La detención del jefe del cártel de Sinaloa, después de que se escapó de una cárcel de “alta seguridad” en tiempos de Fox, constituye un triunfo del gabinete de seguridad, pero no es el final de la violencia.

La experiencia de los últimos años nos dice que cuando un alto mando de la delincuencia cae, surgen cinco o diez más, pero por lo que se está viendo, este gobierno está actuando con mucha mayor eficiencia que el gobierno anterior, que inició una “guerra al crimen organizado”, a tontas y a locas, sin un proyecto bien definido, sin una estrategia y sin capacitar a las policías, al Ejército y a la Marina, para un trabajo de esa envergadura.

Ahora la percepción general es que se está actuando en serio, que los que están al frente de la seguridad nacional son profesionales capaces y realmente efectivos.

Que están teniendo el apoyo de los gringos a través de sus órganos de seguridad, es cierto, pero es que el problema es de ambos países y a los dos interesa tener éxito en esta lucha.

Según los expertos en la materia, los escollos a que se enfrenta el país en esta tarea son la geografía (el crimen se ha extendido a casi todo el territorio nacional y hay zonas de muy difícil acceso). Otro problema era la falta de coordinación de los cuerpos de seguridad, situación que en este gobierno ya se ha superado, por lo menos hasta ahora, y el tercero es la existencia de más de 7 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, y que son carne de cañón para la delincuencia organizada, es decir, los tienen como reserva inagotable para integrar sus bandas.

Estamos de acuerdo en que con esto no se termina el problema, pero es un buen principio para terminarlo o aminorarlo lo más posible.

Los dos estados más violentos por el momento, Michoacán y Guerrero, están siendo atendidos por el gobierno federal con decisión y cuentan con la cooperación de los gobiernos estatales de esas entidades. Ya se están viendo resultados.

Los veinte años del TLC

Se acordará usted que hace ya algunos años todavía existían, en las afueras del casco urbano de esta capital, algunos establos cuyas vacas eran alimentadas con pastura que se producía en terrenos aledaños a la ciudad.

Eso ya es historia. Actualmente ya no hay un solo establo y los terrenos donde se producía la pastura, han sido invadidos por la mancha urbana.

La leche bronca que se vende en la ciudad llega de Chipilo o de los establos ubicados cerca de Atlixco y de San Andrés Cholula.

Esto tiene su historia. La debacle de la llamada industria lechera que conformaban pequeños y medianos establos, se inició con la entrada del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, cuyo 20 aniversario celebran con bombo y platillo altos funcionarios de México y de los dos países que se ubican al norte del nuestro.

Ese tratado, según dice Álvaro González Muñoz, representante nacional de pequeños y medianos productores de leche, causó la quiebra de 600 mil explotaciones ganaderas pequeñas y medianas en todo el país. Actualmente sólo quedan 148 mil.

Tres millones de pequeños y medianos productores del lácteo alimento quedaron en la calle, pues mientras Estados Unidos y Canadá protegieron a sus productores estableciendo un precio de garantía para sus productos y brindándoles además apoyos económicos —lo mismo que hacen con la carne, maíz, trigo, arroz, soya y azúcar— el gobierno federal mexicano retiró todo su apoyo a los productores agropecuarios, llevándonos a ser un país dependiente alimentario y provocando la migración de nuestros campesinos a las grandes ciudades para formar los llamados “cinturones de miseria”, y a los Estados Unidos para ser los parias de ese país, salvo muy honrosas excepciones.

Para los gringos y los canadienses, la producción alimentaria es estratégica. Para nosotros, bueno, para el gobierno mexicano, no.

El abandono de la actividad lechera fue propiciado por la invasión a nuestro país de fórmulas industriales que nos venden como leche, causando un daño terrible a los productores nacionales y haciéndonos a los mexicanos consumidores de fórmulas industriales que sustituyen a la leche.

La buena noticia es que, según dijo el líder de los pequeños y medianos productores el señor Álvaro González, actualmente se presenta una oportunidad para reactivar la producción lechera, pues la leche natural está alcanzando su valor real, sin los grandes subsidios con los que Estados Unidos y Canadá desplazaron a los productores mexicanos.

Ahora hay que esperar que esa oportunidad no la vayan a dejar pasar algunos de nuestros geniales funcionarios, que en los tiempos de Salinas de Gortari fueron los que nos llevaron a la situación en que nos encontramos, con el tratado ese que según el propio Salinas, representaba el inicio de nuestro ingreso al primer mundo.

Aunque usted no lo crea, los priistas se unen

Tal vez usted no lo crea, pero los jefes de los pequeños grupos priistas que constituyen, como en el PRD, las tribus que se pelean entre sí y que provocan el debilitamiento de su partido, empiezan a buscar puntos de unión.

Dicen que el diablo sabe más por viejo que por diablo, y los priistas son viejos en el oficio político y por eso saben más que los perredistas, que nunca han llegado a unificarse del todo, ni aún teniendo coincidencias como la reforma energética que los diferentes grupos de izquierda combaten, pero cada uno por su lado y no unidos, como debería ser.

