La realidad, necia e indomable, le dio un bofetadón al subsecretario Hugo López-Gatell, rockstar de la pandemia, y por tanto a Andrés Manuel López Obrador, quien depositó en él toda su confianza: mil 92 muertos por coronavirus en un solo día.

Un hito histórico, no nacional sino mundial. España e Italia, los dos países europeos más golpeados por la pandemia, nunca tuvieron mil muertos en un solo día ni en el peor momento de su crisis.

En el pico de muertos por coronavirus, España tuvo 960 e Italia 971. Ese dato lo dice todo. Francia sólo tuvo un día arriba de los mil muertos.

 

Con sus mil 92 muertos, México ingresa al exclusivo club de Estados Unidos, Brasil e Inglaterra de los mil muertos por día de coronavirus.

 

Los mil 92 muertos en un solo día significan que el 3 de junio de 2020 México tuvo una cuarta parte de todos los muertos de China, el origen de la pandemia. Vuelva a leer este párrafo para comprender la magnitud de la tragedia.

 

Esta realidad necia e indomable, sin embargo, era previsible y entraba en los escenarios econométricos del manejo de la pandemia. No se trata de “tener otros datos” ni un doctorado en Epidemiología en Johns Hopskins como Gatell. Un simple periodista de provincia, o sea yo, ya los tenía.

 

El 18 de marzo, cuando todavía no se declaraba la Jornada Nacional de Susana Distancia, AMLO seguía en sus giras y Gatell decía que el presidente tenía “fuerza moral de contagio”, reseñé aquí los escenarios optimista, mediano y pesimista que se compartían en los búnkers de la 4T.

 

Vale la pena autocitarme y en este link puede leer la columna completa:

 

“Los modelos econométricos más optimistas elaborados por los especialistas de la 4T calculan alrededor de 250 mil enfermos de coronavirus. Conforme a ese cálculo, se esperan 10 mil 500 mexicanos hospitalizados en cuidados intensivos. Si la progresión geométrica no miente, habrá oficialmente alrededor de 5 mil muertos por contagio de COVID-19.

 

“Esos son los análisis optimistas, pero también los hay intermedios. En esos, se duplican las cifras de enfermos -medio millón-. También se duplican los hospitalizados en cuidados intensivos -21mil- y, por supuesto, de muertos, es decir, alrededor de 10 mil. Los sistemas de salud públicos y privados, en su conjunto, colapsan.

 

“Si nos vamos a los modelos econométricos pesimistas, en los siguientes meses una cantidad cercana a un millón de mexicanos van a ser contagiados de COVID-19, de los que alrededor de 50 mil requerirán cuidados intensivos -no se sabe a dónde irán a parar porque el sistema de salud quedó destruido- y por lo menos habrán unos 25 mil muertos”.

 

El escenario optimista hace tiempo que quedó rebasado, nos encontramos en el intermedio de los 10 mil muertos y avanzamos a paso firme al escenario pesimista de los 25 mil muertos por coronavirus.

 

¿Cómo es posible que un periodista provinciano -o sea yo- tuviera estos datos, y no Gatell y el presidente AMLO?

 

¿Por qué no maniobraron a tiempo para evitar la tragedia en la que ya nos encontramos, por fin, en el ojo del huracán?

 

Toda la realidad ha sido previsible.

 

CAMBIO fue el primer periódico en advertir la distorsión de los datos de Salud federal que todos los días le robaban muertos a Puebla. Esa distorsión después fue advertida por grandes medios internacionales como The New York Times, Washington Post y El País.

 

En este espacio también se advirtió que el gobernador Barbosa iba a tomar Susana Distancia de las decisiones federales y de AMLO, lo que ocurrió en sus encontronazos con la secretaria florero de gobernación y cuando emitió el decreto para frenar el regreso del sector automotriz.

 

También en este espacio se descubrió, antes que nadie, la estrategia de AMLO para deslindar en los gobernadores el costo político de la pandemia y salvar su popularidad al finalizar la Jornada Nacional de Susana Distancia.

 

También aqui acusé de mentiroso a Gatell en su cifras y cálculos, al grado que él mismo reconoció antier que todos sus cálculos habían quedado rebasados y nos encontrábamos en el peor momento de contagio del virus.

 

Que su modelo Centinela era genocida y en realidad no tenían idea de cuántos enfermos y contagiados había.  Un modelo del que Gatell se olvidó hace semanas.

 

El bofetadón de la realidad era totalmente previsible, pero AMLO decidió ignorarla.

 

Ahora todos pagaremos las consecuencias de un mal gobierno que ignoró las alertas, y de una sociedad indisciplinada que no supo cumplir con su cuarentena.

 

Lo peor está por venir.