Rubén Gil, historia de un narcocorrido


Valentín Meneses supo de las andadas de “El Gavilán”


Es un personaje más de los narcocorridos. No tiene diferencias con ningún otro capo mexicano. Es Rubén Gil, el primer alcalde mexicano detenido en Estados Unidos por crimen organizado, apadrinado por tres priistas poblanos Roberto Marín, Jorge Estefan Chidiac y López Zavala


Selene Ríos Andraca

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La de Rubén Gil Campos es una historia de éxito. Seis años después de regresar a tierra mexicana de Estados Unidos se convirtió en un prominente priista gracias al padrinazgo de Roberto Marín Torres, Jorge Estefan Chidiac y Javier López Zavala.

 

Y sólo bastaron dos millones de pesos para comprar la candidatura priista que lo llevó a la alcaldía de Izúcar de Matamoros, a pesar de los constantes y sonados rumores de su “pequeño defecto”: amén de realizar mudanzas con su empresa Gil Moving & Storage, transportaba kilos de cocaína pura.


Una historia digna de Los Tigres del Norte.


El ingreso de Rubén Gil a la política poblana se produjo gracias a su amigo, socio, cómplice y compadre: Carlos Olamendi Torres, Alto Comisionado para la Atención del Migrante Poblano, quien en 2004 presentó al narcoalcalde con el entonces candidato a la gubernatura Mario Marín Torres.


Desde entonces, sus ambiciones políticas despertaron e intentó ser el abanderado priista a la Presidencia Municipal de Izúcar de Matamoros, pero la desconfianza de Marín dominó la escena electoral y no obtuvo la estafeta.


Entre 2004 y 2007, “El Gavilán” —como la agencia de narcóticos Drug Enforcement Administration (DEA) lo identifica— se dedicó a hacer negocios y a tejer relaciones con la élite política poblana: adquirió un enorme rancho, “La Traconera”; consiguió, gracias a Javier López Zavala, la antigua maquiladora de koreanos; con el apoyo de Carlos Olamendi instauró una empresa receptora de remesas, Fast Money; patrocinó la campaña de Jorge Estefan Chidiac a diputado federal en 2006 y como punto culminante celebró los quince años de su hija en la maquiladora, donde el grupo K-Paz de la Sierra amenizó la fiesta de la adolescente, cuyo padrino fue Jorge Estefan Chidiac.


A través de columnas, notas publicadas —la mayoría extraídas de La Jornada de Oriente— y fuentes priistas, Cambio presenta hoy la biografía política de Gil Campos y responde a las preguntas ¿Quién lo apoyó en el PRI? ¿Cómo logró la candidatura? Y ¿Qué hilos movió para ser un priista prominente?, entre otras.


Rubén Gil regresó a tierra mexicana antes del proceso electoral de 2004, pero fue su padre, Honorio Gil Gavilán, quien logró la candidatura a edil de Tepeojuma con el apoyo del Partido de la Revolución Democrática (PRD).


Pero no todo fue miel sobre hojuelas para el “empresario” migrante. A su llegada recibió tres golpes trágicos: la negativa de Marín Torres para la candidatura, la muerte de su padre Honorio Gil Gavilán y su detención en el Distrito Federal.


El 9 de septiembre de 2006 —reportó La Jornada de Oriente en su edición del 11 de septiembre— “un crimen pasional” terminó con la vida de Honorio Gil en el motel Terranova, en Izúcar de Matamoros. En menos de 24 horas, la Procuraduría General de Justicia presentó a los presuntos responsables del homicidio y no se supo nada más.


Días después, el 21 de septiembre de ese mismo año, fue detenido junto a Magdaleno de la Cruz Hernández por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, en la intersección de Avenida Zaragoza y Bulevar Puerto Aéreo en la colonia Moctezuma.


De acuerdo al boletín de prensa emitido por la SSP-DF, a ambos se les decomisaron armas de alto calibre: dos armas Pietro Beretta, 150 cartuchos, y seis cargadores calibre .9 milímetros, un cargador .38, cinco balas expansivas, así como seis teléfonos celulares.


Gil Campos y Magdaleno de la Cruz se identificaron con credenciales falsas —escaneadas— de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Procuraduría General de Justicia. Además no acreditaron permiso de portación de armas ni la propiedad del vehículo.


“Los elementos de la SSP-DF realizaban su recorrido de vigilancia cuando detectaron la camioneta Escalade, color beige, con vidrios polarizados, placas 5TUT469, de Baja California, que estaba parada en el citado punto y cuyos ocupantes, al notar la presencia de los uniformados, su nerviosismo fue evidente.

