Domingo, 05 de Mayo del 2024
Viernes, 09 Octubre 2020 02:32

El que calla, otorga: nadie se defiende

El que calla, otorga: nadie se defiende Escrito Por :   Arturo Rueda

Pero si no lo fue, ¿dónde están los Gali, los Moya, los Cabalán, los Banck, los Bernardo Huerta, los Paty Leal, los Gerry Islas, los Marcelo? Porque todos ellos fueron parte de ese gobierno, saben qué ocurrió y no se murieron en el helicopterazo. Ya sabemos que Moreno Valle está muerto y Eukid preso, pero ¿dónde están todos los demás?


 

Durante los ocho años de morenovallismo, los poblanos vivimos un sueño de progreso.

Obras fueron y vinieron de 2011 a 2018 en todos los municipios, especialmente en la capital. Calles con concreto hidráulico, hospitales, segundo piso, Museo Barroco, Tren Turístico, Estrella de Puebla, metrobús en tres líneas, hospitales, Cessas, Parque Metropolitano, ciclopistas y muchísimo más.

Con Moreno Valle y con Gali, cada año en Puebla capital fue una tortura porque había obras por doquier, con sus consiguientes cierres viales y tránsito caótico. Pero como decía la publicidad oficial, uno sabía que las molestias eran temporales y los beneficios permanentes.

Ese sueño de progreso, sin embargo, parece que tenía otro rostro. El morenovallismo fue un sueño de corrupción. O esa es la nueva narrativa que se impone porque nadie defiende la versión del sueño de progreso.

Desde de su primera campaña en 2018, Luis Miguel Barbosa ha sido insistente en que el morenovallismo fue un modelo de negocios corrupto. Que en cada acción de gobierno había beneficios, sobrecostos, raterías. Que no se midieron.

No es lo que no lo dudáramos, peroooooo…..

Ayer, sin embargo, el gobernador detalló por primera vez una enorme cloaca de corrupción morenovallista: la operación del Sistema RUTA, el famoso metrobús poblano que se puso en marcha en enero de 2013 con su Línea 1, a la que después seguirían otras dos. En total, se dice que se invirtieron 4 mil millones de pesos.

Y uno pensaba que la corrupción estaba en las obras, quizá en el 10 o 15 % de moche que se pide a los constructores. Pero no, parece que la cloaca se encuentra en otro lado. En todas las concesiones que entregaron. Tanto de la operación del sistema mismo, como la del sistema de cobro y hasta la publicidad en mamparas.

Junto a su director de Carreteras de Cuota, Rodolfo Chávez Escudero, y la secretaria de Finanzas, dieron pelos y señales del nivel de corrupción en la operación del modelo de transporte que, supuestamente, modernizaría Puebla.

La asignación corrupta de concesiones para beneficiar a empresas ahora le puede costar a Puebla hasta 234 mil millones de pesos para los próximos años, un escenario catastrófico para las finanzas poblanas.

Es obligado creerles haciendo un ejercicio de memoria.

Desde el lanzamiento de la Línea 1 siempre hubo una enorme opacidad en la entrega de esas concesiones. Desde la operación misma, cuando los concesionarios se unieron en SAPI y después se las quitaron con el pretexto de que lo operaban mal y en la clandestinidad se lo entregaron a una filial de ADO.

Lo mismo ocurrió con el sistema de recaudo. Primero se la dieron a una empresa llamada ATT Maximus, luego lo rescataron y en la oscuridad se la dieron a una filial de Xerox, de la que nunca se supo el nombre ni el modo de asignación. Ahora sabemos que es Conduent.

En Línea 2 también la entregaron en opacidad a la misma filial de ADO, que ahora sabemos es Tapta. En el recaudo ocurrió lo mismo, se la quitaron a la concesionaria original para dársela a Conduent.

En el tema de los paraderos ni siquiera informaron nada.

Pobres ingenuos de nosotros, el sueño de progreso en realidad fue un sueño de corrupción de Moreno Valle.

Pero si no lo fue, ¿dónde están los Gali, los Moya, los Cabalán, los Banck, los Bernardo Huerta, los Paty Leal, los Gerry Islas, los Marcelo? Porque todos ellos fueron parte de ese gobierno, saben qué ocurrió y no se murieron en el helicopterazo.

Ya sabemos que Moreno Valle está muerto y Eukid preso, pero ¿dónde están todos los demás?

¿De verdad robaron tanto que no tuvieron necesidad de buscar otro trabajo?

¿A ninguno le interesa defender su nombre?

Porque hasta donde sabemos todos se encuentran en el retiro, dejaron el escenario público para ¿ir a disfrutar de las ganancias?

De todos ellos, el principal interesado en limpiar su nombre debe ser Tony Gali, pero parece el más interesado en desaparecer, cuando en realidad es quién sabe más de qué ocurrió, así como el traidor profesional de Manzanilla, que sólo sabe deslindarse de lo que fue.

El que calla, otorga.

¿Qué más hay, carajo?

De verdad, por eso el pueblo se cansa de tanta pinche transa.

 

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