Lunes, 06 de Mayo del 2024
Jueves, 08 Octubre 2020 02:45

Juez y parte: de cómo Genoveva hunde al Lalo Rivera el real

Juez y parte: de cómo Genoveva hunde al Lalo Rivera el real Escrito Por :   Arturo Rueda

Como Genoveva sólo ve para sí misma y no construye para el mejor candidato, Morena tiene la posibilidad de seguir avanzando en el escenario de “clonar” la candidatura de Eduardo Rivera Pérez con la de Eduardo Rivera Santamaría. Por supuesto, es una estrategia infantil, aunque es lo único que se les ha ocurrido: poner a dos “Lalos Rivera” en la boleta del próximo año. No les interesa que gane el Lalo Fake, sino que le robe algo de votos al Lalo real.


 

Con todo para ganar en el 2021, el PAN se prepara para perder. Ya les pasó una vez en 2008 cuando aventajaban por veinte puntos en la pelea por la alcaldía, pero Toño Sánchez Díaz de Rivera y su inmensa soberbia perdieron por esa misma cantidad ante Blanca Alcalá. En la campaña se desplomaron cuarenta puntos.

 

Para bien o para mal importan los candidatos pero también la conducción de las dirigencias. Y en el PAN de hoy Genoveva Huerta es el problema, no la solución.

 

Se lo adelanté desde hace semanas: Genoveva está obsesionada con convertirse en presidenta municipal de la Angelópolis. Y a principios de semana hizo públicas sus pretensiones en una entrevista con El Sol de Puebla.

 

Como si no fuera juez, Genoveva se destapó sin pudor alguno. Lo hizo en el momento justo, cuando acabó de manipular la encuesta para sembrar candidatos ante el CEN. Y lo hizo después de que amarró la conformación de la Comisión Electoral, pues ya domina la representación del IEE a través de su novio Irving.

 

Genoveva quiere utilizar su cargo de dirigente en beneficio personal sin entender que la historia condena esas prácticas. Todo dirigente que usa su cargo en beneficio propio termina derrotado en las elecciones constitucionales. Todos fracasan.

 

Dos ejemplos.

 

Roberto Madrazo llegó a dirigir el PRI nacional en 2003 con toda la intención de construir su candidatura presidencial. En el camino rompió con Elba Esther Gordillo, le crearon el grupo del Tucom y sacó a la mala al mexiquense Arturo Montiel. ¿Resultado? Tercer lugar en la elección presidencial de 2006. Fue arrasado.

 

Otro que Genoveva vivió de primera mano: Ricardo Anaya. El Niño Maravilla se convirtió el presidente del CEN albiazul con el apoyo de los gobernadores –entre ellos Moreno Valle- y su mentor Gustavo Madero. A todos los traicionó para adueñarse de la candidatura presidencial. ¿Resultado? Segundo lugar en 2018, a veinte millones de votos de AMLO. También fue arrasado.

 

La aspiración de Genoveva es ilegítima por ser juez y parte. No se necesita otro argumento. Porque mirando las encuestas, queda claro que Eduardo Rivera es el mejor aspirante por mucho. Si pensara en el bien del partido, Huerta se dedicaría a fortalecer esa candidatura, no a combatirla.

 

Por eso desde el lunes en el PAN ya hay un clamor: que renuncie Genoveva desde hoy a la dirigencia estatal. No hay otro camino.

 

También se lo avisé en esta columna: como dirigente, Genoveva quiere torcer la asignación de género para beneficiarse a sí misma. Con el argumento de que en 2018 le tocó al género masculino, ahora quiere que esa candidatura se le asigne a una mujer, que claro, es ella misma.

 

Como Genoveva sólo ve para sí misma y no construye para el mejor candidato, Morena tiene la posibilidad de seguir avanzando en el escenario de “clonar” la candidatura de Eduardo Rivera Pérez con la de Eduardo Rivera Santamaría.

 

Por supuesto, es una estrategia infantil, aunque es lo único que se les ha ocurrido: poner a dos “Lalos Rivera” en la boleta del próximo año. No les interesa que gane el Lalo Fake, sino que le robe algo de votos al Lalo real.

 

Si el PAN tuviera dirigencia, Genoveva Huerta ya debió denunciar esa clonación tanto mediáticamente como jurídicamente ante el IEE, ante el evidente despliegue de actos anticipados de campaña del Lalo Rivera Fake.

 

Pero el novio Irving no ha hecho ningún movimiento en el IEE para proteger al Lalo Rivera real.

 

 

Por supuesto que Genoveva puede agandallarse la candidatura. Quizá ocurra así, para alegría del alto mando en Casa Aguayo, que por esa razón detuvo las acciones judiciales en su contra.

 

Nada mejor que los panistas se devoren entre sí mismos

 

Si ya pasó con Toño Díaz de Rivera en 2008, ¿por qué no otra vez?

 

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