Para arrancar la semana, el presidente nos saluda con un ramillete de supuestas buenas noticias, que en ocasiones llegan hasta a molestar.

 

Él afirma que sus decisiones para controlar la inflación ya dan resultados, incluso reconoce la disposición de las tiendas de autoservicio.

 

¿Usted en sus finanzas personales ha experimentado este control? ¿Que la inflación ceda, que a usted le alcance?

 

En lo personal tengo mis dudas, con todo y que sí hay 2 o 3 productos que han bajado sus precios como los cereales, pero a cambio la carrera alcista continúa con aumentos sin freno de 3 a 12 pesos y no hay poder humano que la frene.

 

Por otra parte, orgulloso el mandatario expuso que ha logrado mover a la alza los salarios, como en 40 años no había ocurrido.

 

Estoy de acuerdo que los asalariados registran aumentos pero que a cambio permanentemente enfrentan la carrera alcista que los deja sin efecto.

 

En México los salarios siguen sin alcanzar para resarcir el poder adquisitivo, y los trabajadores y sus familias no logran comprar lo que compraban hasta antes de la pandemia, y que se trataba de un salario ya empobrecido.

 

Hay que tener en cuenta que si bien éste año el aumento salarial fue del 20 por ciento, los 207.44 pesos del mínimo no alcanzan y pese a que se afirme que hay una recuperación del 90 por ciento, sobre la marcha esto no funciona con tortillas a más de 20 pesos cuando al comenzar la pandemia costaban 13 pesos.

 

Con litros de leche bronca a 20 cuando antes de la pandemia costaba 13 pesos.

 

Con carne de pollo –por ejemplo- que costaba 70 pesos y hoy cuesta 120.

 

Se hacen esfuerzos, pero el fenómeno inflacionario internacional sigue golpeando el presupuesto para vivir con dignidad y sin hambre.

 

Nos impacta saber por ejemplo que en Inglaterra la gente dice que come o paga factura de luz.

 

En Venezuela se reporta que el hambre es un hecho ante una inflación del 305.7 por ciento.

 

En Argentina la inflación del 98.8 por ciento y el fenómeno de un verano ardiente con temperaturas hasta de 40 grados tiene locos a los argentinos que claman y reclaman cambios y un viraje a la política económica.

 

Las cosas no andan bien en ninguna parte.

 

Nos enfrentamos a un fenómeno mundial de inflación que roza con la recesión.

 

Por lo que sólo exigimos seriedad para que se nos informe.

Que no se manipulen los datos.

 

Y que no se haga alarde de “buenos resultados” que no existen.

 

Seriedad.

Prudencia y respeto, que el hambre es canija y despierta hasta a los más adormilados.