Y es que, ante muchas acciones y actitudes de nuestros gobernantes, no hay nada que exprese mejor la opinión que tenemos hacia ellos, que un: “ya basta, ya estuvo suave, estamos hasta la madre”.

El término “ya chole”, es una expresión de hartazgo, un reclamo coloquial ante algo reiterativo, que llega a ser molesto.

Un ejemplo de ello es el caso Marín, con todo lo que ello implica: el escándalo de Lydia Cacho, los despilfarros y excesos desde el poder, su nepotismo, sus obras infladas y mal hechas, etcétera.

Mario Marín (lo he dicho hasta el cansancio en este mismo espacio) es un lastre para el PRI y para la política en general. Él, junto con Fidel Herrera, Ulises Ruiz, Elba Esther Gordillo, Andrés Granier, etcétera., representan lo más nefasto de la política en México.

Mario Marín es —simple y sencillamente— impresentable, indefendible. Basta con recordar su cutre conversación con Kamel Nacif, o hacer memoria de los beneficios que obtuvieron sus amigos y familiares cercanos a lo largo de su administración, para saber el tipo de político que es.

Cierto, Marín es eso y más, pero eso ya lo sabemos desde hace mucho todos los poblanos (incluido el actual gobernador), luego entonces, la pregunta lógica es:¿por qué está libre? ¿Por qué no recibió castigo por tantos abusos de poder? La respuesta es muy sencilla: por acuerdos políticos.

Acción Nacional tuvo dos administraciones federales para proceder en contra de Marín y no lo hizo: Fox ignoró el tema, y Calderón igual (aún a pesar de que cuando hizo campaña en Puebla, le sacó tarjeta roja y dijo que “su gobierno no toleraría los excesos del Góber precioso…”)

Algo similar ocurre con la administración de Moreno Valle, ¿por qué no procedieron directamente contra el corrupto de Marín (y en vez de ello, optaron por castigar a peces chicos)? ¿Por acuerdos políticos? Es pregunta.

Algo queda claro: el PAN ha exonerado a Marín, o para decirlo de otra manera: si Marín está libre, es gracias al PAN (Fox, Calderón y Moreno Valle), entonces no es válido que ahora —en plena campaña política— quieran lucrar con el tema de Marín, cuando no han sido capaces de someterlo ante la ley.

Esto no es, ni por mucho, una defensa a Mario Marín, por el contrario, yo he sido mucho más crítico con Marín (aún siendo de mi mismo Partido, lamentablemente) que muchos candidatuchos de Acción Nacional que hoy se llenan la boca con ataques baratos hacia el marinismo. Lo que no se vale es que, cada que hay elecciones, revivan los escándalos del “Góber precioso”, y que, tan pronto pasen las campañas, se vuelven a olvidar del tema…

Por lo que respecta al PRI, su error consiste en no desligarse A TIEMPO, y de manera contundente, de un personaje tan desprestigiado como Mario Marín. Pero eso no exime al PAN de su falta de compromiso democrático, por intentar construir triunfos electorales, a costa de un tema cómodo pero desgastado.

No se puede aventar la piedra y esconder la mano. No se debe litigar en los medios, lo que se tiene que probar en los juzgados. No se vale linchar a Marín en los eventos, y ser condescendiente con él desde el gobierno. ¡Ya chole con eso! , o como diría el clásico: “Ya chole chango chilango, qué chafa chamba te chutas, no rifa andar de tacuche y chale con la charola…”

Espero que lo entiendan el gobernador y sus candidatos.