Friday, 26 de April de 2024


Y cuando esto mejore…




Escrito por  Irma Sánchez
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Estresa hablar todos los días de los males que hoy aquejan al país en el que nacimos vivimos y vamos a morir.

Pero estamos convencidos que “algún día” esto tendrá que terminar, y para entonces ¿cómo estará nuestro México?

 

 

¿Qué nos ofrecerá?

 

 

Y lo más importante ¿qué estamos dispuestos a darle?

 

 

¿Qué hacemos desde hoy para entonces?

 

 

Aquí cabe citar algunas recomendaciones que externó en su reciente visita a México el fundador del Banco de los Pobres, Muhammad Yunus que propone ante todo promover las empresas sociales, dejar de apostarle a un empleo que son escasos, e ir al encuentro del mundo con el espíritu emprendedor.

 

 

Esta última recomendación sobre todo se las hace a los jóvenes que hoy se forman en las aulas, convencido de que “deben dejar de pensar en conseguir un empleo, y pensar qué propuesta están en condiciones de hacer incluso para fundar su propia empresa.

 

 

La micro empresa hoy es posible aterrizarla a través de diversos programas promovidos  por organizaciones internacionales que trabajan para detonarlas.

 

 

La micro empresa en cualquier país con problemas económicos ha sido la solución, como en el suyo en Bangladesh, en donde logró que a las mujeres se les respetara su actividad productiva y se les apoyara con microcréditos promovidos por organizaciones internacionales convencidas del fenómeno del desempleo, la pobreza y las necesidades de una familia y una sociedad.

 

 

Los promotores de la micro empresa además de financiar asesoran para prevenir riesgos y asegurar el éxito del proyecto.

 

 

Entre las microempresas se genera una corriente de trabajo y complementariedad para producir y ser competitivos en el mercado, atendiendo necesidades reales.

 

 

El asunto aquí en México es el de presionar sin crear caos y destrozos para que cambie el curso de las cosas y que cada quien asuma su responsabilidad, convencidos de que con el saldo actual, todos perdemos, lejos de las conveniencias políticas por las elecciones del próximo año.

 

 

El 2015 deberá de marcarse como el año de la recuperación y reconstrucción de México, sin privilegios, y con responsabilidades compartidas entre el gobierno, los partidos políticos y la sociedad que ya dio muestras de su despertar y que sabe exigir, pero también sabe sumar.

 

 

Don Rosendo y los enfermos

 

 

Ciegos, sordos, inválidos, parapléjicos, con parálisis, enfermos de cáncer, con discapacidad locomotora,  y con todo tipo de padecimiento asistieron el domingo a la parroquia de la Medalla Milagrosa, rodeados de sus familiares y cargados de fe para participar en la tradicional misa que hace más de 15 años instituyó para y por los enfermos, quien en ese momento era el arzobispo de Puebla Rosendo Huesca Pacheco, hoy arzobispo emérito.

 

 

Puntual a la cita instituida para el primer domingo del mes de diciembre, don Rosendo visiblemente abatido también por la pena de haber perdido tres días antes a un sobrino víctima de una mortal  enfermedad, oró y encomendó a todos los enfermos del mundo al santo Juan Pablo II quien pisó tierras poblanas hace 35 años.

 

 

En su homilía don Rosendo pidió a los enfermos y sus familiares orar también por México que comentó “nunca antes había enfrentado tantos males como los de hoy por lo que hay que buscar los caminos de la concordia, la justicia y la paz”.

 

 

Al término de la celebración los enfermos conducidos por sus familiares acudieron a los pies del altar en donde el arzobispo emérito los abrazó, los bendijo, los invitó a orar sin perder la fe como lo enseñó Juan Pablo II que supo llevar sus enfermedades durante su pontificado cuando enfrentó primero el atentado de Mehmet Ali Agca y posteriormente un tumor con una secuela de múltiples complicaciones en su salud, que llevó a los científicos a ahondar en el estudio del mal de Parkinson y otros padecimientos.

 

 

 

 

 

 

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