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Martes, 14 Abril 2020 02:28

Reseña del libro: Sodoma de Frédéric Martel

Reseña del libro: Sodoma de Frédéric Martel Escrito Por :   Héctor Hernández Álvarez

Hablemos de disputas morales y espirituales


 

 

Recientemente concluyó la semana santa. Una de las fechas más importantes para quienes creemos en Cristo y para el catolicismo en general. En esta oportunidad, brindo mi análisis respecto a una obra que me pareció bastante interesante ante la coyuntura religiosa y social de nuestros días.

 

Reveladora y provocadora: así luce la portada y el título del libro, cuyo autor es Frédéric Martel, un intelectual, escritor y periodista francés que no ha dejado de causar polémica desde principios del año pasado a raíz de que presentó su libro “Sodoma”, y el contenido de un sistema poco estudiado a nivel jerárquico dentro de la iglesia católica.

 

Antes de comenzar el libro, partí con una expectativa alta de lo que podría encontrar en su lectura. El autor es muy claro desde el principio, el objetivo principal de su investigación es evidenciar la hipocresía de un sistema dentro de la iglesia católica. Hipocresía de la rigidez ejercida por los altos mandos católicos que reprueban todo aquello que no comulgue con su supuesta manera de pensar y de concebir lo moralmente correcto; particularmente de la homosexualidad como centro generador de disputas dentro y fuera de la vida eclesiástica.

 

El autor detalla de manera magistral las razones por las cuales, la iglesia ha sido la institución por excelencia para acoger a gente con tendencias homosexuales. En efecto, el celibato de los hombres de la iglesia los vuelve inmunes a la condenación social. No se les exige tener pareja, mucho menos estar casados ni tener decendencia. Este elemento de despresurización social convierte a la iglesia católica como un caldo de cultivo óptimo para potenciales homosexuales reprimidos o practicantes. Lo cual, no tendría algo de malo si de antemano no se supiera que eso está prohibido en la doctrina católica.

 

Martel parte de una metodología bastante particular al emplear técnicas de investigación cualitativas para recabar información. Tales técnicas son principalmente el trabajo de campo y las relaciones interpersonales de todo tipo para permitirle obtener testimonios importantes por medio de entrevistas. De acuerdo con su obra, sumó aproximadamente 1500 entrevistas y su investigación le tomó cuatro años.

 

Cabe destacar que no es un libro que utilice demasiada metodología cuantitativa. Ciertamente aquellos lectores que estén familiarizados y que gusten del periodismo de investigación fundamentado en cifras, años, nombres, gráficas, tablas informativas o cuadros comparativos no encontrarán en Sodoma un libro demasiado interesante.

 

Sin embargo, en defensa de la obra, Sodoma no está diseñado en ese tipo de periodismo de investigación cuantitativa. Sodoma va más allá y expone al sistema corrupto e hipócrita de la iglesia católica desde dentro, <<exponiendo el pellejo>>, algo que los números no pueden expresar y que muy pocos autores se atreverían a realizar. En efecto, es una obra que viene a refrescar el periodismo de investigación de temas riesgosos y escabrosos. Es del tipo de investigaciones que no se encuentran en cualquier sitio ni realizadas por el común de periodistas.

 

En ese sentido, el libro presenta información variada, puede resultar un tanto abrumador para el lector común que no esté familiarizado con los temas eclesiásticos y las ciencias sociales. El autor gusta de citar frases célebres de filósofos y/o literatos destacados para reforzar la información y los argumentos que presenta a lo largo de toda su obra.

 

En sus relatos de las pláticas sostenidas con obispos y cardenales, destaca el ambiente de las conversaciones; los gestos y actitud de sus interlocutores, el sentimiento y el sitio en los cuales se llevan a cabo las entrevistas. Hace sentir al lector como su acompañante de investigación. Es inevitable imaginarse al autor realizando su trabajo de campo en el momento.

 

Es menester mencionar que es un libro con poco más de seiscientas páginas. Reconoce y da crédito a su equipo de colaboradores que rondan las ochenta personas. Resulta pues, un libro sumamente interesante dada la complejidad y recursos empleados además de sus experiencias en varios países del mundo. Tales recursos son obras dadas a conocer con anterioridad como la Testimonianza o los vatileaks I Y II.

