Ejemplo claro de este movimiento es Genoveva Huerta Villegas, actual presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN en Puebla. Quien ha tomado una feroz batalla en contra del actual gobierno por medio de redes sociales, en términos prácticos: dirige una oposición desde la comodidad de su sofá.

Y no es el panismo actual quien castiga a Genoveva con esta oposición digital limitada a 280 caracteres en Twitter, sino la mística de la fundación del partido que hoy dirige.

¿Qué diría Gómez Morín al ver su partido luchando a través del WiFi? ¿Dónde guardó Genoveva la valentía que les heredó el gran Maquío? ¿De verdad piensa que sus tweets afectarán de gravedad a un gobierno abanderado con la marca más popular de México? ¿Cuántos sofás forman parte de sus trincheras?

Bauman no se equivocó al asegurar que los líderes de hoy están tan alejados de las causas y con las conciencias adormecidas.

Genoveva Huerta se quedó atrapada entre el duelo, la traición y el nepotismo. No hay un barco que dirigir porque nadie se quiere subir.

Terminó con el morenovallismo, aniquiló la historia y olvidó por completo la doctrina de un partido que alguna vez fue esperanza.

Estimado lector, sirva esta columna para hacerle saber que estamos escasos de líderes políticos, hay muchas vacantes, las nuevas generaciones tienen una gran oportunidad de hacer historia. El PAN, el PRI, el PRD están muertos, no entienden a las nuevas audiencias, no implementan estrategias, no hay plataformas que catapulten a nuevos líderes, no hay nada, absolutamente nada.

A falta una líder en el Acción Nacional, estamos seguros de dos cosas: no han entendido lo que significa ser oposición y el sofá de Genoveva Huerta es de los mejores.

Nos leemos pronto.