En territorio poblano prácticamente es inexistente su presencia al caracterizarse como un partido político satélite, sin lograr posicionamiento entre la comunidad.
Con el nacimiento del morenovallismo, Movimiento Ciudadano logró algunos dividendos, pero sin caminar por cuenta propia. Siempre requiere de una fuerza alterna en cual apoyarse para tener presencia.
Para la elección de 2021, los altos mandos determinaron que lo mejor, dizque por estrategia, fue dejar de lado las alianzas y optar por candidaturas propias.
Aquí surge la interrogante… ¿de dónde sacarán a los aspirantes a ediles, regidores y diputados locales o federales?
Movimiento Ciudadano no tiene estructura para enfrentar un reto de esta naturaleza por más que presuma el líder local, Fernando Morales.
De hecho se ha dado a la tarea de “fichar” a prospectos que son cartuchos quemados, sin marcar la pauta para tomar en cuenta SERIAMENTE en 2021. Como ejemplo está la –dizque- política Graciela Palomares. En octubre fue nombrada como delegada estatal de la fundación México con Valores, cuyo objetivo está analizar los mejores contendientes que pueden participar en los comicios.
Está tendencia seguramente habrá de replicarse en las próximas semanas para “cachar” a quienes dejaron de tomar en cuenta sus partidos de origen o han quedado en el olvido. De ninguna manera habrá de privilegiarse la ideología partidista, la misión es establecer acuerdos con interesados bajo el principio de quién puede y quiere.
Así es la apuesta de la dirigencia estatal de Movimiento Ciudadano encabezada por el ex priista Fernando Morales.
El mandamás nacional de esta fuerza política, Dante Delgado, ha dado manga ancha a la dirigencia local a efecto que haga lo mejor le convenga para obtener resultados favorables en suelo poblano.
Lo malo, por así decirlo, es la manera de lograrlo.
Cuentan los enterados que existe una estrategia de “comercializar” las candidaturas a los que tengan interés en aparecer en la boleta electoral.
Así como existen personajes que están dispuestos a participar en los comicios a cambio de una gratificación o remuneración, también está la otra cara.
Según se dice que si alguien quiere una nominación dentro del partido naranja, entonces mirará a sus finanzas para ver si puede llegar a un acuerdo.
Para aspirar a un municipio “pequeño” o alejado de la zona urbana, algo así como la mixteca poblana, entonces habrá de establecerse una tarifa de 50 mil pesos que supuestamente formarán parte de una bolsa para actos de campaña.
Sin embargo, si la apuesta está en un lugar de la zona metropolitana, entonces la cuota asciende a 100 mil pesos.
¿Qué le parece?
Igual pasa con las diputaciones.
¿Será?
ALMAGUER, EL INDESEABLE
El diputado local, Marcelo García Almaguer, de ninguna manera es una persona confiable y así ha quedado de manifiesto su regreso al PAN. La mayor parte lo considera indeseable pese a tener el respaldo de la dirigente estatal, Genoveva Huerta.
Descalifica en automático a quienes cuestionan su forma de hacer política. No muestra madurez para aceptar los comentarios que están en contra de su regreso al panismo.
Al quedar huérfano del morenovallismo, García ahora quiere ser pueblo y mostrarse cercano con habitantes de colonias populares para escuchar y atender sus necesidades en servicios públicos o seguridad pública.
Años atrás no pensaba lo mismo.
Como ejemplo está su fugaz paso en el Ayuntamiento de Puebla en el periodo que estuvo José Antonio Gali Fayad.
Como fugaz titular de la Secretaría de Innovación Digital y Comunicaciones, su oficina no ocupaba algún lugar al interior de Palacio Municipal o en algún inmueble municipal, estaba en el salón de Protocolos del Gobierno estatal.
¿El motivo? Aires de superioridad.
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@Marcomiron