Domingo, 05 de Mayo del 2024
Viernes, 30 Octubre 2020 01:57

Cuatro amigos

Cuatro amigos Escrito Por :   Arturo Rueda

La travesía en el desierto se alargó, pues AMLO le encargó a Mier conformar la estructura electoral en Sinaloa y Durango, dos estados que se habían perdido en las campañas de 2006 y 2012. Lo alejó de su estado natal. Lo sacó de su zona de confort. En esa travesía en el desierto se consolidó la relación personal con López Obrador en recorridos de cientos de kilómetros


 

Ignacio Mier Velazco presidió al PRI en 1995, pero su retrato fue eliminado del Salón donde se encuentran las fotografías de los ex dirigentes estatales. Nunca renunció formalmente al partidazo ni hizo escándalo. Se fue en silencio, y en silencio quitaron su foto.

 

Se fue en silencio, asqueado de la corrupción que desembarcaba con los Peña Nieto, los Duarte, los Moreira, los Gamboa, los Beltrones. Se despidió de su gran amigo Enrique Doger, quien sí se quedó en el PRI.

 

Para la campaña presidencial de 2012 ya había renunciado de facto a su militancia tricolor y se incorporó al equipo de Andrés Manuel López Obrador a picar piedra, convencido de la necesidad de cambiar al país y erradicar la corrupción.

 

Pero AMLO perdió, los corruptazos del Estado de México e Hidalgo se adueñaron del país y en vez de vender su conciencia por una chamba, Mier se fue a caminar al desierto al lado de los pocos leales que siguieron con López Obrador.

 

Simpatizó y apoyó la fundación de Morena.

 

La travesía en el desierto se alargó, pues AMLO le encargó a Mier conformar la estructura electoral en Sinaloa y Durango, dos estados que se habían perdido en las campañas de 2006 y 2012. Lo alejó de su estado natal. Lo sacó de su zona de confort.

 

En esa travesía en el desierto se consolidó la relación personal con López Obrador en recorridos de cientos de kilómetros. Nadie les veía futuro. Puebleaban y puebleaban. Compartían sus ideales y su visión del país.

 

Al norte del país también se fueron los mejores operadores de la 4T, entre ellos Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. Ese norte que fue talón de Aquiles en las campañas de las derrotas 2006 y 2012.

 

AMLO ganó de forma arrasadora en 2018 y como premio, López Obrador incluyó a Nacho Mier en la lista plurinominal de la cuarta circunscripción.

 

En su llegada a San Lázaro hizo un gran equipo junto a Mario Delgado, Tatiana Clouthier, Horacio Duarte, Zoé Robledo, Dolores Padierna y, claro, Porfirio Muñoz Ledo.

 

Morena consiguió la mayoría absoluta, se adueñó al mismo tiempo de la Junta de Coordinación y el Comité de Administración que se le encargó a Mier por su reputación de honestidad a toda prueba.

 

En esa coyuntura, se encontraron dos pensamientos y personalidades afines. Como candidato a la gubernatura, Luis Miguel Barbosa invitó a Mier como su coordinador de propuesta de gobierno. Trabajaron juntos y se hicieron amigos, con un amigo mutuo en común: Mario Delgado.

 

Los pleitos fuera de Morena no hicieron mella en la fracción, hasta que Morena se convirtió en el epicentro del sistema político cuando se postularon para la dirigencia nacional Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo. Su enfrentamiento llegó hasta las últimas consecuencias con cruce de acusaciones mortales.

 

Ganó Delgado, pero eso abrió un hueco en la fracción ante la posibilidad de una ruptura que provocara la pérdida de la mayoría, es decir, la pérdida de la Junta de Coordinación y el Comité de Administración. El caos.

 

Era imperativo un candidato de unidad. Casi de unanimidad.

 

Ahora son cuatro amigos con el ánimo de transformar a México.

 

Andrés Manuel López Obrador.

 

Mario Delgado.

 

Ignacio Mier.

 

Son la vanguardia de la Cuarta Transformación.

 

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