Viernes, 26 de Abril del 2024
Martes, 17 Noviembre 2020 03:53

El corazón no se mete en la nómina

El corazón no se mete en la nómina Escrito Por :   Anabel García Morales

Hablar de empresas familiares es hablar de un tema que puede verse desde diferentes aristas, y es que, si bien es cierto que debe tener una estructura como una empresa privada normal, se juega con un factor muy volátil que, si no se controla, puede ser el motivo para quebrar.


 

Si bien es cierto que la mayoría de las empresas a nivel mundial comienzan de forma familiar para poder solventar los gastos básicos de esta célula social, no todas logran brincar la brecha generacional o peor aún, quiebran en cuanto los miembros de ella comienzan a ver por intereses particulares.

 

Por ello es vital poner las reglas claras desde el principio para evitar complicaciones o malos entendidos.

 

A diferencia de la estructura jerárquica que soporta a la familia, en una empresa vale la pena delimitar los roles de cada miembro en función a sus talentos y capacidades, ya que si trasladamos el mismo orden genealógico al organigrama, podemos tener grandes conflictos.

 

Haz un acta constitutiva, esto le dará certeza jurídica a la empresa y dejará perfectamente claros los roles de quienes estarán involucrados.

 

En ese mismo documento debemos establecer el tema financiero, desde el número de acciones de cada miembro de la empresa, la cantidad de inversión, cómo se repartirán las utilidades y las obligaciones que cada uno tendrá.

 

Porque cuando no se tiene claro el tema, puede prestarse a un mal manejo de las ganancias, haber fuga de capital que debe reinvertirse, falta de orden en cuentas por cobrar y hasta el tope de gastos que absorbe la empresa puede dispararse.

 

En Latinoamérica, y de forma más puntual, en México, es muy común que el tema emocional esté por encima de la estructura empresarial, que el papá o la mamá sean los directores y los hijos los responsables de alguna área en función de las edades, y eso no siempre es lo mejor.

 

Imagina que el experto en un tema es el hermano mediano o menor, que el resto de los miembros de la familia, por su simple edad quieren ser quienes tomen las decisiones y al final no funcionen; o que haya problemas por dañar los egos de alguien por el hecho de no acatar alguna regla y ser reprimido.

 

La falta de claridad de los roles puede provocar que haya confusiones y que no se cumplan responsabilidades porque se confundan los compromisos de la empresa con las jerarquías familiares, como decir: lo entrego luego al cabo no me pueden correr de mi propia empresa.

 

Otro caso que se da mucho, es cuando ya se ha consolidado una empresa y la familia central tiene subfamilias, esto puede poner en riesgo la marca o la estructura del negocio porque cada uno de los miembros quiera dedicarse al mismo giro pero de forma independiente, por ello se debe trabajar desde antes el relevo generacional.

 

Caso concreto lo que le pasó a Adidas y Puma, quienes después de consolidarse, se dividieron porque los familiares prefirieron ir por caminos distintos y hacer su propio emporio.

 

Si tienes un pequeño negocio o una empresa fuerte que sean familiares, toma en cuenta estos consejos para que no pongas en riesgo ni tu patrimonio ni la unidad con tu principal núcleo sanguíneo, sólo así garantizarás la vida de tu gran negocio y sumarte a la lista de los exitosos… UNIVERPRESARIOS.

 

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