Wednesday, 24 de April de 2024


Futbolitis contra congresitis




Escrito por  Irma Sánchez
foto autor
Se ha analizado hasta el cansancio la estrategia de llevar al Congreso la discusión de los proyectos de leyes energéticas justo cuando todos tienen prisa y están centrados en seguir las transmisiones de los principales partidos de futbol.

Aficionados, fanáticos y villamelones atienden los partidos y se olvidan de lo que unos cuantos discuten sobre el futuro de este país.

 

 

Así, con prisas —priistas y panistas— se quedan a “sacar adelante la responsabilidad”, y otros —los perredistas— sospechosamente abandonan la sesión.

 

 

Cabe la pregunta: ¿para eso los elegimos?, para que como si se tratara de un maratón inicien una carrera y abandonen el recinto legislativo cuando tienen que enfrentarse a defender lo indefendible ante la aplanadora.

 

 

Los hechos nos obligan a pensar que “todos tenemos un precio” por muy perredistas y “comprometidos”, según salta a la vista.

 

 

¡Aguas! Señores correlones, porque en el camino viene Morena, que es la última vela que le queda por encender a una sociedad defraudada y decepcionada de todos a los que les ha dado su voto, desde a los presidentes de la República, gobernadores, senadores —salvo honrosas excepciones como la del ex gobernador Manuel Bartlet— presidentes municipales—también con excepciones— diputados federales y diputados locales.

 

 

Pese a todo, no habrá cambios

 

 

El mismo viernes cuando todos se abocaban a comentar la hazaña de la Selección Mexicana, pasó inadvertida también la reunión que sostuvo el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, con el Consejo Coordinador Empresarial, representación ante la que reiteró el funcionario federal que no habrá un solo cambio a la política hacendaria de este gobierno, afirmación que sólo sirvió para ahondar diferencias entre el representante del gobierno federal y el sector productivo del país que advierte que el impacto de las medidas vigentes impactarán en un crecimiento negativo por un difícil desempeño económico que puede arrojar un crecimiento por abajo del 2.7 por ciento, que admite Hacienda, después de haber arrancado el año con un pronóstico del 3.9 por ciento.

 

 

Números que día con día propician el cierre de negocios y el sacrificio de puestos de empleo, y en consecuencia el ensanchamiento de la economía informal a la que recurren millones de mexicanos para salir adelante desde haciendo piruetas en los cruceros, vendiendo dulces, flores, camisetas de la selección, collares para perros, frutas, jugos, e instalando cada vez más puestos de comida rápida en cualquier calle, ofreciendo tortas y tamales de oficina en oficina, de puerta en puerta.

 

 

El secretario de Hacienda trata de suavizar las cosas garantizando que no habrá encarecimiento de las tasas impositivas vigentes, y soslaya el impacto que cada mes ejerce en la economía el detestable gasolinazo que se aplica el segundo sábado de cada mes por la mañana, y para la tarde ya lo repercuten todos con nuevos precios y tarifas.

 

 

En las grandes tiendas de autoservicio y departamentales ya es común ver cuadrillas especiales de trabajadores re etiquetando los precios permanentemente, pese a que algunas tiendas utilizan artículos gancho para “abaratarlos” y generalizan el encarecimiento y reducen presentaciones de productos con menos gramos y mililitros.

 

 

El gran alivio de las autoridades es recordarnos a los mexicanos que todas las economías pasan aprietos, según reportes del Banco Mundial.

 

 

Y soslayan datos como el que en Ecuador que maneja una economía dolarizada mantiene la gasolina a un dólar 4 centavos el precio del galón, que es como se despacha.

 

 

Claro, hay que reconocer que por esas tierras también hay crisis y muchos pobres, pero su carrera de empobrecimiento no tiene la velocidad como la de tierras aztecas.

 

 

 

 

 

 

Valora este artículo
(0 votos)
comments powered by Disqus