Pasaron las fiestas y el famoso puente Guadalupe-Reyes y la vida vuelve a la normalidad.
Unos a trabajar, otros a estudiar y otros a hacer frente a los daños.
En este regreso quienes tienen la necesidad de estacionar su vehículo en las calles del primer cuadro del centro, ávidos de estacionarse en paz, en orden, con estricto apego a las normas, se enfrentan al reto de no fallar para no hacerse acreedores a una multa.
Y es que los agentes de seguridad y auxiliares del servicio de parquímetros, con singular alegría se han abocado a retirar placas y dejar un tabular de casi un metro en el parabrisas de los vehículos, por una multa que hay que ir a pagar a la 4 Poniente, para recuperar la placa.
Ahora las cosas cambiarán, los dueños de los vehículos que infrinjan la ley por no pagar el tiempo de estacionamiento y por no sujetarse al espacio destinado para cada auto, se pueden llevar la sorpresa de su vida al regresar a donde dejaron su unidad y descubrir que quedó inmovilizada por una ‘araña’ a la que todos le temen.
Situación de pánico, sobre todo por el esquema burocrático al que hay que enfrentarse.
Esto quiere decir sin concesión que nos responsabilizamos como propietarios de una unidad vehicular, o nos jugamos la suerte de caer en un embrollo para el que hay que respirar hondo, profundo y enfrentarse a filas y ventanillas.
Usted tiene la palabra, pero el contexto es de rechazo al sistema que para unos resulta muy fácil, y para otros, los no digitalizados, es un atentado a la tranquilidad.
Claro, para ellos quedan los espacios en los estacionamientos.
Aunque el argumento es en el sentido de que las tarifas han encarecido y resultan prohibitivas para unos, sobre todo para quienes tienen la necesidad de acudir al primer cuadro a trabajar, a realizar trámites en alguna ventanilla.
¿Por qué un servicio oportuno y viable que puede ser tan sencillo, lo enredan tanto?
En otras ciudades operan en forma sencilla sin tantos riesgos y por lo mismo han sido bien recibidos.
Hoy en Puebla comerciantes, restauranteros, hoteleros se quejan y preguntan ¿por qué? cuando comienza el regreso del turismo y los poblanos vuelven al centro.
Los poblanos de hoy
El mejor reconocimiento para un respetado artista como el caso de Raúl Gil, es que su obra sea expuesta en los espacios de mayor reconocimiento y tráfico como las rejas de Chapultepec, en donde estos días están expuestas sendas postales fotográficas de diversos lugares de Puebla.
Los paseantes de Chapultepec recorren la exposición, disfrutan, se recrean y se entusiasman para visitar la majestuosa ciudad
El enfoque de éstas graficas retratan a la Puebla de hoy, una Puebla con un rico patrimonio y atractivos variados para todos los gustos y todos los presupuestos.