Hace unos días se reunieron en un céntrico restaurante de la ciudad de Puebla el ex rector y ex presidente municipal, actual diputado federal, don Enrique Doger Guerrero y el ex candidato a la gubernatura, hoy diputado federal también, Javier López Zavala, para fumar la pipa de la paz en aras de la unidad de su partido, el PRI (por sus siglas en español).

Bien, pues el pasado fin de semana se reunieron en un restaurante de la ciudad de México el propio Doger Guerrero con el subsecretario de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la Sedesol, el licenciado Juan Carlos Lastiri Quirós, y el director del Registro Nacional de Población e Identificación Personal de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Armenta.

La reunión fue para “buscar las coincidencias que los unan” y dejar atrás las diferencias que los dividan, por lo menos durante un buen tiempo mientras se logra la recomposición de su partido que en las condiciones en que está en Puebla, puede hasta no alcanzar la votación suficiente para mantener su registro.

Por ahí les llegó el diputado local Víctor Manuel Giorgana Jiménez, pero como no era invitado, sólo los saludó, se tomó una foto con ellos y se fue. La realidad es que Víctor comía en el mismo restaurante y al verlos muy misteriosos, se acercó sólo a darles el abrazo, tan común entre los políticos. Se dijo algún chascarrillo, unas risas, nuevos abrazos y se fue a otra mesa.

Los priistas, pues, ya andan buscando la unidad. Parece que ahora sí ya les cayó el veinte de que si los que encabezan los grupos priistas que luchan por el control del partido no logran unirse, van a perder el partido, y prefieren hacer a un lado sus antipatías personales, sus intereses personales, para llegar a acuerdos que les permitan seguir participando del poder.

Faltan reuniones con los jefes de otros grupos, como el de Blanca Alcalá, el de Jorge Charbel y los que se formen en la próxima semana.

Mientras tanto en Puebla siguen en sus precampañas los aspirantes a dirigir al PRI en la entidad, Alberto González y Jorge Morales Alducín, pues ellos creen en la democracia y piensan que van a ganar la elección interna. Y lo que es la vida, los jefes de los grupos que se están reuniendo ni siquiera piensan en ellos. Y es que la realidad, como decía el finado licenciado Ángel Aceves Saucedo, es muy terca.

Jiménez Merino anda en lo suyo

El que ni suda ni se acongoja, es el ingeniero Alberto Jiménez Merino. Desde un principio, cuando empezó a manejarse su nombre como futuro sucesor de Pablo Fernández del Campo, dijo que ni la ha buscado, ni nadie lo había llamado, pero que si su partido requería de sus servicios en la presidencia estatal, él estaría dispuesto a aceptar.

Y fiel a su postura, anda metido en su trabajo sin preocuparse por nada más.

El viernes, en el marco del Día del Agrónomo y en una ceremonia efectuada en el Colegio de Postgraduados, el delegado de la Sagarpa, Jiménez Merino, entregó la presea Evangelina Villegas Moreno a la Seguridad Alimentaria, a 12 personas que han presentado proyectos trascendentales o de alto impacto o que han contribuido al desarrollo de Puebla en materia de seguridad alimentaria. Esa presea lleva consigo un premio en efectivo.

Los 12 galardonados fueron de diferentes partes del estado que se preocuparon por disponibilidad de alimentos, acceso de las personas a ellos y aprovechamiento biológico de los mismos.

También se hizo un reconocimiento a otras 23 personas involucradas en la seguridad alimentaria.

Por su parte, José del Carmen Rodríguez Castillo, representante del coordinador del Centro de Capacitación y Seguimiento de la BUAP, hizo un público reconocimiento al ingeniero Jiménez Merino por el respeto y la atención que ha tenido en las resoluciones de dicho centro.

“La República está reunida”

Dentro de unos días, el 25 y 26, los gobernadores de todos los estados y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, se reunirán en Puebla.

Es la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Conago, que preside el gobernante poblano Rafael Moreno Valle, quien por cierto dejará la presidencia de dicha agrupación al terminar el periodo que le correspondió cubrir.

El Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, estará presente en la reunión.

Los buenos oficios del gobernador Moreno Valle, permitieron sacar adelante las llamadas reformas estructurales con el apoyo de los gobernantes estatales de todo el país. No hubo problema alguno.

Por cierto, el mandatario estatal tuvo una reunión en los Estados Unidos con los gobernadores de ese país y desde allá envió su felicitación al presidente Peña Nieto, por la detención de “El Chapo” Guzmán, el delincuente más buscado en el país y en los Estados Unidos.

Los panistas reunidos ayer

Ayer se reunieron los panistas ante dirigentes nacionales, con el fin de elegir a sus nuevos consejeros representantes de Puebla, para renovar su máximo órgano de dirección.

Los panistas andan peleados a muerte. Los diferentes grupos, como las tribus priistas y perredistas, se pelean a muerte posiciones en su partido para poder influir en la postulación de candidatos a todos los puestos de elección popular.

Cuando escribimos esta columna, todavía estaban en discusiones y no supimos el resultado, pero mañana le platicaremos sobre esto.