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Jueves, 02 Abril 2020 02:31

2020: el año de la tragedia y el mundo poscoronavirus

2020: el año de la tragedia y el mundo poscoronavirus Escrito Por :   Arturo Rueda

El peor escenario para México es una realidad como la que se vive en Ecuador con decenas de muertos en casas y hasta en las calles, al grado de que ahí los incineran. En ese país fue sobrepasado el sistema sanitario, pero también el de las morgues y sanatorios


 

Este 2020, el próximo 2021, tendremos una acumulación de tragedias en México quizá como no las vemos desde hace un siglo con las secuelas de la Revolución Mexicana.

 

El mundo entero, no sólo México, va a dar varios pasos para atrás. La globalización será la primera víctima, la sociedad líquida dibujada por Zygmunt Bauman será el daño colateral.

 

No sabemos cómo será el mundo que viene marcado por el paradigma de la bioseguridad, pero sabemos que no será como el mundo feliz del consumismo que dejamos atrás.

 

Un mundo nuevo forjado por los miles de muertos que dejará COVID-19. La ciencia necesitará más tiempo para entender el comportamiento del virus. Los científicos se van a retrasar porque hay que volver a empezar.

 

¿Por qué? Porque según un informe de la Inteligencia de Estados Unidos publicado ayer en Bloomberg, China le mintió al mundo  sobre el número de casos y de muertos. Como son una dictadura, sin democracia ni libertad de prensa, no hay forma de comprobar el comportamiento de la pandemia.

 

Los científicos de Occidente ponen en duda dos hechos tras lo visto en Europa y en Estados Unidos: la tasa de mortalidad puede ser mayor al 3%, y uno de cada cinco enfermos es menor a 45 contra la creencia dominante de que los viejitos eran el sector más afectado.

 

Si China mintió, y los nuevos datos en Europa ponen en duda el comportamiento del virus, en México vamos a tener no una matanza, sino un genocidio.

 

En el caso de los 28 muertos en México, al margen de la edad, todos cumplen con la precondición de sufrir obesidad, diabetes o hipertensión.

 

En esa lógica es previsible que haya miles de muertos, pues son millones los obesos, los diabéticos y los hipertensos. La edad no nos va a salvar y tampoco el pensamiento reparador pero inhumano de que sólo se van a morir los viejitos.

 

El peor escenario para México es una realidad como la que se vive en Ecuador con decenas de muertos en casas y hasta en las calles, al grado de que ahí los incineran. En ese país fue sobrepasado el sistema sanitario, pero también el de las morgues y sanatorios.

 

 

Es un escenario posible si atendemos a la cifras de la OMS que señalan un crecimiento geométrico de la pandemia pues en una semana se duplicó el número de muertos. Una “rápida escalada”, lo definieron.

 

Las tragedias que nos acompañarán en este 2020 serán mucho peores que las de 1995 -el efecto tequila- y el crack de 1987.

 

 

En esas hubo pérdidas patrimoniales, sueños empresariales rotos, millones empujados a la pobreza y a la pobreza extrema. El México inequitativo es hijo de esas grandes crisis.

 

Ahora será peor, pues habrá una cantidad de muertos indeterminable, familias rotas, empresas quebradas, cadenas productivas rotas. Más y más pobres, además de más y más enfermos.

 

Lo poco o mucho que construimos se va a derrumbar, y levantarlo costará años de esfuerzo, de sacrificio.

 

No lo deseamos, no lo queremos, pero es lo que se ve en el horizonte del mundo. Soy optimista pero realista.

 

La destrucción de la sociedad líquida de Baumant nos lleva de regreso a los tiempos de la Segunda Guerra mundial, cuyas consecuencias fueron profundas tanto en el plano económico, como en lo social y político. Un mundo de crecimiento con algunos tirones.

 

¿Cómo será el nuevo mundo después del coronavirus?

 

Nos tocará a nosotros construirlo.

 

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