La mía fue el domingo cuando asistí a la marcha convocada para conmemorar el 8 de marzo “Día internacional de la mujer”.

 

Jamás había asistido a ninguna marcha.

 

La verdad es que nunca hubiera ido sino es por la iniciativa de mis primas Dani, Maru, Fer, Samantha y Arantza quienes a su vez convencieron a mis tías de acompañarnos.

 

Se unieron a nosotras mis amigas Miri y Yesi y de repente ya éramos un grupo de 12 mujeres más dentro de un gran contingente caminando desde la Fiscalía General del Estado hacia el zócalo poblano.

 

Debo decir que los gritos de miles de mujeres me emocionaron mucho.

 

Vi de todo.

 

Desde compañeras de trabajo, periodistas, líderes de asociaciones civiles, estudiantes, amas de casa, niñas, mujeres de la tercera edad, en fin.

 

Lo cierto es que las miles de mujeres que recorrimos por aproximadamente dos horas el emblemático Bulevar 5 de mayo teníamos en la mente y en la voz a aquellas mujeres víctimas de violencia de género y feminicidio.

 

Me entusiasmó ver a muchas personas solidarias que regalaban agua a nuestro paso, dueños y empelados de diversos negocios del Centro Histórico aplaudiendo a las asistentes a la marcha.

 

Mujeres que estaban de paseo con sus familias, visiblemente emocionadas mostrando apoyo porque sabían que, aunque puede parecer que una marcha no hace la diferencia, lo que sí lo hace es no quedarnos callados frente a la impunidad y la violencia.

 

Que las consignas en aquella manifestación hacen eco cuando Doña Patricia Rivas y Taboada de Brand salió desde el balcón de su casa en la Juan de Palafox y Mendoza ondeando la bandera de México en color negro, así como lo hizo en la manifestación de los estudiantes la semana pasada.

 

¡Qué gran primera vez para mi haber caminado junto a mis primas, mis tías, mis amigas para pedir un país más justo, seguro, igualitario y tranquilo!

 

Si bien, algunos pueden opinar que las formas son adecuadas o no según su criterio para pedir justicia; en lo que todos debemos coincidir es que el estado debe garantizar seguridad y si algo nos está debiendo este gobierno es precisamente eso.

 

Y si estas deudas se siguen acumulando, si la indiferencia y menosprecio del Presidente Andrés Manuel ante estos movimientos siguen siendo el tema de las mañaneras, una marcha ya no será el recurso créanmelo.