Thursday, 02 de May de 2024


La muerte del dinero




Escrito por  Guillermo Barba
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Esta semana el experto mundial en oro, mercados financieros, Inteligencia y asesor del Secretario de la Defensa de Estados Unidos, Jim Rickards, nos concedió una entrevista. El también autor del exitoso libro “Currency Wars” (Guerra de Divisas), abordó temas como la masiva importación de oro por parte de China, e hizo revelaciones muy importantes. Primero, que nadie sabe en realidad cuánto metal precioso están comprando, pues ese país no es transparente en sus cifras de importación, producción, ni tampoco en las de consumo privado y público para reservas.

Asimismo, que el “dragón” asiático está usando canales militares para importar oro de manera secreta. De modo que incluso las mejores estimaciones sobre su demanda podrían quedarse muy cortas. Dice que lo mejor es asumir que los chinos tienen como objetivo atesorar unas 5 mil toneladas en reservas, y que es probable que así lo anuncien tan pronto como el año próximo.

 

 

Explica que Beijing no tiene planes de reemplazar al dólar estadounidense con el yuan como divisa global de reserva. Eso requeriría que abrieran su cuenta de capital y no están dispuestos a hacerlo pronto. La razón por la que acumulan tanto oro entonces, es para cubrir su exposición a los dólares. Cabe recordar que China es el mayor acreedor de nuestros vecinos del Norte.

 

 

Por ahora, asegura Rickards, los chinos quieren un dólar fuerte porque los americanos les deben más de 3 billones (millones de millones) de dólares en deuda de la que no se pueden deshacer. Si lo hicieran, echarían el precio de esos valores por la borda y las pérdidas serían catastróficas. Dado que es un hecho que los norteamericanos inflarán (imprimirán) su divisa más allá de cualquier límite para devaluarla, el oro subirá mucho de precio. Justo por eso, afirma Rickards, les resulta indispensable protegerse con el metal, pues solo así podrán compensar las inevitables perdidas en los papeles de deuda que tienen.

 

 

China está cubriendo sus dólares con oro y “otros inversionistas deberían hacer lo mismo”, sentenció.

 

 

Sobre la enorme transferencia de oro físico que está teniendo lugar de Occidente hacia el lejano Oriente, y que le hemos informado en este espacio, comenta que eso implica que aunque la oferta no cambia en realidad, lo cierto es que mientras que los lingotes en el Comex (Commodity Exchange) y el GLD (principal fondo cotizado en oro) están disponibles para el comercio y préstamos, no ocurre lo mismo con los lingotes propiedad del gobierno chino. Dicho de otra forma, la oferta que se puede utilizar en la práctica se va reduciendo poco a poco. Este diagnóstico también coincide con el análisis que aquí hemos expuesto en repetidas ocasiones como el mensaje que nos brindan la Base y la Cobase del oro.

 

 

Esto es un fundamento importante que propiciará precios más altos, pero a su vez, quiere decir que el “valor” del dólar descenderá en términos de oro, lo que incrementará las tensiones entre China y la Unión Americana. En conjunto, “el potencial de un error o una escalada real de guerra provocada en parte por el aumento de los precios del oro, se vuelve más probable”, advirtió el autor.

 

 

Por otra parte, no ve que el conflicto entre Estados Unidos y Rusia por Ucrania escale más allá porque el primero “tiene más que perder”.

 

 

Asegura que los bancos centrales tienen todavía la habilidad de manipular los precios del oro por medio de préstamos del metal a bancos comerciales, que luego lo usan para ventas apalancadas de lingotes en cuentas no asignadas. En ellas, el propietario no posee lingotes específicos, sino que un solo inventario de existencias sirve para cubrir las solicitudes de retiro. Si todos los dueños fueran por sus barras, no habría suficientes para todos.

 

 

Por lo anterior, Rickards anticipa que la demanda china del metal precioso aumenta los riesgos de un impago en el mercado. Por eso añade que cuando la actual manipulación termine, “precios de 3 mil dólares la onza no deberían sorprendernos, aunque el oro podría eventualmente llegar hasta los 9 mil dólares la onza o más si es necesario para restaurar la confianza en el sistema monetario internacional.”

 

 

Además, considera que el mundo enfrenta el doble peligro de una crisis inflacionaria y deflacionaria, por lo que la acumulación de metales preciosos, en particular oro, es lo que recomienda como medio para preservar la riqueza.

 

 

Sobre la plata destacó su doble uso, el industrial y el monetario, anticipando que “precios mucho más altos del oro ciertamente implicarán precios mucho más altos en la plata sin importar los usos industriales que el metal pueda tener.”

 

 

Por último, invitó a los lectores a conocer su Nuevo libro The Death of Money” (La Muerte del Dinero), que estará disponible a partir de abril.

 

 

Esto y mucho más es lo que encontrará en la entrevista completa en inglés en el blog personal de este periodista: Inteligencia Financiera Global. No se la pierda.

 

 

 

 

 

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