodríguez pidió que estuviéramos atentos: “La próxima cita multitudinaria es el 18 de marzo a las cinco de la tarde”. Es incorrecto, al menos para el lópezobradorismo la próxima cita tumultuaria es el 16 de marzo. Por cierto, no localicé visualmente a Alejandro Encinas. Tampoco a Jesús Ortega.


Caminando por el Chapultepec “legítimo”, los asambleístas y yo observamos y nos despedimos (algunos con nuestras manos les decimos adiós) de las personalidades que se retiran… ¡Me cago en la leche!, no podía faltar Gerardo Fernández Noroña. ¿No estaba en España? Parece que ya regresó.


Hay otra persona más “molesta”, un lopezobradorista le grita a Mandoki: “¡Eres un cabrón, Mandoki!... ¡Eres un maestro!” Por un instante pensé: a éste lo van a poner como Cristo de Iztapalapa (delegación chuchista, of course). Yo no pude ver ninguna agresión física, ninguna. Dicen que se dieron, bueno, no, no se agarraron a trancazos ni nada de eso: la agresión fue del lumpen lopezobradorista en contra de Javier González Garza y Carlos Navarrete. ¿Por qué? Por lo obvio, “traición”. A lo mejor, quisiera ser mal pensado y darle la razón al lumpen parcialmente, no se trata de “traidores”; podrían ser no traidores, sino infiltrados, caballos de Troya, cosas de ésas. Y pues aquí no habría lugar para la traición. Pues “haiga sido como haiga sido”, lo que sí vi fue una agresión al realizador de “documentales sobre fraudes electorales”, que, como queda claro, era “amor rudo”. Pero no sólo vi esto o a éste.


Ahí estaba, del lado en donde estuvo López Obrador, en la jaula, José Luis Pérez Canchola, el primer procurador de derechos humanos en Baja California. Ahí iba caminando y parece que ya tiene un buen tiempo en del D.F. (desde 1997). A la Procuraduría de Derechos Humanos, en Baja California, llegó porque ésa fue una concesión de Ernesto Ruffo Appel al PRD, partido que en aquel entonces mangoneaba como quería. Y bueno, allá aún hay lopezobradoristas que fueron funcionales a la agencia de colocaciones de candidaturas de Ruffo en el PRD.

 

Pero el que sí sobresalió en la Agencia, ya que fue el candidato a senador en 1994, fue José Luis Pérez Canchola. A él nadie lo identificó físicamente aquí: ni como héroe (el caso de Mandoki), ni como traidor (el caso de González Garza y Navarrete). Interesante. ¿Qué tienen un común Pérez Canchola y López Obrador, qué misión en la izquierda? Digo, Pérez Canchola se incorporó a la PGJDF en 1997 y fue después director de IFP, pero ahora es el camarada que coordina el Comité en defensa del petróleo en Baja California. Va y viene. Pero insisto: ya está muy activo del lado de Amlo. ¿Qué misión tienen en común? Ah, creo que a Pérez Canchola nadie lo identificó porque no es conocido físicamente. Ah, sí hubiesen estado algunos de sus ex compañeros del Partido Comunista Mexicano, estoy seguro, sí lo hubiesen identificado y no sería la primera vez. Obvio: era su “camarada”.


Y así nos fue, pero ahora nos vamos con los lopezobradoristas transeúntes por Sullivan, a ver qué vemos, qué pasa y si alguien nos agarra la pierna y otras cosas en sí.


Sin embargo, en los límites de Miguel Hidalgo (me refiero a la delegación, no al Padre de la Patria, ya que un héroe, lo vimos hoy con el “Presidente legítimo”, no tiene límites), saco cuentas y me percato de que traigo poco dinero. Y a ciencia cierta, ni idea de si por el agarrón uno paga o le pagan. A según, ¿no? Pues para que nuestra ciencia sea exacta, indaguemos. ¡Trabajo de campo en Sullivan!


El primero. En una esquina, que tal parece ser el lugar idóneo para agarrar algo, ya se están dando. Y aquí sí es de aquí para allá, y viceversa. ¿Y mi papel? Voyeurista, pero somos varios abajo (del puente). Personas de la segunda y tercera edad rodean a una muchacha; no le hacen casita, le hacen el feo. La muchacha les entrega propaganda que no fue de su agrado. Es como la una de la tarde y la temperatura sube. El tono del agarrón también va en aumento, hablan de un perro. ¡¿Qué van a hacer?! Por lo pronto, siguen discutiendo y mencionan a una tal “chacha” y la pensión. “Él defendió el petróleo”, dice la chava. ¿Quién es ésta, quiénes son éstas y éstos, quién aquél, quién esta otra?


