Martes, 15 de Julio del 2025
Lunes, 29 Enero 2024 00:40

Poor Things: el yo contra el mundo

Poor Things: el yo contra el mundo Escrito Por :   Daniel Sandoval

Esto no quita que las escenas de sexo generen incomodidad para personas que lo ven como un tabú – leí una crítica en donde el autor dice que en la sala donde vio la película al menos unas tres personas se fueron.


 

El nuevo largometraje del director griego Yorgos Lanthimos, Poor Things, ha generado una expectativa positiva en las salas de cine. Los comentarios en su mayoría coinciden en que la fina temática de la obra del director se ve reflejada en esta cinta. Lo retorcido y raro, para quien ya ha visto las otras películas del griego, no es una novedad. Incluso, parece interesante recordar que una de las figuras del llamado “The Weird Greek Wave” no pretende ocultar sus convicciones cinematográficas ni las historias que tanto le gustan, al contrario, reafirma sus posturas, sin prejuicio.

 

Si bien personalmente creo que sus anteriores cintas como The Lobster o The Killing of Sacred Deer ocupaban lo repulsivo de sus historias para generar la crítica social en el público y que ahora siento que es algo muy distinto en Poor Things, la historia protagonizada por Emma Stone sube de nivel en la escala que el propio Lanthimos se trazó, es decir, sus historias parecían estar determinadas por el entorno social que sumergía a sus protagonistas en la alienación (Alps, The Lobster, The Killing of Sacred Deer) y ahora, por el contrario, se trata de una mujer idealista la que mueve el mundo que quiere ver y rechaza los dogmatismos y prejuicios de la época.

 

A diferencia de The Lobster, donde podría interpretarse al protagonista como un sujeto alienado, debido a que el mundo (en este caso, la imposición del amor) le exigen vivir una vida con pareja y por lo tanto, se le niega cualquier paso que dé, a excepción de elegir el castigo que se ganará si no hace caso, en Poor Things, el personaje de Bella, interpretado por Stone, hace su mundo a partir del descubrimiento de la sexualidad y el placer. En otras palabras, la detonación de su idealismo se encuentra enraizado en la decisión de tener relaciones sexuales o no, de hacerlo con quien guste o no, -el placer en el fondo de la conciencia de cambio- es decir, en tener agencia (concepto emanado de la antropología que se utiliza en la teoría feminista y que según Mustafa Emirbayer y Ann Mische se entiende como decisión, elección, iniciativa, libertad).

 

Esto no quita que las escenas de sexo generen incomodidad para personas que lo ven como un tabú – leí una crítica en donde el autor dice que en la sala donde vio la película al menos unas tres personas se fueron. Lo que lo confundió, abundó, es que no sabe si se fueron por asco o por excitación (me dio risa)-. No me cabe duda que haya gente que se salga de la sala por ver una película con varias escenas sexuales, (dicen que con Love de Gaspar Noé mucha gente se salió del cine, yo, al contrario, me gustó ver una película así en una sala de cine), pero eso no quita que la propuesta, no novedosa claro, (recordemos el movimiento del feminismo sexopositivo) siga motivando opiniones, para bien o para mal.

 

La historia es un ascenso, en mi opinión, de, literal, la incapacidad de decidir, reflejada en las incapacidades psicomotrices de la protagonista al inicio de la cinta y como un “proyecto de su padre”, a convertirse en una mujer con capacidad de elegir por sí, motivada por el placer y la sexualidad. Y si se llega a esa conclusión es, en parte, a que en la cinta el mundo de su alrededor hace que resalte, aún más y sin condicionarse a ello, su brillo. Y me refiero en específico al personaje de Duncan Wedderburn, interpretado por Mark Ruffalo, es decir, la representación del hombre-macho que sintiéndose el “macho alfa” presume de acostarse con cualquier mujer -reflejando su hombría, virilidad y superioridad-, pero que se siente “humillado” por ver a una mujer que hace lo mismo y, al contrario, la tilda de “una mujer cualquiera”, por no decir otra palabra.

 

Poor Things es cómica y oscura, el catalogarla de obscena, para mal, dice mucho de cómo se sigue pensando la sexualidad hoy en día, pero bueno, aún con cambios, esa mentalidad seguirá existiendo. Creo que, sin el ánimo de pretensión, Lanthimos busca adelantarse a su tiempo. Personalmente no ha sido mi película favorita del griego porque creo que perdió algo desde The favourite, que también fue protagonizada por Emma Stone, y que ahora vuelve a hacer, aunque eso será motivo de otro texto, pero creo comprender por qué muchos la ponen como lo mejor en lo que va del año y del año pasado. Esto puede entenderse como motivación para ir al cine o sólo para leer a una persona que es admirador del trabajo de Yorgos Lanthimos, se le vea como se le vea, me parece que es una película que no se debe dejar de pasar.

 

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