No son 90 restaurantes, sino, 900 establecimientos que tronaron tras permanecer 103 días cerrados por la pandemia del COVID-19, ya que, al no generar ingresos económicos para solventar los gastos de servicios y el pago a sus clientes, decidieron cerrar sus instalaciones de manera definitiva, así lo señaló Olga Méndez, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (CANIRAC).

Fue el día de ayer que, durante la rueda de prensa convocada por los empresarios del sector restaurantero, comercio y turismo, exigieron al gobierno estatal, fijar una fecha para el regreso a sus actividades tras permanecer 103 días cerrados por la pandemia del COVID-19, pues para sus afiliados esta medida provocó recorte de personal y el cierre definitivo de más de mil establecimientos.

Ante ello, la presidenta de la CANIRAC, mencionó que de los 9 mil establecimientos dedicados a la venta de alimentos y bebidas ha quebrado el 10 por ciento, lo que representa un total de 900 pequeñas y medianas empresas de este sector que no volverán a la nueva normalidad, además de que 6 mil personas han sido víctimas del desempleo debido a la crisis económica por la pandemia.

Sin embargo, al corte del fin de semana, CAMBIO publicó que alrededor de 90 establecimientos del sector restaurantero habían cerrado sus puertas, sin embargo, el número de restaurantes aumentó hasta 900 que han quebrado, así lo mencionó Olga Méndez Juárez el día de ayer por la mañana en rueda de prensa.

Por último, esta pérdida de empresas representó que 6 mil empleados perdieran su trabajo, por lo que se han visto obligados a salir a las calles para vender tortas, gelatinas u otros productos debido a la necesidad económica al quedarse sin fuente de recursos por la pandemia.