—¡El partido en el poder no sirve para gobernar! —se escucha en municipios morenistas, priistas y panistas.

 

—¡Yo conozco las verdaderas necesidades del municipio! —suena como lamento entre las calles.

 

Pareciera que aún en esta Nueva Normalidad existen suspirantes que se aferran a una "antigua normalidad electoral".

 

A lo lejos, con lentitud, pero a paso firme, se escuchan los gritos de quienes claman el cambio generacional.

 

—¡Es momento de los jóvenes! —exclaman como si fuese un grito de guerra, esperando una respuesta positiva de los cansados ciudadanos y ciudadanas.

 

El 2021 puede marcar un parteaguas en la llamada "causa juvenil", es la elección perfecta para que los nuevos perfiles empiecen a posicionarse y postularse.

 

La población los ve bien.

 

¿Quiénes son el problema?

 

Algunos "políticos" aferrados a que la juventud es sinónimo de inexperiencia e incapacidad.

 

Sorpresivamente existe otro gran enemigo.

 

Los mismos jóvenes.

 

A veces la juventud se pelea con la juventud.

 

Jóvenes se descalifican entre ellos mismos, entre ellas mismas.

 

Emulando la vieja política.

 

Heredando los vicios de antaño.

 

Olvidando la verdadera causa juvenil, la lucha por hacer escuchar la voz de una generación que no la tiene.

 

El panorama es incierto.

 

Hoy todas y todos los suspirantes inician la campaña de desprestigio.

 

Pocas son las propuestas.

 

Pocas las realidades.

 

El eco de los pasos de aquellos jinetes cansados se escucha cada vez más cansado.

 

Los gritos de la juventud se escuchan más alto.