 

En cuanto al trasfondo y el estilo personal del autor, declara que no es creyente y es abiertamente homosexual. Da a conocer brevemente una pequeña parte de su vida. Se inspira de alguna manera en el sacerdote que conoció en su niñez y que murió relativamente joven a causa del sida. Un sacerdote privilegiado que falleció olvidado por la iglesia en tiempos de Juan Pablo II (a quien, por cierto, dedica un capítulo en particular) en medio de la doble vida de muchos hombres de la iglesia.

 

Como lector de Frédéric, se le puede notar con un gusto especial por las cuestiones intelectuales. Este elemento es particularmente importante en sus relatos. Parece evaluar a los prelados más por sus competencias intelectuales y culturales que por sus fobias y filias. Por supuesto, es evidente que el autor no es ningún novato y emplea de manera magnífica la suspicacia en su investigación.

 

No esperes en Sodoma una revelación del todo clara, bajo la caduca premisa <<ver para creer>>. En cambio, sí presenta elementos disruptivos imposibles de comprobar o verificar o de dar a conocer por la cuestión del anonimato de algunos de sus informantes dado el riesgo de la propia investigación.

 

En cuanto a la estructura y contenido del libro, este se conforma por cuatro partes dedicadas a las <<eras papales>>: Francisco, Pablo, Juan Pablo y Benedicto XVI. De su contenido es un relato de intriga y suspicacia que, a su vez, se respalda por información dada a conocer con anterioridad por documentos como los Vatileaks.

 

 

Fundamenta y describe la disputa al interior de la iglesia con sus dos vertientes principales: el ala izquierdista y la derecha. Un conflicto perpetuo de ideologías que como vemos no es exclusivo de la sociedad en general ni de la partidocracia; sino de la ¡propia iglesia! En este sentido, describe a la derecha y la extrema derecha como la facción más hipócrita: condena el homosexualismo públicamente y lo práctica o lo protege en privado. Siempre y cuando esto no se haga notorio. Martel, describe esto como la regla de oro: la homosexualidad es permitida siempre y cuando no se haga pública.

 

Describe un total de catorce reglas que, según él, describen el sistema homosexual de la iglesia católica y su conexión con Sodoma. Entre ellas destacan las que se relacionan con el ascenso de los homosexuales en el escalafón jerárquico de la iglesia por encima de los heterosexuales que no pueden tener pareja por el celibato. Así también, las que tiene que ver con las disputas de poder y el <<estira y afloja>> del secretismo homosexual como método efectivo de chantaje y sabotaje entre apostólicos.

 

Alude a la descripción de los gustos culposos de los altos rangos en la iglesia. Entre ellos obispos y cardenales, que corrompen los tres votos de la vida religiosa: pobreza, castidad y obediencia, y optan por llevar una vida de excesos materiales. Describe a la mayoría de los prelados con viviendas en ranchos, palacios o mansiones, donde destacan libros, música y obras artísticas (curiosamente de autores clásicos con tendencias homosexuales).

 

De Juan Pablo II, nombra características especiales, ya que, junto con su ministro para las relaciones exteriores, Angelo Sodano (quien es señalado como principal villano del libro) van más allá de la evangelización y se inmiscuyen en asuntos de política internacional en Chile y el régimen de Pinochet en nombre de la agenda anticomunista ¿Cómo es posible que la iglesia se alíe con representantes que abiertamente violaron sistemáticamente los derechos humanos? En efecto, fue un periodo (el de juan pablo), donde la religión se materializó en política.

 

 

De esta materialización surgen temas paralelos a los escándalos de la doble vida eclesiástica: pedofilia, encubrimientos, venganzas, y luchas por el poder dentro de la propia iglesia. Por supuesto, ningún papa se ha equivocado cuando pide a sus seguidores que oren por él para el perdón de sus pecados. Con aquel viejo dicho <<la carne es débil>> se pone en evidencia los deslices abrumadores que la curia romana ha perpetuado.

 

De la izquierda, menciona frecuentemente la vertiente de la teología de la liberación, que tiene rasgos comunes con el marxismo y que pretende acoger y reconfortar a los <<olvidados>>, los negros, pobres, huérfanos, viudas, y hasta a los homosexuales.

