A mis amigos les expliqué que la perspectiva de género es el mecanismo que nos permite a las personas valorar las diferencias biológicas e igualdades que hay entre hombres y mujeres, y nos permite identificar, cuestionar y atacar la discriminación hacia las mujeres por el simple hecho de serlo.
Ahora, déjenme tratar de explicarles con mis palabras, queridos lectores, por qué es importante que los productos de higiene menstrual estén libres de IVA. Veámoslo de la siguiente manera:
A los hombres no les baja, por lo tanto (salvo casos excepcionales) los hombres no necesitan comprar ningún tipo de producto de higiene personal adicional a los que usan del diario, y eso los exime de gastar dinero extra para atender un tema biológico.
En cambio, por lo menos 13 % del total de los días del mes, las mujeres estamos obligadas a atender este tema y a destinar gran parte de nuestros ingresos a productos de higiene menstrual, y créanme cuando les digo que esos productos no son baratos, y nosotras no tenemos la culpa ni de que nos baje, ni de que los productos cuesten tanto.
Dado que el mercado es el que fija los precios, el gobierno que está por demás obligado a ver por toda la población, debería entender que las mujeres estamos en desventaja y que la compra de esos productos no son un lujo ni un capricho, sino una necesidad.
Lo anterior lo escribí de manera muy sencilla y superficial para explicar la importancia de legislar con perspectiva de género, pero diputadas como Lucero Saldaña y Martha Tagle explicaron la argumentación de la iniciativa de Tasa 0 % en que la menstruación lejos de ser un lujo, es un lastre para muchas que viven en condiciones precarias, y que los países que ya no cobran el IVA aumentan el nivel de escolaridad en las niñas, combaten la deserción y generan condiciones para que las mujeres sean más productivas en el ámbito laboral.
Es una lástima que las y los legisladores que ocupan la mayoría en el congreso, todavía no acaben de entender que la evolución de México va de la mano con el piso parejo para hombres y mujeres. Si de por sí las mujeres ya estamos obligadas a gastar en estos productos, y muchas se ven en la necesidad de faltar a la escuela y al trabajo por esto, lo mínimo que debería hacer el gobierno es ayudarnos y no cobrarnos impuestos.
Es cuánto, señora presidenta.