La tarde del jueves 29 de octubre, antes de iniciar el puente de Muertos, Javier Palou se despidió, ahora sí definitivamente, del gobierno municipal de Claudia Rivera.

Llevaba meses desencantado del proyecto, alejado de la toma de decisiones, pero aceptó mantenerse unos meses más para no darle el balazo a las intenciones reeleccionistas de la alcaldesa.

La decepción pudo más. Fue el ideólogo, el articulador de la victoria de Claudia en 2018. La llevó y la guió al poder, pero en la medida en que Andrés García Viveros llenó de corrupción el Ayuntamiento, Palou se alejó primero emocionalmente, luego por su honestidad fue desplazado y finalmente todo se rompió.

Palou no trabajó en 2018 para que un vicealcalde se convirtiera en la eminencia gris de la corrupción. A diferencia de la propia Claudia, y de García Viveros, él sí tiene un apellido que cuidar. Él sí creía en el proyecto de la transformación.

En el chat de los “titulares” de área, adujo razones personales y familiares para bajarse del barco claudista que ayudó a construir en 2018. Había intentado irse hace unos meses, pero no lo dejaron.

Inmediatamente después de renunciar, Palou se salió del chat. Cuando el resto de los “titulares” comenzaban a hacer comentarios de despedida y afectuosos, el vice alcalde Andrés García Viveros los silenció y le dijo que si querían despedirse de él, le escribieran a su chat personal, pero no ahí.

Se comprende cabalmente el simbolismo de la salida de Palou como el punto de quiebre entre la idealista Claudia del pasado contra la corrupta Claudia de presente. En la linea divisoria se encuentra la figura de García Viveros como el hombre que decide todo, especialmente puestos, constructoras y proveedoras.

Al mismo tiempo que la figura de Palou se ensombreció, García Viveros se encumbró como el vice alcalde de la corrupción.

No es problema de talentos, sino de principios. Javier Palou pertenece al movimiento lópezorandorista desde antes del 2006. Hijo del profe Palou, Javier es un hombre de izquierdas, de vanguardia.

Mientras Palou luchaba por consolidar el movimiento de Andrés Manuel, incluso fue fundador de Morena, ¿dónde estaba Andrés García Viveros? Pues en el morenovallismo. Así de simple.

Inundados de corrupción, no es raro que Palou haya decidido mancharse antes de que cualquier tipo de investigación pueda arrastrar su buen apellido. Desde el principio de la administración dejó claro que no quería tener nada que ver con dineros ni licitaciones ni asignaciones.

Pero el pronóstico del climax indica que Claudia y sus funcionarios, especialmente García Viveros, serán llamados ante la justicia para rendir cuentas por el quebranto del erario. No valía la pena quedarse ni un minuto más para ser testigo del saqueo o embarrado

Pueden ponerse muy liones, pero ya se vio lo que le pasó al JJ. Mejor aquí corrió que aquí quedó. Pidió licencia y se dio a la fuga. Ya es un prófugo de la justicia poblana.

En ese espejo deben verse Claudia y su vice alcalde de la corrupción. Uno u otro serán los primeros en pisar la cárcel.

¡Qué bueno que Palou se alejó!