Tuesday, 07 de May de 2024


Sopa de agua y ajo a la minibancada del PRI




Escrito por  Arturo Rueda
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En caso de que Giorgana y compañía decidan secundar a Pablito, el morenovallismo endurecerá su posición y procederá al mayoriteo con costos. ¿Cuáles? Modificar el organigrama y darle a la minibancada más o menos el trato que el mismo Giorgana le dispensó al PAN en la LV Legislatura, hace ya varios años: posiciones de relleno y presidencias de comisiones sin importancia

La fracción morenovallista en el Congreso local prepara la primera ración de la sopa de “agua y ajo” a la minibancada tricolor: a aguantarse y a joderse en el reparto de las comisiones pactadas a mediados de semana. Víctor Giorgana y los demás tricolores quedaron relativamente satisfechos, pues a pesar de ser pocos, tendrán presencia importante en presidencias y secretarías. Pero como siempre, hay un negrito en el arroz: Pablo Fernández del Campo. El dirigente tricolor está en plena pataleta porque, juzga él mismo, resulta indignante que le hayan otorgado la presidencia de la Comisión de Ciencia y Tecnología, minúscula plataforma para sus sueños de grandeza. Al payaso de las cachetadas, pues, no le gusta su silla y quiere arrastrar a la toda la minibancada a su guerra.

 

 

En las negociaciones del pastel parlamentario, Giorgana pidió para Pablito la presidencia de la Comisión de Procuración de Justicia. Pero el dirigente tiene la etiqueta de “intransitable”. La instrucción que recibieron Eukid y Aguilar Chedraui fue muy clara: al dirigente estatal del PRI, nada. Nada de nada. Directamente al sótano dado el papel golpeador que protagonizó en las elecciones intermedias. Un papel que todavía no se olvida, ni se perdona.

 

 

Así que la minibancada tiene dos opciones: secundar a Pablito en su dignidad herida y votar en contra del acuerdo, o consolarlo por el desprecio que sufre, pero darle el aval que les garantiza la presidencia de Hacienda, Equidad, Trabajo y varias secretarías.

 

 

Y aquí viene la ración de sopa.

 

 

En caso de que Giorgana y compañía decidan secundar a Pablito, el morenovallismo endurecerá su posición y procederá al mayoriteo con costos. ¿Cuáles? Modificar el organigrama y darle a la minibancada más o menos el trato que el mismo Giorgana le dispensó al PAN en la LV Legislatura, hace ya varios años: posiciones de relleno y presidencias de comisiones sin importancia. Reducirlos a un papel testimonial, como en el que estuvieron los panistas entre 2001-2004, cuando su coordinador era Víctor León Castañeda.

 

 

Por supuesto que el mayoriteo tiene un costo, pero en el morenovallismo están dispuestos a pagarlo para dar la muestra de la postura a la que pueden llegar. El Parlamento siempre es un juego de vencidas precedido por una negociación tras otra. Pero a la hora de la verdad, los votos se cuentan uno a uno y decide la mayoría. A la minoría le queda un papel de denuncia o de consciencia histórica, pero con la mitad más uno es suficiente.

 

 

La cuerda ya está tensa, el primer enfrentamiento directo entre Jorge Aguilar Chedraui y Víctor Giorgana. El primero tiene el apoyo de Casa Puebla, así como de sus compañeros diputados. El segundo un colmillo largo y retorcido, al que su papel de víctima puede abrirle puertas a nivel nacional para denunciar el “estilo atrabiliario” del poder que enfrentan.

 

 

Lo malo del enfrentamiento es que en la mesa no se dirime una cuestión fundamental para Puebla, una ley, un reglamento o una autorización que vaya a cambiar el destino de la entidad. Giorgana y la minibancada tiene una ruta de colisión por culpa de Pablito Fernández del Campo, desprestigiadísimo líder estatal del PRI que se sirve de la posición que ocupa por pocos días para reclamar una silla mejor. Ni en sueños le van a dar la Procuración de Justicia.

 

 

La mejor negociación de Giorgana sería algo intermedio: otorgar el voto a favor en la integración de 40 comisiones, y salvaguardar el honor de Pablito, rechazando la conformación de la Comisión de Ciencia y Tecnología. Así todos contentos. El PRI se queda con sus rebanadas del pastel, y al mismo tiempo protege la dignidad del dirigente tricolor.

 

 

Pero así son nuestros políticos: en lugar de dirimir lo importante, se entretienen en sus juegos saltimbanquis. Provecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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