Tuesday, 02 de September de 2025


Ahí se va




Escrito por  Irma Sánchez
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Los signos son claros en los aciagos días en los que vivimos, habemos más que nos esmerarnos por mejorar la calidad de lo que hacemos, desde el hogar, nuestra comunidad, nuestro país, todos vamos aprisa al día resolviendo las cosas y nuestros retos “como se puede”. Esto nos para muy mal como sociedad y como país.

Producto de este temporal por todas partes hay goteras, baches, inundaciones, tanto por falta de responsabilidad en la ejecución de las obras, como por falta de controles de calidad.

 

 

Esto se da tanto en la obra pública como en la privada. En la pública una vez que estuvo lista la rehabilitación de las avenidas ejes de la ciudad, los destrozos en las calles laterales quedaron a la vista, los baches se multiplicaron y día a día se van profundizando, tanto por falta de mantenimiento de calidad, y también producto de la estrategia de convertir calles de poco tráfico en vías alternas durante las magnas obras.

 

 

Lo deplorables es que en algunos puntos de las espléndidas obras rehabilitadas, las deficiencias han comenzado a surgir como el caso de los drenajes que estos días han resultado insuficientes.

 

 

De aguacero en aguacero se producen molestos encharcamientos también producto de los malos hábitos de los ciudadanos que arrojan sus desechos a la vía pública.

 

 

El problema de la falta de calidad y compromiso se generaliza también en la obra privada. Es desagradable llegar a una tienda y tener que librar una hilera de botes y cubetas colocadas para captar el agua de las goteras que día a día se multiplican y hacen más grandes.

 

 

En las viviendas, sobre todo en los conjuntos habitacionales de interés social es reprochable habitar en casas que se han convertido en verdaderas regaderas, al grado de que con mejor humor hay habitantes que se desplazan con paraguas al interior de sus espacios.

 

 

En otros casos es una pesadilla enfrentar en cada aguacero el rebote de las aguas del drenaje, imagínese usted.

 

 

En esta cadena podemos sumar una larga lista de experiencias que no tienen justificación y que sólo hablan de la falta de ética, seriedad de las empresas y prestadores de servicios que en aras de obtener una mayor utilidad compran materiales que no garantizan la calidad y contratan a gente sin experiencia que deja mucho que desear con su mano de obra.

 

 

Así, definitivamente sigue estando lejos el día en el que este país abandone las filas de la mediocridad que hace daño y ahuyenta proyectos.

 

 

Los discursos van y vienen, las cosas no cambian porque como ciudadanos no ponemos lo mejor de cada uno de nosotros y recibimos lo que nos den sin exigir calidad porque nosotros mismos nos la regateamos.

 

 

Así las cosas no pueden mejorar y este país no podrá dar el estirón.

 

 

¿Cuándo comenzaremos?

 

 

De nada sirven tantas buenas intenciones si nos quedamos como espectadores y no sumamos nuestro esfuerzo.

 

 

¿Cuál es su experiencia?

 

 

Vamos poniendo nuestro mejor esfuerzo “sólo por hoy” para así sumar una corriente y estar en posibilidades de saber exigir calidad a cambio en todo, sólo así podremos crecer juntos.

 

 

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