Viernes, 26 de Abril del 2024
Martes, 07 Abril 2020 01:18

LO QUE EL CORONAVIRUS NOS DEJARÁ

LO QUE EL CORONAVIRUS NOS DEJARÁ Escrito Por :   Irma Sánchez

A fuerza de ser sinceros, pasada la pandemia, pese a los miles de muertos, la humanidad tendrá que decidir el rumbo de las naciones, de sus comunidades, de su familia y de sí mismo.


 

 Es decir, el coronavirus cambiará el rumbo que personas, gobernantes e instituciones llevábamos en una precipitada carrera por lo material, muy lejos de los más próximos, por el avance de la tecnología que pone al alcance de la mano la oportunidad de interactuar con el hombre de continente a continente, y contradictoriamente lo separa de los que están a su al redor.

 

El coronavirus además de dejar lacradas a sus víctimas que pudieron sobrevivir aun siendo infectados, vino a acelerar un proceso de empobrecimiento de millones, a pulverizar a una clase media que paso a pasito luchaba para salir adelante con decoro y con muchos esfuerzos.

 

El COVID-19 cobra muchas víctimas. Hoy lamentablemente unos se plantean  salir por la puerta falsa, como lo hizo todo un personaje de mucho respeto en Alemania, Thomas Schacfer, ministro de finanzas a quien las cuentas no le encuadraron, no le alcanzó para hacer frente a los extras por la pandemia y decidió suicidarse.

 

El microscópico virus nos puso de cabeza, y hay del que no lo quiera entender o pretenda sacar raja de éste.

 

La cuarentena obligatoria sacó lo más profundo de cada ser. Los mandatarios no fueron la excepción y sin esforzarse ganaron la reprobación y rechazo de sus gobernados, aunque hay que admitir que se dieron unas cuantas excepciones.

 

Pero lo peor del problema fue cuando algunos gobernantes se vieron rebasados por las circunstancias, y decidieron amurallarse en su soberbia poniendo oídos sordos a todos.

 

Para los mexicanos el fenómeno permitió poner al descubierto las deficiencias con las que opera el sector salud que con tantos programas falsos ha sido manoseado desde el poder olvidándose de su esencia.

 

Varios hospitales que con vergüenza lucían como elefantes blancos y monumentos a la descarada corrupción, permanecían abandonados, sin personal, sin equipo, porque sólo sirvieron de escenografía para la foto de un mandatario que supuestamente hacía mucha obra social. Hoy afortunadamente, gracias a la crisis de salud estos son acondicionados y equipados paulatinamente para atender a la población como originalmente corresponde.

 

Hospitales en los que se padecía hasta de lo esencial, poco a poco van siendo equipados y operan todavía con infinidad de faltantes para hacer efectivo el derecho constitucional a la salud.

 

La pandemia definitivamente es más lo que nos arrebata, pero algo bueno nos deja: la lección de la solidaridad, la comunicación cuerpo a cuerpo a partir del seno de las familias y la obligación a ser responsables y cuidar lo poco que se tenga, lejos de la competencia por tener más y aparentar más.

 

A la  sociedad en conjunto, le entrega el arma de la decisión para enjuiciar y decidir sobre los mandatarios que quiere como líderes para sacar al país adelante.

 

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