Saturday, 20 de April de 2024


+ Corte liberó a una secuestradora + Derechos a pillos, no a víctimas




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En una maniobra que se ajustó más a la perversión del poder que a la teoría de los juegos, la ministra Olga Sánchez Cordero puso una trampa a los ministros de la primera sala para cumplir con su intención original de decretar la libertad absoluta de la secuestradora francesa Florence Cassez.  

 

Su ponencia original propuso el amparo para efectos pero perdió la votación por los votos en contra de los ministros Arturo Zaldívar, Jorge Pardo, José Ramón Cossío y Alfredo Gutiérrez, pero percibió que dos de ellos fundamentaron su voto a favor de la libertad absoluta de Cassez y casi al final de la sesión la ministra Sánchez Cordero se sacó de la manga la propuesta de Zaldívar de hace un año por la libertad absoluta, la hizo suya y logró tres votos a favor y dos en contra.

 

 

El giro espectacular en su propuesta dejó indicios de que la ministra Sánchez Cordero había preparado la maniobra de distracción en alianza con el ministro Zaldívar. Antes de perder la votación de su propuesta, de debajo de unos papeles en su escritorio en el pleno sacó la propuesta de Zaldívar de marzo del 2012, la presentó como corrección a la propia derrotada: Gutiérrez, abogado fiscalista, había votado en contra del amparo para efectos de la ministra Sánchez Cordero y se había pronunciado por la libertad absoluta de la secuestradora. Esa fue la señal para una nueva votación a favor de Cassez.

 

 

Los efectos políticos, sociales y de seguridad de la maniobra palaciega de la ministra Sánchez Cordero van a impactar en la política de seguridad por razones varias:

 

 

1.- Los tres ministros que votaron por la libertad absoluta de la secuestradora pusieron los derechos al debido proceso de una delincuente probada por encima de los derechos de las víctimas. La propuesta intermedia fue clara: depurar de las pruebas las que se derivaran a posteriori del montaje armado por la Secretaría de Seguridad Pública, para dejar en claro que Cassez era una delincuente pero podía ser amparada por la ley.

 

 

2.- La política de derechos humanos que se consolidó en la Constitución con las reformas del 2011 ahora se sabe que van a beneficiar a los delincuentes y no a los ciudadanos y menos las víctimas. Hay un principio del derecho que dice que la aplicación de la ley debe beneficiar al más débil e incluso se aplica para asumir retroactividad de algunas leyes. La argumentación de los ministros Sánchez Cordero, Zaldívar y Gutiérrez puso la legalidad a favor del delincuente como prioritaria a los derechos de las víctimas.

 

 

3.- Los ministros Cossío y Pardo fueron muy claros en sus análisis: el montaje de la escena del crimen que realizó la SSP para que fuera grabada y transmitida por la televisión --principalmente para el programa de Carlos Loret de Mola, de Televisa-- fue después de elementos probatorios del delito de Israel Vallarta y su novia Florence Cassez. Cassez fue detenida en relación directa con los secuestradores e identificada por secuestrados. Así, el famoso “debido proceso” judicial se aplicó para beneficiar a la secuestradora.

 

 

4.- Si se revisa la secuencia grabada y transmitida por Televisa en diciembre del 2005, la policía dejó la escena del crimen real. En las escenas aparece Cassez con cara de asustada, afirma “yo no sé nada, Vallarta es mi novio” y dijo que estaba en el rancho de los secuestradores porque Israel Vallarta “me dio chance” de vivir ahí. ¿Una novia, que aparece en fotos con sus padres y su novio Vallarta en cenas sociales en el mismo rancho de Los Zodiaco, se encontraba en el lugar del crimen sólo porque su novio le dio chance de tener un lugar donde dormir? ¿Vivir juntos es un chance?Cuando menos dos secuestrados testimoniaron que Cassez era parte de la banda y los había amenazado con cortarles un dedo.

 

 

5.- En su argumentación final, la que introdujo su sorpresivo cambio de propuesta porque tiró la suya a la basura y presentó la del ministro Zaldívar que ya había sido rechazada por eludir las pruebas existentes antes del montaje, la ministra Sánchez Cordero hizo una defensa compungida de las víctimas y elogió la decisión de México de introducir como decisivo en las leyes a los derechos humanos, pero a la hora de la verdad decidió apoyar a la secuestradora porque se habían violado sus derechos humanos, aunque la conducta criminal de Cassez haya violado los derechos de secuestrados, torturados y amenazados de muerte. Al final, la ministra simplemente defendió los derechos humanos de una secuestradora.

 

 

Lo que viene ahora es la aplicación de lo que bien puede llamarse la Doctrina Sánchez Cordero: el debido proceso aplicado en términos absolutos para beneficiar a los delincuentes. Y si la Corte, como dijo el ministro hoy retirado Guillermo Ortiz Mayagoitia, no debió de haberle dado trámite al amparo de Cassez, ahora puede recibir una avalancha de amparos presentados por delincuentes sentenciados y esos amparos se van a basar en la argumentación de la ministra Sánchez Cordero de violaciones al debido proceso.

 

 

El asunto es delicado. Quien conozca de procesos policiacos y judiciales, en los arrestos de delincuentes siempre hay violaciones al debido proceso. Por eso la salida jurídica --no kelseniana de la teoría pura del derecho-- procedente era la de limpiar las pruebas --como apuntalaron los ministros Pardo y Cossío-- posteriores al montaje, a fin de que la secuestradora Cassez pudiera tener una revisión a la baja de su sentencia pero sin ofender a las víctimas con la libertad absoluta a pesar de las pruebas en su contra anteriores al montaje policiaco ni negar su culpabilidad.

 

 

La contraparte que nunca tomó en cuenta la ministra Sánchez Cordero, salvo para justificar su viraje en su propuesta, fue la de las víctimas. En la sala de la Corte Suprema estuvo presente Ezequiel Flores, uno de los secuestrados que aportó elementos criminales para señalar la culpabilidad de Cassez y que padeció durante sesenta y cinco días el secuestro por la banda de Vallarta y Cassez, Los Zodiaco.

 

 

Así, la ministra Olga Sánchez Cordero pasó a la historia judicial de la infamia al haber dejado en libertad absoluta a una secuestradora francesa que ya no podrá ser juzgada por segunda vez pese a las acusaciones de las víctimas porque nadie puede ser juzgado dos veces por el mismo delito.

 

 

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