Friday, 26 de April de 2024


Marchar el domingo contra el autoritarismo morenovallista: las razones




Escrito por  Arturo Rueda
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¿Saldrán los poblanos a marchar el domingo? ¿Cuántos lo harán y cuántos esperarán pacientes al 2016 para ajustar cuentas con su voto? Si salen, ¿qué consignas gritarán? ¿Pedirán la renuncia del Góber Bala o sólo el fin de una política autoritaria, asfixiante, lejana a cualquier tipo de convivencia democrática? Hasta el domingo lo sabremos, pero se trata de una oportunidad de construir la ciudadanía que mucha falta le hace a Puebla. Como lo dijeron los padres liberales, nos hace falta más sociedad y menos gobierno

Ninguna cantidad será suficiente para el poder. Si el domingo salen a marchar 2 mil, 5 mil, 10 mil, 20 mil o 40 mil, a Moreno Valle y sus escribanos les dará lo mismo. Aún si fueran 100 mil poblanos, el autoritarismo del régimen negará la legitimidad oponiendo la suya propia. ¿Qué son unos cuantos poblanos descontentos, contra el millón 100 mil que lo eligieron, contra el 58 por ciento que aprueba su gestión, con los millones beneficiados por sus obras y su modernización? En privado, sin embargo, el morenovallismo opera para desactivar a los grupos, para desincentivar a los ciudadanos, para prometer una amnistía con lágrimas de cocodrilo. Recurre a todas las artimañas posibles para que el domingo a las 10 de la mañana, en el Triángulo de las Ánimas, o más tarde en la fuente de los Frailes, lleguen los menos poblanos posibles. Así podrá descalificar de forma más simplista el agravio social expresado en la caminata por la paz.

 

 

Pero el régimen ya camina con una herida mortal en el costado que no se sabe cuándo traerá el fatal desenlace. Puede ser en un mes, si la Comisión Nacional de Derechos Humanos emite una recomendación condenatoria en contra del Góber Bala y da pie a un juicio político, un escenario imposible en el sistema político mexicano de complicidades. Pero la herida sigue siendo mortal todavía en el escenario más realista: una resolución condenatoria contra Facundo Rosas Rosas y sus policías, que desmonte la teoría de la onda expansiva y termine por arrastrar a Luis Maldonado Venegas, a Víctor Carrancá, aunque de momento quede a salvo Moreno Valle. Exhibida la mentira, la lanza queda hundida.

 

 

Ese escenario posible lo abrió el propio ombudsman ayer, tras sentar en el banquillo de los acusados a Facundo Rosas Rosas, quien repitiendo su experiencia de 2012 por el caso Ayotzinapa, llevó información incompleta, nebulosa, y que no satisfizo a los visitadores que lo interrogaron. Después, apareció en escena Raúl Plascencia Villanueva para advertir que la mano derecha de Genaro García Luna asumió por completo la responsabilidad del sangriento operativo, que en personal lo coordinó. Facundo se echa la culpa, lo mandaron a echarse la culpa o Plascencia Villanueva encontró su chivo expiatorio para quedar bien con todos.

 

 

El hilo más delgado de la trama es Facundo y por ahí vendrá la recomendación. A las organizaciones sociales y los activistas podrá presumirles su trabajo. Castigando sólo al policía, exculpará a Moreno Valle y a Luis Maldonado. Al PRI podrá presumirle haber disparado la bala mortal con la que el gobernador poblano queda inhabilitado para el 2018. Es el escenario más realista. Facundo Rosas, el chivo expiatorio con el que todos quedan contentos.

 

 

Hay otro escenario posible, pero no realista: que el fuego alcance directamente al Góber Bala, de acuerdo a las nuevas facultades que le otorgó el Senado a la CNDH. La puerta la abrió el propio ombudsman cuando dijo que, además de llamarlo a comparecer, puede hacer la petición de juicio político y presentar denuncias penales en contra de los funcionarios que considere responsables.

 

 

Es la segunda vez a lo largo del caso Chalchihuapan que surge la posibilidad de enfrentar consecuencias penales por el niño Tehuatlie muerto a causa del desalojo violento. El primero en mencionarlo fue César Camacho, dirigente nacional del tricolor. Ahora lo dice el ombudsman nacional, urgido de demostrar que sí trabaja y que sus nuevas facultades sirven de algo. En el lenguaje cenagoso de los políticos, hablar de cárcel es algo raro. Muy raro.

 

 

El resolutivo de la CNDH, pues, es de pronóstico reservado, aunque también materia de negociaciones políticas. ¿Qué pasa si en la cocción a fuego lento, Moreno Valle implora perdón a Peña Nieto, al PRI, y hace un acuerdo para entregarles el estado en 2016, abandonar de plano todas sus locuacidades presidenciales? Es una posibilidad. Políticos al fin, se van a entender y a poner de acuerdo.

 

 

¿Y los poblanos, mientras tanto? ¿Cuál es nuestro papel en todo esto?

 

 

Volvemos al asunto de la marcha. Hace 8 años, en 2006, las universidades privadas, la cúpula empresarial y el PAN organización la gran marcha de repudio a Marín, que partió del Paseo Bravo y llegó al zócalo. 40 mil almas indignadas lo abarrotaron. A la semana, el Góber Precioso sacó a sus viejitos a la calle. La indignación durmió paciente 4 años y en 2010 los poblanos ajustaron cuentas con su voto.

 

 

Pero los tiempos han cambiado. Las clases medias encuentran en redes sociales, Facebook y TW, el vehículo para manifestar su indignación: compartir una foto, dar retuit, sumarse a las mentadas anónimas de madre. Las redes sociales expresan, pero difícilmente construyen ciudadanía. Son un termómetro, pero no el más fiable.

 

 

¿Saldrán los poblanos a marchar el domingo? ¿Cuántos lo harán y cuántos esperarán pacientes al 2016 para ajustar cuentas con su voto? Si salen, ¿qué consignas gritarán? ¿Pedirán la renuncia del Góber Bala o sólo el fin de una política autoritaria, asfixiante, lejana a cualquier tipo de convivencia democrática?

 

 

Hasta el domingo lo sabremos, pero se trata de una oportunidad de construir la ciudadanía que mucha falta le hace a Puebla. Como lo dijeron los padres liberales, nos hace falta más sociedad y menos gobierno, o de lo contrario estaremos condenados a que después del Góber Precioso y del Góber Bala, en 2016 y 2018 vengan otros del mismo corte.

 

 

Si eres de los descontentos con las fotomultas, con el aumento a las tarifas del agua, con el retiro del Registro Civil, con la Ruedota, con el tercer lugar en pobreza y corrupción, con las carretadas de dinero a Televisa, con las obras inundadas, con las expropiaciones, es un buen momento para manifestarse y que el gobierno mida el tamaño del descontento. Después, no vale quejarse.

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