Por partes. La muchacha es de las juventudes larouchistas y les reparte a los lopezobradoristas un volante donde el grupúsculo de Lydon LaRouche habla del petróleo y enaltece a López Portillo. El volante, además, trae una foto del autodenominado “último presidente de la Revolución”. Se supone que a los larouchistas los han corrido varias veces (de las concentraciones del lopezobradorismo, no sé si de Sullivan también), pero parece que son tercos, tanto que se asemejan a López Obrador (así lo califica su amigo Federico Arreola) en más de una cosa en sí. Independientemente de las –supongonulas ligas larouchismo-lópezobradorismo, encuentro otra similitud.


La larouchista dijo que era de Guanajuato, lo que le costó una rechifla; que era pianista autodidacta, lo que le costó otra rechifla (“estudia en escuelas públicas, como el licenciado López Obrador”). Los invitó a leer lo que les daba, y le contestaron que no, que “ya sabían la verdad” y dieron por concluido el debate con: “¡Es un honor estar con Obrador!” Ella prácticamente se declaró larouchista-lópezportillista, pero si nos fijamos un poco más en López Obrador, nos daremos cuenta de que los interlocutores de la joven en cuestión eran ni más ni menos que lopezobradoristas-lópezportillistas.


Pero, sin embargo, sí le hicieron una pregunta muy concreta: “¿Tú a favor de qué estás?” Y les contestó: “Del Estado nacional”. “Ah, nosotros también”, dijeron. Yo también, pensé, pero sin remitirme a los López (Obrador y Portillo) ni a LaRouche.


Nuestras referencias deben ser forzosamente otras, para esto y para lo que se ofrezca (Jünger Habermas, Friederic Jameson y otros más).


Ya no hubo ningún agarrón más por todo Sullivan. Pero a propósito del Estado nacional, en el mundo, y del lopezobradorismo, en México, agarrones no nos faltarán.

No soy de un pueblo de bueyes…
Cantando espero a la muerte
Que hay ruiseñores que cantan
Encima de los fusiles
Y en medio de las batallas.
Miguel Hernández

16 de marzo de 2008: elección en el PRD, que nos recuerda la del 14 de marzo de 1999 y todo lo que ha pasado, vía López Obrador en lo fundamental, desde entonces en y con el PRD. Marzo y los noventa. Marzo y las triquiñuelas. Sí, ahora ciertas prácticas priístas y marzo vuelven a hacerse: están aquí. Pero antes estuvo enero.


A mediados o finales de enero de 1994, Cuauhtémoc Cárdenas visitó Baja California. Era invierno, pero no parecía: a Baja California también había llegado un nuevo viento de Chiapas el primero de enero. Nos tocó esa gira (y también ese viento).


Pasaron cosas inolvidables durante ese año, unas más y otras menos, a según el individuo. Al salir de una reunión con investigadores del Instituto de Astronomía de la UNAM en Ensenada, en el camión se dio una conversación inolvidable (para mí). Ahí el economista Jorge Calderón Salazar, entonces diputado federal (una plurinominal que, según dijo Muñoz Ledo en 1992, le correspondía a la maestra Ifigenia Martínez, a quien menospreciaron –una falta de respeto- y dejaron fuera en esa legislatura: “¡Respeto al voto de la circunscripción!”, corearon en su contra los trisectos en la asamblea), mencionó, palabras más palabras menos: “Lo que dijeron estos investigadores –sus quejas- lo he vivido: ¡toda mi vida he sido investigador!” Después, no recuerdo por qué, Manuel Marcué Pardiñas enfiló la conversación en torno a las candidaturas que estarían en juego en el proceso (diputados y senadores), mismas que se decidirían en los meses posteriores. Marcué insistió en que se debía cuidar mucho quiénes iban a ser los candidatos, y esto dijo: “Necesitamos candidatos inteligentes, pero que tengan güevos. De nada te sirve ser inteligente si no tienes güevos, de nada te sirve tener güevos si no eres inteligente”. Calderón mencionó el nombre de un economista: “Encinas, Marcué, Encinas es muy inteligente”. Marcué contestó discretamente: “Sí, pero no tiene güevos”. Con el tiempo la inteligencia del entonces diputado Alejandro de Jesús Encinas Rodríguez parece que se evaporó (y es puro gas) o quizá nunca existió (ni como gas). Pero… ¿hubo algún perredista considerado por el economista Ernesto Zedillo Ponce de León, en 1994, para ser incorporado al gabinete?2


