El Comité Ejecutivo Nacional del PRI, a través de sus delegados regional y estatal, René Juárez Cisneros y Angélica Araujo, dio ayer por concluida la auscultación que llevó a cabo entre los aspirantes a dirigir al PRI poblano. De la amplia lista de aspirantes que fueron entrevistados, una terna final se asoma para sacar de ahí al nuevo jefe del tricolor, quien llegará al cargo con todo el respaldo de César Camacho e Ivonne Ortega, así como de los “peces gordos”. Dicha terna estaría integrada por los diputados federales Rocío García Olmedo, José Luis Márquez y el dirigente nacional del Icadep, Guillermo Deloya Cobián, precisamente el último entrevistado y quien cerró el proceso.

A lo largo de la auscultación, al dialogar con todos y cada uno de los aspirantes a sustituir a Pablo Fernández del Campo, los delegados René Juárez Cisneros y Angélica Araujo fueron enfáticos en definir un perfil necesario para ejercer el liderazgo que conducirá los procesos electorales de 2015 y 2016. Primero la silueta, luego el hombre (o la mujer). El perfil fue explicado a Rocío García Olmedo, Carlos Sánchez Romero, Alberto Jiménez Merino, Humberto Aguilar Viveros, José Luis Márquez y Guillermo Deloya.

¿Cuáles son los requisitos para el puesto?

1.- Capacidad de interlocución con los liderazgos nacionales del PRI. Por carrera política, congruencia y diversas posiciones en las que han jugado, Rocío García Olmedo, Márquez y Deloya cumplieron a la perfección, y en término medio se calificó a Jiménez Merino. Pese a que el diputado federal por San Martín Texmelucan es impulsado por el dúo Estefan-Blanca, desde el CEN se considera a Carlos Sánchez Romero como un personaje poco idóneo y con muchas debilidades a la hora de escarbar en su patrimonio. ¿Verdad gasolineras?

2.- Autonomía del gobernador Rafael Moreno Valle y la capacidad de construir un discurso crítico sobre la gestión.A lo largo de estos meses el CEN evaluó y rastreó a la perfección los nexos de cada uno de los aspirantes, así como la probabilidad de caer en componendas con Casa Puebla. Sánchez Romero y Aguilar Viveros fueron descartados en automático, y Alberto Jiménez Merino perdió posibilidades por la postura “tibia” que ha mantenido a lo largo de su carrera, así como el caso de los “narcobúfalos”de agua, lo que provocó su descarte.

La consistencia de Deloya Cobián en sus artículos periodísticos para atacar las contradicciones del morenovallismo, así como la seriedad de Rocío García Olmedo en diversas etapas de su vida política que no han estado exentos de choque en defensa de sus posturas —como con Pepe Bailleres—. La gran incógnita para los evaluadores era el diputado federal José Luis Márquez, pues la voz insidiosa de Lastiri siempre quiso evidenciar su cercanía con el señor de Casa Puebla a partir de su papel como presidente de la Junta de Coordinación en la LVIII Legislatura.

Por ello René Juárez y Angélica Araujo pusieron a prueba la lealtad de José Luis Márquez y le ordenaron que diera muestras de su capacidad para criticar al gobernador. El zacatleco pasó la prueba cuando interpuso un punto de acuerdo en San Lázaro para que la PGR investigue las relaciones del morenovallismo con Oceanografía, iniciativa que ya fue turnada a la Comisión de Transparencia que domina el PRI-PVEM y, que por tanto, pronto será aprobado.

3.- Capacidad de entendimiento con todas las tribus locales.Fue uno de los puntos más álgidos, ya que la mayoría de los aspirantes son impulsados por grupos específicos. Alberto Jiménez Merino tiene en Juan Carlos Lastiri a su padrino, así como Carlos Sánchez Romero es apoyado por el tándem Estefan-Blanca. A su vez, Pepe Márquez tiene una alianza de facto con Javier López Zavala y Enrique Doger. Aunque evitaron al máximo el golpeteo, lo cierto es que los “ismos” siempre acaban ganando la discusión. De esos padrinazgos escapan Rocío García Olmedo, así como Guillero Deloya Cobián.

4.- Conocimiento de la militancia y grupos tanto en la capital como el interior del estado.De alguna forma, todos los aspirantes reúnen este requisito del perfil.

Atendiendo al proceso de evaluación, los tres finalistas son, como ya lo señalé, Rocío García Olmedo, José Luis Márquez y Guillermo Deloya, terna de la que saldrá el próximo dirigente y que será destapado antes de que acabe abril. De Rocío se pondera su condición de género, su larga carrera y su rechazo a las componendas. De Pepe Márquez se destaca, además de su carrera que inició como presidente del FJR, así como su capacidad de conciliar. Y de Deloya se valora su juventud, así como las relaciones con figuras nacionales que ha generado en su paso por el Icadep.

García Olmedo, José Luis Márquez y Guillermo Deloya. Hagan sus apuestas. Todo indica que el dirigente nacional del Icadep se llevará la rifa del tigre.