Wednesday, 24 de April de 2024


¿Es invencible el morenovallismo? Responde Zenteno con datos duros




Escrito por  Arturo Rueda
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4.- Los ciudadanos independientes superan numéricamente a los simpatizantes del morenovallismo. Esos son los electores que le dieron el triunfo a la coalición opositora en 2010 y bien podrían otorgarle la victoria a una nueva oposición en 2016. Por pura matemática, si una tercera parte de los poblanos está contenta con el trabajo del grupo y aceptarían su continuidad, las otras dos terceras descontentas podrían provocar otra alternancia. Pero….

La simple pregunta es provocadora: ante la acumulación de fortalezas locales y nacionales, ¿el morenovallismo es invencible de cara a la batalla por la minigubernatura en 2016? El cuestionamiento no es ni peregrino ni absurdo, sino totalmente científico a partir de la encuesta presentada hace una semana por la empresa Mas Data que reveló, entre otros datos, que el grupo en el poder tiene prospectos sólidos en Martha Erika Alonso, Antonio Gali y hasta Cabalán Macari, además de que el PAN disfruta de una ventaja de 2 a 1 en la intención de voto respecto del tricolor.

 

 

En cambio, el PRI tiene una caballada flaca, y la supuesta fortaleza del gobierno federal en realidad es una quimera a partir de la tremenda desaprobación que sufre Enrique Peña Nieto.

 

 

A partir de esos datos, sumados a hechos políticos concretos como la victoria del proyecto reeleccionista de Gustavo Madero al frente del CEN panista y la fortalecida capacidad de interlocución con el gobierno federal de la que goza el mandatario poblano, ¿puede hablarse del concepto de invencibilidad en 2016? ¿Gobernador podrá poner minigobernador?

 

 

Al respecto, el investigador José Zenteno publicó ayer un revelador análisis sobre las fortalezas y debilidades del grupo en el poder, así como su capacidad para repetir en la batalla por la minigubernatura. Lejos de las especulaciones, el director de Mas Data se basa en los datos duros de la reciente encuesta publicada por CAMBIO. Estas son algunas de sus conclusiones:

 

 

1.-La base de apoyo social del gobierno y su partido —el PAN— no supera un tercio de la población. Es una minoría poderosa, pero minoría al fin.“Veamos porqué: el acuerdo total con la gestión del gobernador es de 24 %; el 30.2 % opina que Moreno Valle ha transformado a Puebla para bien; el 32.7 % está totalmente de acuerdo con la inversión en grandes obras en la ciudad; solamente el 32 % opinó que la planificación de las obras viales fue correcta; el 26.7 % se dice identificado con el PAN; el 29.7 % prefiere la continuidad del grupo de Moreno Valle en el gobierno del estado; el 31 % votaría por el PAN para gobernador; sólo Eduardo Rivera alcanza 30 % de potencial de voto. Con estos indicadores se puede afirmar que un tercio de la ciudadanía respalda el proyecto del gobernador”.

 

 

2.- Más de la mitad de los poblanos no está de acuerdo con el trabajo de la actual administración y tampoco prefiere su continuidad.“El 43.7 % opina que el gobernador sólo ha trabajado para engrandecer su propia imagen; el 77.2 % prefiere que los recursos públicos se inviertan en atender problemas de las colonias que en grandes obras; el 59.2 % opina que la ejecución de las obras estuvieron mal planificadas por los daños causados a los ciudadanos; 43.3 % no se identifica con ningún partido; el 40.3 % prefiere que el próximo gobernador pertenezca a un grupo político distinto al de Moreno Valle; el 69 % prefiere votar por otra opción distinta del PAN”.

 

 

3.- Ninguno de los aspirantes identificados con el PAN supera el potencial de voto del partido. Es decir, no suman más. “Ni Martha Erika Alonso (esposa de Moreno Valle) ni Tony Gali, logran mayor intención de voto que el partido. Eduardo Rivera consigue el mayor potencial de voto precisamente porque no lo perciben como integrante del grupo en el poder”.

 

 

4.- Los ciudadanos independientes superan numéricamente a los simpatizantes del morenovallismo.Esos son los electores que le dieron el triunfo a la coalición opositora en 2010 y bien podrían otorgarle la victoria a una nueva oposición en 2016. Por pura matemática, si una tercera parte de los poblanos está contenta con el trabajo del grupo y aceptarían su continuidad, las otras dos terceras descontentas podrían provocar otra alternancia. Pero….

 

 

5.- En este momento no existe ni personaje ni proyecto que cristalice ese ánimo de cambio.Los aspirantes tricolores más fuertes, Blanca Alcalá o Enrique Doger, no despiertan ese ánimo, y las figuras emergentes como Juan Carlos Lastiri o Guillermo Deloya están lejos de ser competitivos, específicamente por la minigubernatura.

 

 

6.- La elección de 2016 está abierta todavía.Aunque la maquinaria electoral del morenovallismo es eficiente, el PRI y los partidos de izquierda podrían construir proyectos que la desafíen.

 

 

Sin duda, el revelador análisis de Pepe Zenteno abre la posibilidad de la competencia a partir de dos variables: un proyecto que sea capaz de despertar el ánimo latente de cambio de dos terceras partes del electorado. ¿La chispa adecuada podrá encenderse?

 

 

 

 

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