Friday, 19 de April de 2024


Obama recibe a Peña Nieto en Washington para que los medios gringos lo fusilen




Escrito por  Arturo Rueda
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EPN va a ver a Obama sin red de protección contra la conjura económica global que azota su gobierno, y ahí, en Washington, precisamente enfrentará a sus peores críticos: la prensa norteamericana del Wall Street Journal, New York Times, así como a los ingleses de The Economist y Financial Times. Un día sí y otro también, los medios internacionales sacuden al gobierno mexicano con notas y editoriales en los que descalifican su actuación, como parte del soft power norteamericano. Además, esos medios formaron parte de la estrategia de golpeteo diseñada por Aristegui

Los poderes económicos de Estados Unidos le han puesto un deadline al presidente Enrique Peña Nieto para ceder a las demandas y detener la golpiza impulsada desde el vecino del norte para obtener un botín que hasta el momento se desconoce. En plena tormenta de desprestigio y crisis, Barack Obama decidió conceder un encuentro bilateral con el mandatario mexicano el próximo 6 de enero en Washington, que en teoría servirá para fortalecer la cooperación entre ambos países, pero que en los hechos puede convertirse en un auténtico paredón. ¿Por qué? Porque, como parte del protocolo tradicional, ambos presidentes darán una rueda de prensa conjunta. Y entre los corresponsales extranjeros se corre la voz de que en ella cuestionarán fuerte al mexicano por su conflicto de interés con Higa, Juan Armando Cantú, y las casas de “La Gaviota” y Videgaray. En otras palabras, Peña Nieto será exhibido de forma global, en una especie de fusilamiento transmitido en tiempo real.

 

 

Mientras los festejos decembrinos se acercan y el gobierno federal calcula que ese periodo se convertirá en un respiro a la crisis política, la tormenta económica no se detiene por el puente Guadalupe-Reyes. El dólar tocó ayer su techo histórico, combinado con una caída en la Bolsa Mexicana de Valores y la continuación del desplome de los petroprecios. Mientras las movilizaciones por Ayotzinapa se encuentran en pausa, el dolor de cabeza es para el de por sí atribulado Videgaray, en el centro de la polémica también por sus relaciones peligrosas con el constructor favorito del grupo mexiquense.

 

 

Peña Nieto va a ver a Obama sin red de protección contra la conjura económica global que azota su gobierno, y ahí, en Washington, precisamente enfrentará a sus peores críticos: la prensa norteamericana del Wall Street Journal, New York Times, así como a los ingleses de The Economist y Financial Times. Un día sí y otro también, los medios internacionales sacuden al gobierno mexicano con notas y editoriales en los que descalifican su actuación como parte del soft power norteamericano. Además, esos medios formaron parte de la estrategia de golpeteo diseñada por Aristegui para la revelación del escándalo de la “Casa Blanca” de “La Gaviota”.

 

 

¿Qué va a decirles Peña Nieto a los medios internacionales en Washington, cuando se vea obligado a responder preguntas incómodas sobre sus conflictos de interés, e incluso eventualmente, la cancelación de la licitación del tren rápido a Querétaro? Si ni siquiera ha querido enfrentar a periodistas mexicanos en una rueda de prensa,¿en verdad cree que saldrá airoso de la prensa norteamericana? El mexiquense se dirige a un paredón inclemente, un auténtico fusilamiento.

 

 

Fusilamiento, claro, que podría ser detenido si Peña Nieto ocupa las tres semanas que tiene antes de su encuentro con Obama en Washington para trabajar el cumplimiento de las “demandas”. Y aunque la mayoría de ellas son desconocidas para los ciudadanos de a pie, crece la certeza de que el soft power gringo tiene en la mira el gabinete, especialmente a tres personajes que no deberían llegar despachando al 2015.

 

 

El primero del que quieren la cabeza es Luis Videgaray, el único miembro del gabinete al que le pegaron directo con la revelación de su casa en Malinalco. Considerado el cerebro económico de Peña Nieto, es probable que haya diseñado la estrategia de acercamiento al capital de China para infraestructura, la parte nodal de la conjura geopolítica. Egresado del MIT, no forma parte de laIvy League de Harvard, Yale, Stanford o Chicago, por lo que no parece compartir totalmente el credo neoliberal. Además, las versiones de un alejamiento de su padrino, Pedro Aspe, son insistentes.

 

 

El segundo señalado es el operador del acercamiento, Gerardo Ruiz Esparza de SCT, quien hizo el papelón de dirigir la licitación del tren a Querétaro, defenderla, y más tarde, cancelarla. También es quien debió ir a dar la cara a la nación asiática para explicar por qué canceló el contrato que beneficiaría a China Railway, Grupo Higa, GIA+A y Prodemex, entre otras empresas. El mexiquense, que también operó la obra pública en Edomex, es uno de los fuertes candidatos a despedirse del gabinete.

 

 

Por último, es probable que los gringos también quieran la cabeza del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pues incluso ya tienen en Manlio Fabio Beltrones a su reemplazo. El ex gobernador de Hidalgo es cuestionado con insistencia de querer gobernar México como si fuera Pachuca, pero en realidad es un personaje que no goza de la confianza de Carlos Salinas, y por tanto, de los poderes económicos de EU. Beltrones, por el contrario, es alguien de entera confianza, con una visión nacional de la problemática y quien también puede destrabar la aprobación de la reforma en materia de seguridad que fue congelada para irse a febrero.

 

 

Que si el sexenio de Peña se ha convertido en una tragedia de Shakespeare según el Financial Times. Que el Efecto Tequila es una sombra ominosa que se acerca, según The Economist. Que si el presidente debe disculparse según el NYT. Que si Bill Clinton, el ex presidente que a duras penas libró un juicio por perjurio, le ha pedido al presidente “ser transparente y eliminar cualquier conflicto de interés” en Univisión. Que si Obama dice en Telemundo que el problema de la violencia y narcotráfico es crónico. Todos los avisos están ahí.

 

 

Que nadie lo dude: Peña Nieto puede ser el primer presidente mexicano fusilado en Washington por los medios internacionales de comunicación. Tres semanas es un plazo fatal.

 

 

 

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