Y la verdad es que hay que repasar las condiciones en las que históricamente se han dado las relaciones entre las dos naciones vecinas, México y Estados Unidos. Sobra recordar aquella máxima medieval que sostiene que “lo más ventajoso para el poderoso”

¿Con quién le ha ido mejor o menos peor a México, con un republicano o con un demócrata?

La verdad es que siempre nuestro país queda en desventaja, aunque hay que recordar que la presencia de los republicanos en la Casa Blanca representa una seguridad para los intereses empresariales de México, y suele resultar menos proteccionista que los demócratas.

¿Cómo pueden resultar las cosas?

Se tiene claro que la reelección del presidente Trump de alguna forma sería más de lo mismo, no habría cambios drásticos en la relación México-Estados Unidos.

Nos mantendría atentos a sus tweets mañaneros para captar el humor del que amaneció y calcular riesgos.

Su relación con el presidente López Obrador continuaría siendo como el “tenme acá” que han presumido ambos.

Y desde luego continuaría por la línea de fortalecer su tratado comercial con mayores beneficios para su país.

En el tema migratorio podrá seguir anunciando medidas drásticas y haciendo lo mismo, una deportación menos escandalosa que la ocurrida en los tiempos del presidente demócrata Obama.

Si el voto de los que viven en Estados Unidos lleva a la alternancia a un demócrata como Biden, resultará lógico y obligado una reorientación en la relación que mantienen los países vecinos. Esto producto del dominio que sobre el tema de las relaciones México-Estados Unidos tiene el demócrata que durante los últimos 30 años ha tenido la responsabilidad del tema por parte del gobierno norteamericano.

Se podría esperar una mayor cooperación al tiempo de un reforzamiento de la estrategia de seguridad.

Al terminar el histórico martes 3 de noviembre, el mundo tendrá noticias sobre el futuro de los Estados Unidos, y del resto del mundo, que siempre se verá impactado directa e indirectamente por las decisiones de esa nación.

Para nosotros los mexicanos que somos los vecinos débiles, el impacto y la suerte es más riesgosa, sobre todo si tenemos en cuenta que más de 30 millones de compatriotas viven en ese territorio, y con el envío de sus dólares a sus comunidades de origen mueven las economías regionales.