Se acabaron los cheques en blanco para este tipo de aspirantes a ingresar en política.

Las cosas hoy distan mucho de cómo han sido anteriormente.

El país lo gobierna de otra forma un presidente autoritario y terco, y la aparición del coronavirus con sus más de cien mil muertos en México, obligan a replantear el proyecto de nación de otra forma, porque hoy la sociedad electora vive la peor crisis económica, laboral, social, de salud y psicológica de que se tenga registro.

Estos factores sumados al sentimiento de defraudación, abandono, incertidumbre, se convierten en ingredientes que forman una nueva generación de mexicanos desesperados, apanicados, con hambre y desesperados, a un paso del suicidio en muchos casos.

De manera de que quienes reciban la bendición de un partido político para salir a las calles a buscar el voto, deben generar nuevas estrategias de conquista y convencimiento porque el voto duro hoy se convertirá en una verdadera piedra.

Para esos días de campaña entre los meses de marzo, abril, mayo y junio, que representan el segundo trimestre del 2021, las cosas serán muy diferentes en México, tal vez estaremos en la cuenta regresiva para recibir la vacuna, y viviremos en una normalidad diametral a lo que fue la vida hasta marzo de este 2020 cuando el coronavirus llegó a nuestro territorio y se comenzó a expandir por todos lados.

La realidad del segundo trimestre del próximo año, será muy diferente ya lo pronosticaron economistas de todos los cortes y hasta el genial Bill Gates que avisaron un panorama muy sombrío, con una planta laboral muy ajustada, lo que obligadamente ampliará los ejércitos de desempleados con lo que se empobrecerán más los países y la vulnerabilidad que pueden desencadenar una chispa de una crisis social.

Para este diagnóstico se conjugan ecuaciones económicas, no se juega con el tremendismo.

Por lo que los suspirantes deben de plantearse muy bien y de otra manera, la ruta para entrar a un juego político y democrático altamente riesgoso.  

Se acabó la era de llegar para servirse.

Ahora será para verdaderamente servir.