Viernes, 26 de Abril del 2024
Lunes, 18 Mayo 2020 01:25

La pandemia que desnudó a una sociedad

La pandemia que desnudó a una sociedad Escrito Por :   Sury Ahued

Más allá de las secuelas que esta pandemia causará en nuestras vidas, el coronavirus  ha exhibido a propios y extraños por su manera de afrontar y pensar sobre  esta cuarentena.


 

La realidad es dura, NO somos una sociedad preparada para afrontar algo que altere nuestra cotidianidad. Nuestra idiosincrasia, nuestra cultura y nuestro arraigo nos líquida.

 

¿Usted cuenta con ahorros en caso de perder su empleo?, ¿tiene un seguro médico de gastos mayores? ¿Tiene un proyecto alterno en caso de perder su empleo? ¿Tiene ahorros o una propiedad para casos fúnebres?

 

Seguramente en muchos de los casos la respuesta es NO. La realidad es que los mexicanos no tenemos una cultura del ahorro, ni mucho menos de cuidado de la salud, y ya no hablemos de dejar todo listo en caso de morir.

 

Vivimos la vida al límite, sin importar las consecuencias. Nada nos parece nada, pero tampoco prevemos nada.

 

El sistema de educación es obsoleto, los alumnos tienen miedo - sí nuestros jóvenes- de utilizar el internet para una tarea. No tienen idea de cómo tomar clases en línea ni cómo organizar su tiempo si no es con un horario escolar.

 

Nuestros valientes están sacando la casta, pero no es suficiente, están rebasados, la pedagogía muere lentamente con más de 150 trabajos diarios que calificar, adiós a todos los procesos de enseñanza. Por su parte, los padres de familia reclaman el exceso de trabajo, la falta de criterio y el cobro de colegiaturas. Sin embargo, también exigen calificaciones justas, educación de calidad y profesionalismo por parte de los entes, ¡vaya dilema!

 

Señoras y señores, estamos rebasados como sociedad, en un país con tantas carencias y con tanta desigualdad es difícil prepararse para cualquier contingencia. Nuestra cultura está diseñada para sobrevivir, para visualizar el día siguiente y no un futuro.

 

Cada suceso inesperado, México sufre mucho más de lo debido. Sin embargo, siempre se tendrá la esperanza que las nuevas generaciones comiencen a cambiar los vicios que se siguen heredando, porque habrá algún día que la improvisación nos traicione.

 

Sigamos en casa, les mando un abrazo.

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