Los poblanos respetaron la Sana Distancia la noche del 15 de septiembre, pues decidieron no acudir al Centro Histórico con la finalidad de evitar propagar el COVID-19, sin embargo, los ambulantes aprovecharon el cierre del primer cuadro de la ciudad para instalarse sobre la vía pública durante la tarde del tradicional Grito de Independencia.

Esto pues el Gobierno del Estado y del municipio definieron que la arenga del Grito de Independencia del gobernador Miguel Barbosa Huerta se realizara sin público debido a la contingencia a la pandemia por el coronavirus.

Por ello, el gobierno municipal instaló tres módulos de acceso, disponibles únicamente para las personas que tenían reservación de algún restaurante ubicado en el primer cuadro de la ciudad, los cuales estuvieron ubicados en la calle 5 Oriente-Poniente, sobre la Avenida 16 de Septiembre, calle 2 Sur y calle 4 Sur.

En un recorrido realizado por CAMBIO, se pudo observar como en estos accesos se encontraba personal médico, a fin de que los ciudadanos que entraron a los restaurantes portaran su cubrebocas; de no hacerlo, se les impedía el acceso.

Asimismo, hubo dos salidas que se ubicaron sobre la calle 3 Norte-Sur, esquina con 3 Poniente, y en la Avenida Reforma, sin embargo, estos accesos se mantuvieron en total calma, ya que los poblanos no acudieron al Grito de Independencia.

Esta casa editorial observó cómo los negocios de comida cercanos al primer cuadro de la ciudad se mantuvieron cerrados, ya que las calles se encontraban totalmente desoladas, lo cual les afectó en sus ventas.

Ambulantes se colocan la tarde del 15 de septiembre

Pese a que el Ayuntamiento de Puebla no otorgó permisos para que el comercio informal se situara en las calles del Centro Histórico durante los días 15 y 16 de septiembre, éstos hicieron caso omiso y aprovecharon la ineficiencia de la Secretaría de Gobernación municipal para adueñarse las calles 12 Poniente, 10 Poniente y 8 Poniente.