¿Economía de pensamiento? “¡Nooooooo, es mi economía, estúpidos!”, bien podría contestar Andrés Manuel López Obrador. Plurinominales, nominas del PRD, prerrogativas, erario del GDF, etcétera. Poderoso caballero es don André$, “juarista en lo político y cardenista -por el general- en lo económico y social”.
Otro dieciocho de marzo…
“Juárez… ¡Juárez!... ¡Juaaaaaaárez!... Juárez no debió de morir, ¡ay!, de morir /
Juárez no debió de morir, ¡ay!, de morir / Porque si Juárez no hubiera muerto…” A buena hora, las cuatro y media de la tarde y ya estamos aquí. A un costado de la Alameda, alguien me entrega un volante: “URGENTE… No permitas que estos ladrones se apoderen…” Por momentos pensé que hablaban de los ladrones que se apoderaron del PRD, pero no, hablan de otros ladrones: “los que quieren vender Pemex”. Solté el volante; cayó lentamente. Esto tiene una explicación: la resistencia… del aire. Pero hay algo más, una ausencia que también es una explicación: el viento no aparece, a pesar de que muy cerca de aquí, hace unos minutos, sí se hizo presente.


En ausencia de viento, por el momento, hay un buen número de camiones. Estos deben ser parte de las irregularidades menores que reconoció el mapache Arturo Núñez Jiménez, a propósito del proceso electoral en el PRD: el acarreo. Y vaya que se trata de irregularidades (algo que no es regular): no toda asamblea informativa coincide con un proceso electoral. ¡Acarreo al dos por uno!


No quiero caminar y estoy de suerte. Frente a la Alameda hay un contingente de Convergencia, todos uniformados como si fueran parte de uno de los tres sectores. Y sí, son uno de los tres sectores del PRI lópezobradorista, son sectores “fieles”, y ya habrá tiempo para las “explicaciones” de Arnaldo Córdova. ¿Y la suerte? No sólo hay un buen número de “socialdemócratas” naranjas, también hay varias decenas de bicitaxis. Tomaré uno.


No pude tomarlo, pero sí puedo dar la explicación: iban a salir en caravana hacia el Zócalo. Los bicitaxis, que no sé quién les distribuye placas y/o permisos (¿Francisco Garduño, Armando Quintero, René Bejarano?), están inscritos en una organización de nombre “Cárdenas”.


Otros más, los de la UPREZ y su pase de lista. Paso de largo y ya estoy cerca de Bellas Artes. Las dos astas banderas que están en las jardineras, en la punta tienen una especie de águila que no cae, pero tampoco se eleva. Lo dicho, no hay viento y estas aves ni lo generan. Esto está un poco desolado, medio muerto. ¿Por qué? “…Porque si Juárez no hubiera muerto / Porque si Juárez no hubiera muerto… ¡Todavía viviría!”


Atrás dejamos a Juárez (la avenida) y a Cárdenas (el Eje Central). En Madero hay resurrección, y no sé si alguien ya invocó a algún espíritu. También hay anuncios con una flecha, que señalan la dirección hacia un museo. Mejor debería dirigirme ahí.


Aquí está el museo, la Casa de Iturbide, pero está cerrado. ¿Qué esconden? Pues la exposición se anuncia así: “México, liberalismo y modernidad, 1876-1917”. ¿De qué se tratará? ¿Qué esconderán? ¿El Estado nacional? No sean cabrones… hay más  nuncios del museo, entonces no se trata de éste.


Y tampoco es el Museo del Estanquillo, siguen los anuncios. Sin duda, debe tratarse del ¡Museo de las Asambleas Informativas! En Gante y Madero, iba a preguntar.


Aquí se encontraba una mesa de afiliación al “gobierno legítimo”, pero estaban tan ocupados en eso de credencializar (gratuitamente… sería el colmo pagar por eso), que no pude preguntar nada. Lástima, por estar en una semana de irregularidades, iba a preguntar al ¡dos por uno!


La segunda pregunta. La mesa era atendida por lopezobradoristas, no precisamente militantes del PRD. Los lopezobradoristas a través de sus blogs, columnas “periodísticas” y otros medios, lanzaron la convocatoria no a afiliarse al “gobierno legítimo”, sino al PRD con el único propósito de votar en el proceso electoral de este partido, y en concreto a favor de los candidatos de López Obrador (y en estas afiliaciones sí había dinero de por medio… el de las prerrogativas que ya se está embolsando Amlo como un Bejarano o Ímaz cualquiera). Y decían que una vez realizado esto, la afiliación y el proceso electoral, iban a renunciar al PRD. Así de simple. La pregunta es: ¿cuándo renuncian al PRD, o ya lo hicieron hoy, ayer? Jaime Avilés, de La Jornada, y Froylán Yescas, de Flor y Canto, pero en general los lopezobradoristas, son caracterizados por la misma inmoralidad y falta de ética de Juan Camilo Mouriño. El calderonismo y el lópezobradorismo, tal para cual.


