Con mucho gusto les comento que hoy ya es una realidad, y que orgullosamente en esta Legislatura, la coalición “Juntos Haremos Historia” ha dado un paso histórico en este importantísimo tema como lo es la igualdad de género.

 

La misión es clara, dejarnos de simulaciones y vacíos legales que sólo entorpecen el avance hacia una sociedad más justa con las mujeres.

 

Pensémoslo un minuto, tantas legislaturas, tantos diputados, tantos partidos y jamás se hizo algo significativo, las iniciativas en el nombre parecían solucionarlo todo y al fin las mujeres tendrían los mismos derechos políticos y oportunidades, pero lo cierto es que sólo era una simulación para que hombres y líderes partidistas utilizaran a las mujeres como carnada en candidaturas prácticamente perdidas.

 

No basta una iniciativa si no es supervisada en su operación, si no es evaluada y mucho menos si es obligatoria. De buenos deseos está lleno el mundo, y aquí seguimos, entre desigualdad y una clase que se siente amenazada porque las cosas están cambiando.

 

Como parte de estas reformas impulsadas por grandes mujeres, se sancionará a quienes violenten, sexualicen, discriminen y normalicen actos que atentan contra la dignidad de las mujeres.

 

Todo esto que ya les había platicado ahora es una realidad, una verdadera realidad, plasmada en las leyes de nuestro Estado que sin duda nos permitirá como mujeres tener mejores oportunidades de trabajar por nuestras mujeres, y defender sus derechos político-electorales.

 

Por otro lado, aprovecho este espacio para hacer un posicionamiento respecto a la información que ha  circulado sobre mi persona y los integrantes de mi familia:

 

En mi carácter de Diputada Local de la LX Legislatura quiero aclarar que mis ideales y mis acciones siempre se han conducido por la línea del respeto, transparencia y honestidad.

 

Las recientes notas que han circulado acerca de mi persona sobre un supuesto nepotismo al colocar a mi madre, a mi esposo, y a Edith Spezzia dentro de la estructura orgánica del Gobierno del Estado, es totalmente falso.

 

• • Mi madre, Susana Escamilla trabaja en la Secretaría de Educación Pública desde 1995, a cargo de distintos puestos durante 25 años, en los cuales su preparación académica y desarrollo profesional hablan por sí solos.
• • Mi esposo, René, laboró hasta febrero de este año en el Ayuntamiento de la capital, siendo este mismo un ente totalmente autónomo al Poder Legislativo del Estado, nada tuve que ver con su designación dentro de la administración municipal y su salida fue por así convenirle a sus propios intereses, puesto que aun siendo mi esposo, su vida profesional no influye en la mía.
• • Sobre Edith Spezzia, nada tuve que ver con la contratación en la dependencia que dichas notas mencionan, ya que cuenta con todas las capacidades, acreditaciones académicas y cursa una maestría en el mismo sentido.

 

Niego rotundamente conocer a Angélica Escamilla, pues el compartir el apellido no necesariamente significa compartir un lazo familiar.

 

Creo en el periodismo crítico y sustentado. En el análisis y la libertad de expresión, por ello hago uso de mi derecho de réplica ante un manejo de información mal intencionado que difama mi honorabilidad y la de mi familia.

 

Soy madre, hija y esposa, una mujer que llegó a representar el distrito 10 porque creyó en un nuevo proyecto político que cambiará el destino de este país.

 

Ojalá pudiera leerse pronto una columna sobre mi quehacer político y un debate profundo sobre las iniciativas que he presentado. Dejemos atrás el chisme barato y comencemos un encuentro de ideas que verdaderamente impacte en nuestra sociedad.

 

Nos leemos pronto