Tuesday, 23 de April de 2024


A Roma




Escrito por  Irma Sánchez
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Los recientemente consagrados obispos auxiliares de Puebla, don Felipe y don Tomás, en menos de dos meses tienen que acudir a Roma para reunirse con el papa Francisco y con los más altos funcionarios de la Santa Sede.

Mejor regalo no pueden recibir los nuevos obispos.

 

 

Se trata de la reunión quinquenal conocida como “ad liminia apostolorum” establecida en el canon de la Iglesia que queda bajo la coordinación de la Congregación para los Obispos, que en México encabeza el obispo de Cuernavaca Ramón Castro Castro.

 

 

Este encuentro con el papa y su equipo de trabajo tiene por objetivo la revisión de los problemas de cada arquidiócesis para que así en forma directa en el Vaticano se tenga el panorama real de lo que acontece en la Iglesia y entre los católicos de cada una de las regiones de México.

 

 

Por lo que surge la gran incógnita: ¿de qué le hablarán los tres obispos auxiliares de Puebla al prelado?

 

 

De acuerdo con la agenda, el encuentro y la comparecencia de los obispos de Puebla, don Felipe, don Tomás y don Eugenio, será la segunda quincena de mayo.

 

 

Primero hay un encuentro general de todos los obispos mexicanos con el papa y después vienen las reuniones informativas y de trabajo.

 

 

¿Qué datos incluirán los obispos en las tarjetas informativas que llevan a Roma?

 

 

¿De qué hablarán los obispos?

 

 

¿Qué estadísticas presentarán?

 

 

Le hablarán, ¿de todo, de todo?

 

 

De lo insuficiente que resultan menos de 500 sacerdotes para 3 millones 900 mil católicos que reclaman servicios y sacramentos, en fin, que la información que lleven es importante, pero aún será más importante las decisiones y directrices que el papa y los altos jerarcas de la Iglesia les definan.

 

 

Al final de cuentas, ellos llevan en sus portafolios los problemas y retos a los que se enfrenta la Iglesia católica en Puebla, cumplirán con la entrega y a su retorno tendrán que reforzar las líneas de trabajo de su pastoral en equipo con su superior inmediato, el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa y en algunos casos también el arzobispo emérito Rosendo Huesca Pacheco, quien goza de salud, compromiso, vocación y entusiasmo para mantenerse en la línea del trabajo.

 

 

Por cierto que el encuentro se dará después de la ceremonia de canonización de Juan Pablo II y Juan XXIII, evento sobre el que el mundo mantiene la atención en la Santa Sede.

 

 

Hecho sobre el cual millones de mexicanos están pendientes para solicitarles un milagrito como encontrar un empleo, quienes lo tienen que sea con prestaciones, no más outsoursing, que se detenga la inflación galopante que pulveriza el poder adquisitivo de todos, que en verdad alcancen medicamentos e instalaciones en hospitales para ser atendidos, que se detengan los actos de impunidad de nuestros mandatarios, que se respeten los derechos de todos los mexicanos, y aquí en Puebla que lancen la luz divina para atinarle a las calles en las que no hay obras —que son bienvenidas— pero que cuántos embotellamientos y estrés provocan.

 

 

 

 

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