El esperado terremoto económico que Peña Nieto esperaba por fin llegó: el anuncio oficial de América Móvil, corporativo de telecomunicaciones de Carlos Slim, de la venta de alrededor de 30 por ciento de sus activos para evitar la declaración de preponderancia remueve las placas tectónicas de la economía mexicana. El segundo hombre más rico del mundo perdió la batalla de la #ReformaTelecom y ahora, con la venta de esos activos calculados en 15 mil millones de pesos, se abrirá la competitividad del sector. El crecimiento de la economía se va a acelerar, y quizá para 2015, el Presidente y el PRI tendrán algo qué vender para poder ganar las elecciones intermedias y asegurar un tránsito estable para la sucesión de 2018.

Con esa bocanada de oxígeno, cada vez hay menos concesiones para el PAN. El presidente, por fin, ya le dijo que “no” a los terroristas. Como lo anunciamos oportunamente, el dúo Madero-Moreno Valle comenzó su expansión territorial al buscar la introducción de las candidaturas comunes en legislaciones estatales. Los casos paradigmáticos fueron Jalisco y Nuevo León. Pues bien, tal como lo advertimos, en esas dos entidades ya se aprobó su reforma electoral y las candidaturas comunes no fueron incluidas. Peña Nieto y el PRI se sostuvieron, ya no cayeron en el chantaje.

El Presidente operó sutilmente pero con firmeza. Al gobernador poblano le dio un toque con la acción de Profeco con la clausura de dos días a Concesiones Integrales. Después de que Moreno Valle aceptó desistirse de sus teje-manejes en Jalisco y Nuevo León, le quitaron los sellos a la empresa concesionaria del agua. Las dos partes cumplieron, pero eso no hace olvidar al grupo compacto del mexiquense el desafío abierto que lanzó.

Clase política de lo más ortodoxa, educada en aquella frase de que “la forma es fondo”, en su gira presidencial a Puebla Peña Nieto puso un cuerpo de por medio con el gobernador poblano al sentar entre ellos a un comisario ejidal de la zona de Chignahuapan. El lugareño terminó por hacer mal tercio a los intentos de Moreno Valle por establecer un diálogo prolongado con el Presidente. Con mucha mano izquierda, el mexiquense no mostró molestia alguna o desafección: con el simple protocolo lo dijo todo, tal como evidencian las gráficas de la puesta en marcha del programa forestal.

En medio del cambio de actitud no puede perderse de vista el cónclave relatado por el periodista Raymundo Riva Palacio entre los 21 gobernadores priistas y el presidente Peña Nieto celebrado el Toluca en la primera semana de julio. Estando presentes los secretarios de Gobernación y Hacienda, los tricolores expresaron su molestia por el maltrato que reciben en comparación a los privilegios que reciben dos gobernadores de oposición: Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel Mancera.

Así lo escribió en Estrictamente Personal: “Los gobernadores ven también que por razones políticas hay preferencia sobre dos gobernantes. Uno es Rafael Moreno Valle, de Puebla, a quien consideran muy hábil por haber negociado con el gobierno asumiéndose como el gobernador panista más eficiente en términos electorales. El otro al que refieren constantemente es Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal, del que sugieren que ha sido objeto de una eficiente estrategia para eliminar en la capital federal la voz crítica que mantuvo la izquierda desde 1997. El sentir de los mandatarios priistas, de acuerdo con funcionarios cercanos a ellos, es que se han dado demasiadas concesiones a la oposición, y el trato con los priistas ha sido “con el pie permanentemente en el cuello.

”Varios mandatarios están convencidos que tendrán que trabajar mucho para entregar buenos resultados y compensar el mal comportamiento de la economía y las crecientes presiones sociales. Pero no se sienten compensados por el gobierno. Pocos incentivos y muchas amenazas implícitas, es lo que resienten. No lo han dicho abiertamente, pero como se ha probado en el pasado, sin los gobernadores, el resultado electoral en 2015 será negativo.

”El martes no lo hicieron explícito, pese a que Peña Nieto encontró un auditorio de 19 gobernadores priistas —además del verde de Chiapas y el híbrido de Michoacán— que no había sonreído mucho. Al llegar “con ganas de pasar un buen rato”, dijeron fuentes que reconstruyeron el cónclave, los gobernadores se sumaron mejor al festejo de los dos años exactos de su elección presidencial. El silencio fue una señal que no están a gusto con el trato de los secretarios, que no hay condiciones políticas, sociales y económicas favorables para ganar votos, y que el Presidente tiene que hacer algo, en conjunto con ellos durante los próximos meses, para que 2015 no sea la reprobación de su mandato”. Hasta ahí la larga pero necesaria cita.

El escenario ya se movió. Peña Nieto mostró su nueva actitud, derivado de las quejas de los gobernadores priistas. Bastó una clausura de Profeco y meter un cuerpo de por medio en Chignahuapan para inaugurar un juego nuevo.