Viernes, 26 de Abril del 2024
Martes, 10 Marzo 2020 01:05

Una huelga de mujeres feliz sin final feliz

Una huelga de mujeres feliz sin final feliz Escrito Por :   Arturo Rueda

Nuestra novela casi tiene un final feliz: este día, casi todas regresarán a su rutina normal, a sus puestos de trabajo, a su banca en la escuela, al entrenamiento, a las gestiones del gobierno o las empresas. Respiraremos aliviados. Dije casi todas. Van a faltar las 35 mujeres asesinadas en este 2020 —se está rompiendo una marca anual—, más las casi cien de 2019, más otras cien en 2018


 

Para la gente de mi generación el argumento es digno de una novela de ciencia ficción, de Asimov o de Philip K. Dick: de un día a otro, todas las mujeres del mundo desaparecen. Así, sin más.

 

Los millennial encontrarían más afinidad en el argumento de Infinity War: con un chasquido de Thanos que tiene las gemas del infinito, desaparecen todas las mujeres del mundo. Ahora, a lidiar con las consecuencias.

 

La primera de una obviedad absoluta: la continuidad del género humano se encuentra en riesgo por la imposibilidad de la reproducción.

 

Pero las siguientes no lo son tanto: en su ausencia, ¿Quiénes se harían cargo de sus funciones?

 

¿Cómo procesaríamos la desaparición, de un momento a otro, de nuestras madres, hijas, esposas, hermanas, novias, sobrinas, jefas, compañeras de trabajo?

 

¿Cómo seguiríamos adelante?

 

Para México, no se trata de una novela de ficción, sino de una brutal realidad: una mujer que sale a trabajar, a divertirse, al gimnasio, es posible que nunca regrese.

 

O sí regresa, puede que traiga heridas físicas, emocionales, psicológicas, resultado de una violencia creciente.

 

Pero el argumento de esta hipotética novela va a más, pues además del drama personal, familiar, siempre se produce un drama económico: niños que pierden a sus madres, un ingreso económico, la estabilidad de una casa.

 

La huelga o paro nacional del #9M ha tenido un éxito brutal por convertirse en un revulsivo de la imaginación humana para empatizar con las mujeres, familia o entorno de aquellas que han desaparecido resultado de la violencia feminicida. De aquellas que han sido levantadas, asesinadas, secuestradas, golpeadas, lisiadas.

 

Nuestra novela casi tiene un final feliz: este día, casi todas regresarán a su rutina normal, a sus puestos de trabajo, a su banca en la escuela, al entrenamiento, a las gestiones del gobierno o las empresas. Respiraremos aliviados.

 

 

Dije casi todas.

 

Van a faltar las 35 mujeres asesinadas en este 2020 —se está rompiendo una marca anual—, más las casi cien de 2019, más otras cien en 2018 y así hasta regresar al origen de Karla López Albert en 2014, cuyo presunto feminicida todavía no recibe sentencia.

 

Casi 500 mujeres fueron asesinadas desde 2014, cuando inició la pandemia.

 

Y si hablamos de desapariciones es peor, pues en Puebla de cada 10 desaparecidos, seis son mujeres y cuatro hombres, una cifra que rompe la tendencia nacional. Somos lo contrario y todavía nadie puede explicar por qué.

 

CAMBIO ha publicado que en los últimos nueve años se ha denunciado la desaparición de tres mil 357 mujeres en el estado de Puebla, de las cuales el 43 por ciento siguen sin ser localizadas, es decir, mil 440 casos, esto de acuerdo con datos de la Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE).

 

Además, de las mil 440 mujeres, el 39 por ciento son menores de edad, con 615 casos de la edad de 12 a los 17 años, de las cuales la Red Plural de Mujeres señaló que los factores que influyen para que sean más menores de edad es por la trata de blancas y el crimen organizado.

 

El Paro Nacional #9MNingunaSeMueve fue un rotundo éxito en Puebla, pues miles de mujeres dejaron semivacías las calles de la zona metropolitana en sus horas pico. Escuelas y universidades prácticamente cerraron, al igual que muchos negocios formales tanto del Centro Histórico como informales y de la periferia.

 

Según el Consejo Coordinador Empresarial, las pérdidas económicas por el paro nacional en contra de la violencia de género y el feminicidio pueden alcanzar los 500 millones de pesos.

 

 

Es una huelga feliz, sin final feliz.

 

Nos faltan muchas, y ya no queremos que nos falten más.

 

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