 

Los uniformados se acercaron y al hacerle la revisión de rutina se les encontró las armas (…) Los detenidos se identificaron con los nombres de Magdaleno de la Cruz Hernández, de 47 años de edad, y José Rubén Gil Campos, de quien se ignora su edad; este último indicó que es empresario y también representante de inmigrantes de Puebla en el estado de Baja California” dicta el boletín de prensa, que también establece que en ningún momento Gil Campos acreditó la aportación de armas ni la propiedad del vehículo. (http://portal.ssp.df.gob.mx/Portal/ComunicacionSocial/Boletines/b12182006.htm).


Posteriormente, y de forma aún inexplicable, la Procuraduría General de la República le exoneró de toda responsabilidad y fue liberado.


Fuentes priistas confiaron a Cambio que la protección de la PGR se hizo evidente después de su liberación y se concretó cuando meses después las oficinas de la asociación civil de Gil Campos denominada “Auténtico 5 de Mayo” estaban ubicadas en el mismo edificio donde se encuentra la sede regional de la PGR en Izúcar Matamoros.

 

Dinero, la llave de su éxito político


Recién llegado de Los Ángeles California, el narcoalcalde adquirió el rancho de 60 hectáreas “La Traconera” por un millón 200 mil pesos.


Meses después, emprendió un negocio con Carlos Olamendi, el proyecto 5 de mayo, que tenía el objetivo de hacer un tianguis con los productos de los migrantes para apoyar a sus familias radicadas en México, proyecto de “Auténtico 5 de Mayo”.


Olamendi y Gil Campos consiguieron gracias a Javier López Zavala, entonces secretario de Gobernación, que la administración municipal les diera el terreno donde se encontraba la maquiladora de koreanos que había quebrado en el pasado. La bodega se les entregó y el proyecto sigue estancado.


En esa bodega, Gil Campos organizó una fiesta digna de los cánones de los narcotraficantes mexicanos.


Fermín García en su columna Cuitlatlán del primero de agosto de 2007 consignó: “Este fin de semana se celebró la fiesta de 15 años de una hija de Rubén Gil. El padrino fue Jorge Estefan Chidiac y la música estuvo a cargo de uno de los grupos de moda llamado K-Paz de la Sierra, el que toca pasito duranguense.”


En el 2006, apoyó con miles de dólares la campaña de Jorge Estefan Chidiac, actual diputado federal por Izúcar de Matamoros y presidente de la Comisión de Hacienda, confirmaron fuentes priistas confiables.


Para inicios de 2007, Gil Campos propuso ante empresarios la instalación de plantas tratadoras de agua y la culminación del tianguis para migrantes.


A mediados del año pasado, cuando comenzó el jaloneo por las candidaturas en el tricolor, Jorge Estefan y Javier López Zavala impulsaron al “Gavilán” y lo acercaron a Roberto Marín Torres, entonces secretario de Organización del Comité Directivo Estatal del PRI.


Sólo dos millones de pesos costó el nido de “el Gavilán” en el tricolor.

 

El PRI siempre lo supo

 


Para ningún líder priista fue sorpresa la noticia del narcoalcalde. Para nadie. Ni para Valentín Meneses Rojas, ni para Javier López Zavala, ni para nadie.


Un distinguido priista reveló a Cambio que Valentín Meneses Rojas supo que Gil Campos tenía problemas en Estados Unidos relacionados al narcotráfico.


Varios personajes distinguidos de Izúcar de Matamoros le advirtieron a Meneses Rojas y a López Zavala sobre los actos ilícitos del primer alcalde mexicano detenido en Estados Unidos por narcotraficante.


Los precandidatos a la candidatura por Izúcar fueron los primeros en romper el silencio: Miguel Ángel Cervantes, Ignacio Ruiz, Manuel Mastrache, Carlos Castillo —el mejor posicionado en las encuestas del tricolor— y Daniel Vargas, quien acusó públicamente a Gil Campos de ser un narcotraficante.


Daniel Vargas hizo una conferencia de prensa durante el proceso interno para advertir las andadas de “El Gavilán”, y éste lo amenazó también públicamente: “que se calle si no tiene pruebas”.


Después los distinguidos migrantes, Félix Sánchez y Carlos Orea Alonso, acusaron a Gil Campos por los problemas en Los Ángeles, California.


Pero nadie los escuchó.


Y gracias al padrinazgo de Jorge Estefan Chidiac, a la disposición de Roberto Marín y al impulso de López Zavala, Gil Campos se impuso sobre Carlos Castillo y ganó la candidatura. “El comentario generalizado es que llegó a la postulación por obra y gracia del secretario de Gobernación, Javier López Zavala; es decir, ya se tiene identificado al responsable de la posible debacle priista en Izúcar de Matamoros”, escribió Fermín García en la columna y fecha antes mencionadas.

 

 


 
 
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