No vaya usted a creer que el entusiasmo responda a algo así como un puente en las labores ligando de sábado a lunes.
En esta ola hay que hacer un reconocimiento especial a las empresas que con “toda voluntad” están dispuestas a enfrentar los estragos en su engranaje por el ausentismo de las mujeres a sus puestos de trabajo. Los responsables del personal ya fueron notificados de que no habrá descuento en la nómina salarial por ese ausentismo.
Claro, es que las empresas y los dueños de las empresas también han sido víctimas de todo lo que está pasando en materia de violencia para con las mujeres.
El mundo entero ya sabe que en México El Nueve Ninguna se Mueve.
¡Gran ejemplo!
Pero cabe una pregunta: los cabezas dura que toman las decisiones en este país, ¿entenderán el mensaje por el descontento, coraje y hartazgo que vive la sociedad y la impotencia a la que se enfrentan ante un problema de inseguridad?
Muchas preguntas después del 9 de marzo:
¿Cómo amaneceremos el martes 10?
¿México será diferente?
¿Habrán desaparecido los machos, los violentos, golpeadores, violadores, asaltantes?
Así, con un paro, ¿recuperaremos la tranquilidad?
¿Cómo será México?
¿Ya podremos salir a la calle de día y de noche sin temores?
¿Cómo podrá ser el comportamiento de ellos?
Tenemos claro que entre ellas y ellos sumamos y logramos una fuerza, construimos una familia, construimos una sociedad, construimos una nación.
Como mujer y como mexicana no debo desconfiar de la fuerza que demostraremos el 9, pero cabe la pregunta ¿todas vamos en el mismo rumbo?
Con esta paralización “todos y todas” debemos de replantearnos los roles con los que queremos vivir y convivir.
Juntas y juntos —aunque ya la Real Academia reprobó esta expresión— debemos salir de nuestro estado de confort y asumir responsabilidades sin distingo de género, como las tareas domésticas, el cuidado y atención de los hijos, la participación económica en la integración de un presupuesto y, desde luego, el disfrute de la misma oportunidad para el descanso, el paseo y las relaciones personales y familiares.
A partir del 10, ¿éste será otro México?
Sumemos voluntades, que de éstas dependerá todo, lo que una sola persona no ha podido ofrecer a la sociedad.