Me olvido del museo. Llegando al Zócalo, escucho a Jesusa Rodríguez: “En estos momentos está entrando por enfrente el virtual presidente del PRD, Alejandro Encinas”.


Él entró por 20 de noviembre, ya que ahora el templete está en medio de la plancha del Zócalo, a un costado del asta bandera. Yo llegué de ladito, por Madero; es decir, por el oeste. Mi mala suerte está al dos por uno: no pude tomar un bicitaxi y… ¡no vi a Céfiro!


Una mitad de la plancha del Zócalo está llena. La otra mitad está ocupada por algo que no sé qué es. Hay una manta en el edificio que está enfrente de Palacio Nacional, que tiene una leyenda del general Lázaro Cárdenas y su mirada. La voz de Jesusa Rodríguez, como una mitad de la plancha del Zócalo, está llena, pero de palabras:


“Ahí está la mirada de Lázaro Cárdenas, nuestro pasado inmediato”. Jesusa me sigue impresionando, porque si bien su presente es López Obrador, su pasado (político, no digamos genealógico) no es Lázaro Cárdenas (como tampoco lo es en los mismos aspectos de López Obrador). ¿Cuál es el pasado político de Jesusa Rodríguez?


El viernes 7 de julio de 2000, hace casi ocho años, Jesusa Rodríguez me impresionó por partida doble. Uno, ese día visité por primera vez su cabaret El Hábito (como un bálsamo ante el triunfo del espantoso Vicente Fox, y por eso firmé como primer miembro fundador del Club Internacional de Enemigos de Fox, y todavía MCF…). Dos, al final de la velada, Jesusa Rodríguez dijo con micrófono en mano: “Pero en el 2006 tomaremos el poder con Rosario Robles”. Ya en los primeros minutos del 8 de julio, me acerqué a ella porque esa candidatura no sólo me pareció desmesurada sino también prematura. Le pregunté: “Entonces ¿usted cree que Rosario Robles debe ser candidata a la presidencia en 2006?” Jesusa me contestó: “A güevo”. No sólo.


Posteriormente la vi en su puesta en escena “El Fuego” basada en el “Prometeo encadenado” de Esquilo y el “Prometeo sifilítico” de Renato Leduc, con una adaptación de Juan Ramón Enríquez. Esta obra se presentó en el entonces reinaugurado Teatro de las Vizcaínas, con todo el apoyo moral y económico (según las propias palabras de Jesusa) del gobierno que entonces encabezaba Rosario Robles. Al final de la obra, Jesusa (caracterizando a una Dolores Olmedo, cacique cultural) seguía micrófono en mano con su campaña: “Con Rosario Robles tomaremos el poder en 2006”. Y así siguió hasta marzo de 2004; cambió de candidatura, pero no de “vocación democrática”: es “a güevo”.


(Al final de la jornada del día de hoy, escucharemos unas canciones ah hoc de Jesusa Rodríguez y Liliana Felipe. Son expertas, porque precisamente en el año 2000 le dedicaron una canción y un CD, Vacas sagradas, a Rosario Robles. La canción se llama Futura Presidenta y no dice nada más que esto: “¡Que vivan las enaguas de Rosario!”)


Aquí, en la plaza, Jesusa sigue hablando. El templete sigue llenándose (quién sabe por qué). El “Presidente legítimo” no llega, pero mi memoria la estoy recuperando; de hecho, ya sé qué llena la otra mitad de la plaza… el museo.

 

 

1 “La ópera de cuatro cuartos” de Bertolt Brecht, Edición Alianza Editorial. Bueno, en realidad la ópera era de tres centavos, pero las traducciones también generan plusvalía.

 

2 El propio Zedillo reconoció que las elecciones de 1994 habían sido inequitativas. La posición del
PAN en el gabinete, vía Lozano Gracia, sí se ocupó. Zedillo necesitaba legitimidad porque en ese entonces el IFE estaba todavía en manos del gobierno, del PRI, y su presidente era el priísta Arturo Núñez Jiménez. Éste, además, fue su coordinador priísta en la Cámara de Diputados, de 1997 al 2000, y sacó adelante el Fobaproa. Ahora, el senador lopezobradorista Arturo Núñez Jiménez le sacó a López Obrador las elecciones en el PRD. ¿Qué les queda por decir a los perredistas, “es un honor seguir en la abyección”?

 


 
 
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