Los sacerdotes José Guadalupe Sanguino Fuentes y Valentín Ramírez Tlaque, de 85 y 65 años de edad, respectivamente, fueron caracterizados como personas bondadosas y amables, pues a pesar de su muerte tras ser víctimas de COVID-19, los feligreses que estuvieron presentes en cada una de sus celebraciones eclesiásticas, afirmaron que serán recordados por todo lo bueno que realizaron para su comunidad.

Esta mañana fue anunciada la muerte de ambos presbíteros por medio de la Arquidiócesis de Puebla a través del Arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, en el cual se dio a conocer que el motivo de su fallecimiento fue por ser portadores de COVID-19; sin embargo, a pesar de los esfuerzos médicos para lograr salvarles la vida tras permanecer internados durante más de dos semanas, murieron la madrugada de este miércoles.

La noticia conmocionó a varios fieles católicos en redes sociales que lamentaron estas tristes perdidas.

Padre José Guadalupe oficiaba misas de medio día en La Concordia

El presbítero de 85 años de edad nació el 4 de febrero de 1932 en Puebla, ofició misas en la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles durante 35 años, posteriormente fue encargado de la iglesia de San Judas Tadeo en donde su comunidad afirmó que los llegó a unir como hermanos y finalmente celebraba misas al medio día entre semana en el templo de San Felipe Neri, La Concordia.

A pesar de su edad avanzada, los feligreses afirmaron a través de redes sociales que siempre lo recordarán por brindarles consejos, enseñanzas, además de ser el pilar de su familia.

“Me duele su pérdida fue mi pilar en días de oscuridad, gracias por todas tus enseñanzas en mí, dejarás un hueco enorme padre, en paz descanse”, mencionó una usuaria en redes.

Padre Valentín Ramírez estaba en una parroquia de Coronango

Ramírez Tlaque, nació el 22 de octubre de 1951, a mediados de abril de 1978 fue consagrado como sacerdote y se encontraba oficiando misas en la parroquia de San Marcos Acteopan y de Nuestra Señora de la Asunción en Coronango; varios internautas recordaron a través de redes sociales que había celebrado la misa de sus 15 años y hasta bodas, además de cantar con los feligreses en las posadas previas al nacimiento de Jesucristo.

El padre Valentín Ramirez fue recordado como una persona humilde, honesta y difícil de olvidar, pues hasta la parroquia ubicada en Coronango lamentó tan profunda pérdida, ya que era una de las figuras más queridas por los fieles católicos.