Viernes, 26 de Abril del 2024
Martes, 29 Septiembre 2020 02:30

Cuando la emoción sube… ¡la inteligencia baja!

Cuando la emoción sube… ¡la inteligencia baja! Escrito Por :   Anabel García Morales

Si las ventas y las compras son emoción, ¿por qué no considerar este importante elemento en la estructura de tu negocio?


 

Así como se necesita pasión para emprender, paciencia para mantener tu proyecto, coraje para resistir en tiempos complicados, valor ante la toma de decisiones para cerrarlo o humildad para aceptar un cambio en la estrategia; así, en cualquier circunstancia del día a día de un emprendedor o empresario consolidado, se debe aprender a gestionar las emociones si queremos que las cosas marchen bien.

 

Es fácil ver con buenos ojos y atender a un consumidor nuevo que está dispuesto a hacer transacciones con nuestra marca pero, si quien nos negocia un tema es un cliente interno, ¿Cómo reaccionaríamos?, ¿qué tanto estamos dispuestos a negociar o ceder en lo mediático con un trabajador, proveedor o cliente insatisfecho con tal de mantener las cosas en orden a largo plazo?

 

Ahí está muchas veces el origen de grandes problemas que se pueden traducir en demandas, quejas, mala reputación o pérdida de clientes en general, que con un poco de voluntad y empatía se podrían haber resuelto en un primer momento.

 

La gestión de las emociones en una empresa de miles de empleados, organización mediana o negocio pequeño donde sólo es el emprendedor y un trabajador o un par de socios, es el ritmo en el que se moverá el engranaje hacia el exterior.

 

En un lugar donde se tienen claras las reglas del juego, es más fácil tener orden pero en cualquier situación vale la pena ser flexible para empatizar o resolver situaciones que pudieran resultar en complicaciones a futuro.

 

El reconocimiento del personal y sus buenas condiciones nos darán a los mejores promotores de nuestra marca. Dar seguimiento apropiado a las inconformidades de nuestros clientes, empatizando, minimizará el enfado y podríamos justificarnos ante un margen de error que estamos dispuestos a reparar para convertir su mala experiencia en algo grato; y te aseguro que generaremos lealtad.

 

Cuando el negocio atraviese por momentos complicados por falta de ventas o problemas por factores externos, debemos mantener la entereza porque, en primera, somos los capitanes del barco y a nadie le gusta sentir que está a punto del naufragio o generar roses internos innecesarios que perjudiquen más la situación.

 

En otros momentos hemos comentado que tu negocio es una extensión de ti, por ello, asegúrate de no trasladar problemas personales a tu empresa o atiéndelos para que la energía fluya adecuadamente.

 

Aprende a ser empático ante todos los momentos, cuando hay disposición de tu parte como dueño y eres capaz de ponerte en el lugar de alguien más, las cosas pueden resolverse con la voluntad de varios, pensando siempre en ganar-ganar.

 

Y si por alguna situación sientes que las cosas ya te están rebasando, piensa con la cabeza fría.

 

Analiza exactamente por qué sigues ahí, tal vez la solución puede ser modificar la estrategia, la ruta o, de plano, si los números no te están resultando, cambiar de barco.

 

Aprender a tener una adecuada gestión de las emociones te permitirá llegar más lejos, ser más cercano con tu equipo, tener mejor imagen con tus clientes y eso se reflejará en un mejor posicionamiento frente a tu competencia.

 

Recuerda que lo importante es disfrutar el camino y estar abierto a tomar de cada experiencia lo mejor sin afectar tus relaciones comerciales, profesionales ni personales; así vibrarás como un auténtico… UNIVERPRESARIO.

 

comments powered by Disqus