Si bien, tanto priistas como panistas quieren fuera a Morena de las principales presidencias municipales, como Puebla o San Pedro y San Andrés Cholula, así como de la mayoría en la sede del Poder Legislativo, la tarea no parece nada sencilla.
La apuesta al hartazgo social, al mal desempeño de los gobiernos morenistas, como ejemplo está Claudia Rivera con la capital poblana, Marisol Cruz con Tecamachalco, Norma Layón al frente de San Martín Texmelucan o Karina Pérez con su desempeño en San Andrés Cholula, no da ninguna garantía de triunfo, tanto al PAN y mucho menos al PRI.
Recursos y operadores de primer nivel se necesitan para garantizar el triunfo y es ahí donde Morena cuenta con ambas características, por la sencilla razón de tener mayor control administrativo del estado.
Al partido afín al presidente Andrés Manuel López Obrador no se le puede dar por muerto en su primer proceso comicial como gobierno. Es ahí donde los priistas pueden ayudar a lograr este objetivo directa o indirectamente.
Si bien se plantea una alianza entre el PRI y el PAN para mandar candidatos competitivos y ganar la mayor parte de los 217 municipios y sacar a los morenistas de la mayoría del Congreso local, todo indica que está fuera de lograrse.
Dos aspectos salen a flote.
El primero, la dirigencia estatal encabezada por Néstor Camarillo.
Para nadie es un secreto que no se manda solo. Recibe órdenes y las acata directamente por el diputado local, Javier Casique, y el ex candidato a gobernador, Enrique Doger Guerrero.
Ambos, más el apoyo de Jorge Estefan Chidiac, quien está en la mira en esta administración estatal por presuntas anomalías durante su paso como secretario de Finanzas en el mandato interino de Guillermo Pacheco Pulido, pueden mandar a Néstor a operar en favor de Morena.
Se dice que gana más el PRI perdiendo que ganando… obvio para los toman decisiones al frente del llamado ex partidazo.
Posiciones y negociaciones para los suyos, dejando de lado a la militancia sin preocuparse por trabajar desde las bases que ayude a la reconstrucción partidista a efecto de recuperar cierta hegemonía que tuvo antes de la debacle en 2010, cuando perdió la gubernatura ante la coalición encabezada por Rafael Moreno Valle Rosas –q.e.p.d-.
El segundo aspecto, tiene relación con la desbandada de priistas como muestra de inconformidad con el Comité Directivo Estatal, bajo el mando del inexperto Néstor Camarillo.
Personajes como Germán Sierra, Juan Manuel Vega Rayet y Adela Cerezo, anunciaron públicamente este lunes su salida de las filas priistas por diferencias con la actual dirigencia local.
Se espera la salida de más militantes con trayectoria y su destino, aunque lo nieguen, está dentro de Morena, en lugar de integrarse a las filas panistas u otra fuerza política.
En menor proporción, aun estos personajes tienen cierta injerencia en algunos grupos que pueden ayudar a Morena a mantener posiciones ganadas en 2018.
Los primeros acercamientos ya se han comenzado a dar.
Se dice que uno de los tres que anunciaron ayer su renuncia a la militancia fue visto en Casa Aguayo… ¿será?
Así que faltan capítulos por desarrollar para darse una alianza imposible entre el PAN y el PRI en el 2021.
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@Marcomironc