Puebla inició su segundo mes siendo el municipio con más casos y defunciones acumuladas de todo el país, toda vez que la Universidad Nacional Autónoma de México registró dos mil 33 decesos, además de 18 mil 654 contagios; asimismo, la capital poblana ocupa el primer lugar en defunciones por diabetes (774) y obesidad (538) como comorbilidades.

De acuerdo con el Monitoreo de Casos por Municipios COVID-19 que emite la UNAM, al corte del 16 de septiembre, la capital poblana superó, con las dos mil 33 defunciones acumuladas, a municipios como Iztapalapa, en la Ciudad de México, que reportó mil 789, además de la delegación Gustavo A. Madero, en la misma entidad, con mil 582.

Este no es el único rubro que encabeza el municipio de Puebla en temas relacionados al coronavirus, pues también es el primer lugar de casos acumulados, ya que con los 18 mil 654, supera a Iztapalapa, con 16 mil 608, además de la delegación Gustavo A. Madero, que contabilizó 14 mil 334.

El pasado 17 de agosto, CAMBIO documentó que la capital poblana superó en estos dos indicadores a Iztapalapa, y desde entonces se ha mantenido como el municipio líder en estos rubros; además, en dicha ocasión, Puebla también era el número uno en casos activos, sección que para este informe disminuyó, ubicándose en el cuarto lugar, con 630 enfermos vigentes.

Puebla también encabeza las muertes por diabetes y obesidad como comorbilidades

En este sentido, el portal colocó a Puebla como el municipio que más defunciones por coronavirus y obesidad ha registrado en todo el país, con 538, esto significa que el 26 por ciento de las personas que fallecieron por COVID-19 en la demarcación también tenían este otro padecimiento.

Asimismo, en la capital poblana, dos de cada cinco defunciones que se registraron por coronavirus, también tenían diabetes, ya que, de los dos mil 33 decesos registrados en Puebla, se contabilizaron 774 muertes con estas dos enfermedades.

Cabe destacar que desde que inició la pandemia la Secretaría de Salud federal dio a conocer que los principales grupos vulnerables abarcaban a los adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con alguna enfermedad crónica, por lo que se les permitió ausentarse de sus trabajos para reducir el riesgo de un posible contagio.