 

De la derecha, menciona a asociaciones como el Opus Dei y para el caso de México, a los Legionarios de Cristo; cuyo fundador fue el sacerdote Marcial Maciel y que Martel lo define como indescriptible. Es en efecto, un impresentable que se benefició ampliamente de la creencia de la gente para perpetuar no solamente pecados como la homosexualidad, sino delitos como la pedofilia y el enriquecimiento desproporcional dada su ocupación.

 

En su viaje por México, describe su visita a la basílica de Guadalupe y Martel se sorprende por el tipo de creencia que hay en los países sudamericanos. Una especie de creencia <<ciega>> y alejada de la creencia <<intelectual>> de su natal Francia.

 

Del papa Francisco, da a conocer una frase penetrante y llena de significado: “detrás de la rigidez siempre hay algo oculto; en muchos casos una doble vida” ¡Menuda declaración! El papa detallaría, según él, que hay que tener cuidado con los rígidos, ya que en ellos no está Dios, ya que la rigidez no es un don de Dios; en cambio, sí lo es la benevolencia y la mansedumbre.

 

En definitiva, se describe al papa Francisco como un personaje próximo a la teología de la liberación. Que claramente está en contra de las máscaras que muchos <<conservadores>> se ponen ante la vida pública.

 

No obstante, de Francisco se pueden leer diferentes interpretaciones: la manera en la cual llegó al papado, la adaptabilidad de la iglesia en el mundo contemporáneo y la pérdida generalizada de credibilidad de la iglesia a nivel mundial. Así pues, el papa Francisco se encuentra en una encrucijada que denota una cierta disputa entre su verdadera personalidad y la que debe de tener dado su encargo especial en la iglesia.

 

En otras palabras, Francisco ha intentado luchar contra la hipocresía de la iglesia sin mucho éxito, ya que no se sabe a ciencia cierta si él es auténticamente de izquierdas, de derechas o más bien mesurado.

 

Adicionalmente, y en todo caso, de ser esa su misión, tendría que luchar en contra de todo un sistema corrupto: que permite la entrada de seminaristas con tendencias homosexuales, que después irá en contra de su propia naturaleza carnal o ejercerá su homosexualidad en las sombras y que dará como resultado la hipocresía generalizada encarnada en la iglesia católica.

 

Después de todo y como Martel lo indica, la adaptabilidad de las cosas dado el contexto puede permitir que, con el tiempo, el pastor que antes era abiertamente homófobo, después se convierta en tolerante de los homosexuales no practicantes, y, por último, pueda optar por ser un homosexual públicamente.

 

Por último, y a manera de conclusión, recomiendo ampliamente la obra. Por supuesto debes tener algo de open mind e interesarte por los análisis y los debates intelectuales para sacarle provecho a Sodoma. Entiendan que fue escrito por un autor ateo, pero con cultura católica dado su origen francés. Es un autor apasionado por los temas y la vida intelectual. Su suspicacia la argumenta de manera indirecta con un análisis implícitamente hecho desde el punto de vista de la Realpolitik o Realismo político que recuerda mucho a autores como Nicolas Maquiavelo en cuestiones inmorales y a Thomas Hobbes, para cuestiones más morales, pero con tendencia al absolutismo realista y cómo este se conecta con la vida del <<mundillo católico>> que a veces parece enraizado en la época de los monarcas.

 

Tal como lo cita en una oportunidad, según palabras de Oscar Wilde: “Everything in the world is about sex. Except sex. Sex is about power”. (Todo en el mundo es acerca de sexo. Excepto el sexo. El Sexo es acerca de poder).

 

 

Sin duda, Sodoma es un relato cautivador entre el placer de la vida y el sufrimiento por intentar suprimir los deseos de la carne. La ambivalencia entre el discurso y las acciones. Y la punta del iceberg que deja un gran número de temas pendientes por analizar. En definitiva, no es una obra que deba ser desechada por los creyentes y conservadores como yo. En cambio, incluso los espectros conservaduristas deben tener adaptabilidad ideológica para ver lo que está en disputa moral.

 

Por entendido está que, Sodoma constituye una revelación y un respiro a los trabajos de periodismo de investigación de temas escabrosos, que dejará un legado y un ejemplo para seguir construyendo nuevo conocimiento científico en temas sociales. Y nuevos tópicos relacionados pendientes por escribir.

 

    HHA. El Realismo en el análisis.

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