Saturday, 27 de April de 2024


México y Brasil no están compitiendo en desarrollo




Escrito por  Gabriel Sánchez Andraca
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TIENE RAZÓN EL PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO, México y Brasil, no están en competencia para ver cuál de los dos países tiene menos problemas que el otro o cuál tiene mayor o menor desarrollo. Las competencias se dan en el terreno deportivo y no en la economía o en la política.

Pero también tiene razón el ex presidente brasileño Lula da Silva cuando afirma que la situación económica y social de México es inferior a la de su país.

 

 

Los gobiernos neoliberales priistas y los dos gobiernos panistas llevaron a México al precipicio político, económico y social. Organismos internacionales estuvieron informando sobre la debacle de México como país, por una política económica equivocada, el neoliberalismo, que fue el causante del desplome del empleo, del aumento de la pobreza, de la baja en el nivel de vida de las clases medias, del incremento de la criminalidad, la delincuencia común, del mínimo crecimiento del PIB, del deterioro de la educación pública y de los servicios de salud, del desprestigio de los políticos, de los partidos y de muchas cosas más.

 

 

En el combate a la pobreza los gobiernos panistas dejaron al país en el mismo lugar que Honduras, el pequeño país centroamericano que está considerado como de los más pobres de la región.

 

 

En el crecimiento del PIB, México fue el país colero de toda Latinoamérica. Estuvimos al mismo nivel que Haití, el país más pobre de América Latina.

 

 

La violencia desatada con la famosa “guerra calderonista contra el narcotráfico” hizo descender al turismo, a la Inversión Extranjera Directa y otros pilares de nuestra economía.

 

 

Lo que decimos es una realidad. No había pues necesidad de que altos funcionarios federales se lanzaran con críticas contra Lula, defendiendo a un gobierno que tiene menos de dos años de haber asumido el poder y que, por lógica elemental, no puede sacar al país del hoyo en el que lo metieron, por lo menos cuatro gobiernos federales anteriores.

 

 

El más sensato, el más realista, fue el propio presidente, quien dijo: “nosotros no estamos en competencia con nadie. Estamos tomando las medidas que nos parecen adecuadas para nuestro desarrollo”. Así de fácil.

 

 

Lo otro es entrar en una discusión absurda, por la sencilla razón de que aunque ambos países formamos parte de Latinoamérica, tenemos diferencias importantes: nosotros fuimos conquistados por los españoles y los brasileños por los portugueses; durante la Colonia ningún rey español puso un pie en sus colonias americanas; un rey portugués se vino a vivir a Brasil y desde ahí gobernó a su imperio. Brasil tiene un territorio enorme y rico, nosotros tenemos un territorio menor y con menos riquezas naturales; ellos tienen una población que es más del doble que la nuestra y ellos están más desarrollados industrialmente que nosotros. Y para acabar, nosotros hemos tenido por lo menos cuatro gobiernos federales que han estado empeñados en acabar con el país, consciente o inconscientemente y casi lo logran. Brasil, como otros países sudamericanos, se substrajeron al sistema neoliberal y ha podido salir mejor librado del vendaval económico de los últimos años.

 

 

Que el gobierno de Peña Nieto esté haciendo un esfuerzo grande para salir del atolladero, es un hecho. Pero salir del hoyo no es cosa de un sexenio. Llevará tiempo, como llevó tiempo la destrucción del sistema postrevolucionario que nos tuvo hasta los 60 a la cabeza de Latinoamérica.

 

 

EL RETIRO DE LA CONCESIÓN DEL METROBÚS a una empresa privada, ya es un hecho. El asunto está en manos del Congreso y eso es garantía de que será resuelto positivamente.

 

 

Los priistas están haciendo reclamos y piden la comparecencia del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, lo cual podría ser si los panistas y demás diputados de la actual legislatura están de acuerdo, pues no hay que olvidar que los priistas son una minoría y todas sus iniciativas están destinadas a fracasar, a menos que a las demás fracciones legislativas les convenga y estén de acuerdo.

 

 

HOY SE CELEBRA EL DÍA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL. Por tal motivo, la CTM realizó una conferencia de prensa para hacer un exhorto a toda la ciudadanía a fin de que este problema sea solucionado.

 

 

Luis Javier Silva Islas y Gabriela Báez Alarcón, miembros de la dirigencia cetemista en Puebla, informaron que 3 millones de niños trabajan en este país y la inmensa mayoría, no va a la escuela.

 

 

El 25 por ciento de ellos gana el salario mínimo; 24 por ciento gana de dos a tres salarios mínimos y sólo 2 por ciento gana más de esa cantidad.

 

 

Su edad va desde los 7 hasta los 17 años y muchos de ellos son maltratados tanto en el trabajo como en sus casas.

 

 

Afirmaron que en ningún sindicato cetemista hay niños trabajando.

 

 

El problema es mundial y afecta más a los países en desarrollo como el nuestro. El trabajo infantil debe ser combatido por las autoridades y por la sociedad toda. Es producto de la pobreza y de la ignorancia. Los niños son el futuro del país y deben capacitarse para ser buenos ciudadanos y buenos trabajadores o profesionistas a su debido tiempo.

 

 

RESURGE EL PROBLEMA DE LOS CAÑEROS. Ahora toca al ingenio de Calipan, en la región de Tehuacán, donde 2 mil 300 productores de caña, tomaron el ingenio de ese lugar. Están exigiendo el pago de 20 millones de pesos que la empresa les adeuda.

 

 

Ya le comentamos en este espacio que la producción de caña está en dificultades desde hace tiempo, por las malas políticas comerciales que las autoridades federales han seguido en este asunto.

 

 

El presidente Vicente Fox, empleado de la refresquera Coca Cola, permitió que toda la industria refresquera y la dulcera utilizaran la fructosa en vez del azúcar y México no es productor de ese tipo de endulzante, por lo que tiene que importarla de Estados Unidos casi en su totalidad, afectando a la industria azucarera que produce para satisfacer el mercado interno y vender al extranjero los excedentes.

 

 

El gobierno de Felipe Calderón autorizó la compra de 240 mil toneladas de azúcar, provocando el desplome del precio en el mercado interno, lo que agravó la situación.

 

 

Este problema afecta a la región tehuacanera y a la de Izúcar de Matamoros, lo que significa el deterioro económico para unas 40 mil familias poblanas en total.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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